Pseudoterapia
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Las pseudoterapias (también conocidas como terapias médicas no convencionales, terapias no convencionales, terapias complementarias o terapias integrativas), son aquellas prácticas anticientíficas que se ofrecen con la finalidad de aliviar, prevenir o curar enfermedades pero que no han demostrado científicamente su efectividad y que los estudios científicos no han comprobado su utilidad.[1]
Muchas páginas web en contra de las pseudociencias no hacen distinción entre una pseudoterapia y la medicina alternativa, pero la diferencia entre ambas es que en ésta última sí existen algunos puntos válidos en que se han encontrado beneficios respaldados por la ciencia. Por ejemplo, se ha descubierto que la acupuntura es útil para el alivio de cierto tipo de dolores, hay productos herbolarios cuya efectividad se ha demostrado. Sin embargo, cuando se les otorga una propiedad terapéutica que no ha sido demostrada, o es una clara mentira, es entonces que caen en el reino de las pseudoterapias. Existen estudios que demuestran que la quiropraxia es útil en ciertos dolores, pero de ahí a que un quiropráctico diga que cura la disfunción eréctil, le lleva a hacer fraude. Por eso se puede declarar que dentro de la medicina alternativa también se encuentran falsas terapias fraudulentas.
Peligros de las pseudoterapias
Las pseudoterapias representan peligro para la sociedad por varias razones:
- Existe el riesgo de que los pacientes abandonen terapias efectivas por prácticas que carecen de valor curativo.
- Las pseudoterapias a veces son inocuas pero otras veces pueden tener efectos negativos sobre la salud, e incluso la muerte.
- Los estados malgastan dinero al subsidiar terapias que no curan.
- Las personas pierden su dinero en pagar a charlatanes.
- Pueden provocar daños morales en los pacientes.
- Las pseudoterapias contribuyen a la proliferación de más "productos milagro" y del pensamiento mágico en general.
Daños al público
En base a lo expresado anteriormente, sobre los peligros de las pseudoterapias se pueden mencionar los casos de Makayla Sault, quien abandonó su quimioterapia y el de Caroline Lovell, quien fue tratada con una falsa terapia. Ambas murieron por poner su fe en esas falsas creencias. Tampoco se puede olvidar a Steve Jobs que abandonó la medicina basada en evidencia para seguir un falso tratamiento que terminó por empeorar su condición lo que lo llevó a la muerte. Otro de los casos trágicos fue el de Candace Newmaker, quien fue asesinada por falsos terapeutas y sus padres por seguir la idiota Terapia de apego.
Un estudio de expertos en salud pública de la Universidad de Columbia parece confirmar que las personas enfermas de cáncer de mama hacen un mayor uso de terapias complementarias se asocia a un menor inicio del tratamiento con quimioterapia.[2] Las mujeres que no inician el tratamiento tienen más probabilidades de ser las que usan muchas formas diferentes de pseudoterapias.
Los investigadores del estudio dividieron las terapias alternativas en cinco categorías, siendo el consumo de vitaminas y suplementos dietéticos el que más se asociaba con negarse a empezar el tratamiento de quimioterapia. Practicar terapias físicas, como yoga o reiki, no parece influir, según este trabajo que se publica en JAMA Oncology. Pero cuantas más modalidades se practicaban, más probable resultó que la paciente rechazara el tratamiento recomendado.
Existen todo tipo de pseudoterapias, pero es bastante sencillo reconocerlas puesto que utilizan un vocabulario típico: hablan de generalidades como vibraciones, armonización, energía, equilibrio, o se califican como naturales y holísticas, o emplean expresiones que suenan a ciencia, como curación cuántica, memoria del agua, magnetización, bioenergía. Muchas veces apelan a la tradición, hablando de conocimientos ancestrales o de culturas milenarias, y suelen contrastar la supuesta sabiduría de los pueblos de Oriente, de los nativos norteamericanos o de los mayas (entre muchos otros) con la "frialdad" científica y materialista de Occidente.
La medicina basada en evidencias utiliza diversas herramientas para determinar si una terapia propuesta realmente funciona. Se realizan experimentos con protocolos estrictos, y estudios de "doble ciego" en donde se compara la efectividad de un medicamento con la de un placebo (por ejemplo, una pastilla similar pero sin ingredientes activos). Los nuevos descubrimientos son cotejados por científicos de todo el mundo, para comprobar su veracidad, y se da por sobreentendido que si hay dudas sobre la efectividad de la terapia, la misma no será empleada en humanos.
Ninguno de estos mecanismos existen en las medicinas alternativas. Los experimentos, cuando se hacen, están mal diseñados (buscan probar, no refutar, las tesis propuestas). Generalmente ni siquiera se hacen experimentos, confiando simplemente en los testimonios de los pacientes (evidencia anecdótica), que luego se usan como propaganda.[3]
Las pseudoterapias que están más difundidas e institucionalizadas son:
- Homeopatía
- Acupuntura
- Psicoanálisis
- Magnetoterapia
- Flores de Bach
- Iridología
- Medicina holística
- Reiki
- Quiropraxia
...entre muchas otras.
Otras falsas terapias
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Véase también
Referencias y ligas externas
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