Telepredicador

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Telepredicador (de televisión y predicador) es el nombre con el que se designa a los charlatanes religiosos que utilizan programas de televisión para promulgar la "verdad" del evangelio. En los Estados Unidos se les conoce como televangelistas y han llegado a convertirse en falsos líderes de opinión muy populares.

Antecedentes

Los telepredicadores difunden mensajes religiosos, por lo general, de naturaleza fundamentalista y conservadora, y recaudan dinero. Muchos de estos fraudulentos sujetos poseen una doble moral ya que han protagonizado escándalos de naturaleza política, sexual o financiera.

En la década de 1980, después de que Jim y Tammy Faye Bakker perdieron su ministerio imperial de 129 millones de dólares debido a un fraude financiero y a un escándalo sexual, muchos creyeron que sería el final del fenómeno de los telepredicadores.[1] Igual sucedió cuando el Rev. Oral Roberts anunció que Dios le mataría si la gente no le daba 8 millones de dólares al final del mes.[2] Y luego, cuando el acérrimo cruzado de la moral Jimmy Swaggart fue capturado contratando prostitutas en un hotel, todos asumían el verdadero final de estos charlatanes. Pero no fue así.[3]

La era de los telepredicadores que hacían carretadas de dinero nunca se terminó. Pase lo que pase, siguen pidiendo dinero y la gente les sigue dando. Si un predicador de este tipo sale del cuadro, varios más están esperando para llenar su lugar. Nada parece capaz de detener este tren, ni las denuncias de su hipocresía, los escándalos sexuales, afirmaciones milagrosas fraudulentas, enormes ingresos, ni siquiera los estilos de vida decadentes que harían que el mismo rey Luis XIV palideciera. Realmente es un fenómeno sorprendente. Hombres con un poco de carisma y una gran cantidad de agallas y amor po el dinero y los bienes materiales han creado una industria global única que entrelaza la televisión, la religión, el capitalismo, la caridad, el mundo del espectáculo, y una sorprendente codicia. Muchos de estos predicadores pueden parecer bufones inofensivos pero los que son buenos para esto no son tontos. Hábilmente explotan miles de años de tradición religiosa para pasarles la charola a las personas crédulas y recolectar decenas de millones de dólares. Gran parte de las personas que dan dinero probablemente lo necesitan para otras cosas, pero prefieren dárselo a un charlatán.

Los dineros

En el evento de Benny Hinn llamado la "Cruzada de Milagros", Hinn dijo a una audiencia de cerca de seis mil personas sobre la necesidad de darle dinero, mucha dinero. Les advirtió que "Dios sabe" exactamente cuánto pueden permitirse el lujo de dar, una táctica brillante para poner los tacaños sobre aviso. También prometió a la multitud que lo que dieran hoy, se lees retribuiría después. "Cuanto más se siembra, más se va a cosechar", dijo Hinn.

En 2011, un predicador de poca monta en la televisión dijo: "Usted debe dar al Señor". "Dé lo más que pueda, no importa cual sea su situación. Mientras peor su situación, más importante es que usted dé. Él le recompensará. Incluso si usted no tiene un hogar, usted tiene que dar algo ".

Uno pudiera preguntarse: ¿Cómo estos predicadores le exprimen dinero a los pobres? Estos sujetos duermen en camas con sábanas de seda que cuestan más que un coche. Lo más increíble de todo es cómo es que muchos de estos fraudulentos charlatanes son capturados in fraganti en escándalos sexuales para después reanudar su carrera tan pronto como el humo se disipa. Una persona común difícilmente puede ser atrapado en cuestiones similares y salir indemne como el Rev. Peter Popoff. En la década de 1980, James Randi descubrió que Popoff usaba un dispositivo inalámbrico para recibir información personal sobre las personas que, previamente fueron entrevistadas por miembros del personal del predicador. Posteriormente, Popoff impresionaba al público al afirmar que el mismísimo Dios le habló acerca de sus dolencias. Popoff confesó el fraude y su ministerio fue a la quiebra poco después de ser presentada. Sin embargo, Popoff no dejó esa excelente fuente de dinero. Está de vuelta en la televisión. Popoff sigue "sanando" gente y pidiendo dinero porque Dios siempre necesita un poco más de dinero para salir adelante. Su ministerio según informes, le mete más de 20 millones por año.[4] En la actualidad sus programas de estilo infomercial salen al aire por las mañanas en BET (Black Entertainment Television).

Una cosa como la astrología drena la economía de modo lento. Los astrólogos se hacen ricos en silencio y discretamente durante un largo período de tiempo. La charlatanería médica y las sanaciones por fe están ahí también para hacer una gran cantidad de dinero también. Pero charlatanes como los telepredicadores logran cantidades de dinero multiplicadas muchas veces más.[5]

Muchas personas creen que los telepredicadores son los tesoreros designados por Dios. Estos predicadores hablan de sacrificio y de hacer lo que sea posible para que sus clientes den dinero, pero ¿dónde está su propio sacrificio financiero? ¿Por qué ellos no están "dando todo lo que pueden"? ¿Nunca se les ha visto hacer donaciones de dinero, solo su tiempo para dar sus espectáculos, pero únicamente lo hacen para pedir más y más dinero.

Si uno es profundamente religioso y tienen una necesidad irresistible o sentido de obligación de "difundir el Evangelio a todos los rincones de la Tierra," ¿por qué no hacerlo uno mismo? Cortar a esos intermediarios millonarios y quedarse con su dinero. ¿Por qué debería apoyar el estilo de vida de lujo de un puñado de charlatanes? ¿Por qué financiar a los predicadores de televisión? ¿Por qué seguir confiando en ellos? Cualquiera puede predicar también. Nadie necesita a los telepredicadores.

He aquí una idea aún mejor: tome todo el dinero que va a enviar a un predicador de televisión, que seguramente lo usará para comprar su nuevo reloj Rolex y mejor dónelo a UNICEF. UNICEF mejora las condiciones de vida de los niños y madres en los países más pobres. ¿En qué sentido sería malo darle sus pocos dólares a instituciones establecidas legalmente en vez de dárselo un infeliz que come caviar en un jet camino a un resort en las Islas Caiman? Si el dios que usted adora tiene un problema con que elija UNICEF en vez de un predicador de televisión, entonces tal vez es hora de cambiar de dios u optar por la no creencia.[6]

El caso de los telepredicadores millonarios es tan extraño y de extravagancia religiosa que sorprende. Estos fraudulentos mentirosos son ricos más allá de lo que pueden creer, algo que no parece disuadir a sus seguidores de darles aún más, y el público no tiene forma de saber cuánto reciben o gastan porque sus ministerios no están obligados a informar esa información. Y todo es libre de impuestos.[7]

Referencias y ligas externas

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  1. Hanna Rosin, “Televangelist Jim Bakker's Road to Redemption,” Washington Post, August 11, 1999, http://www.washingtonpost.com/wp-srv/style/daily/aug99/bakker11.htm.
  2. Track Owner Pledges $1.3 Million to Roberts,” New York Times, March 22, 1987, http://www.nytimes.com/1987/03/22/us/track-owner-pledges-1.3-million-to-roberts.html?src=pm
  3. Wayne King, “Swaggart Says He Has Sinned; Will Step Down,” New York Times, February 22, 1988, http://www.nytimes.com/1988/02/22/us/swaggart-says-he-has-sinned-will-step-down.html
  4. Ric Romero, “Preacher Sells Debt Removal through Prayer,” KABC-TV, February 28, 2011, http://abclocal.go.com/kabc/story?section=news/consumer&id=7984766
  5. James Randi, “The Amazing Randi Wants You to Think,” Caymanian Compass, June 1, 2000, p. A12.
  6. Harrison, Guy P. 50 Popular Beliefs That People Think Are True. 1st ed. Amherst, NY: Prometheus, 2012. Print. ISBN 978–1–61614–495–1
  7. David Gee (2019) «Private Jet-Loving Megachurch Pastors Exposed by “Inside Edition”». Vía: patheos.com.
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