Homeopatía y sus principios

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Homeosectarismo

Los dos principios fundamentales de la homeopatía son la Ley de los similares y la Ley de los Infinitesimales (cuanto menor es la dosis, mayor es el efecto). Pero los principios se describen de manera diferente por los diferentes recursos de la homeopatía. Una de las descripciones más completas enumera siete principios principales. Nótese que la falsa ley de Hering no está incluida en la mayoría de las listas.

Para que estas 'leyes', principios o doctrinas se demuestren verdaderas, gran parte de nuestro conocimiento establecido sobre física, química, farmacología, fisiología, fisicoquímica y biología estaría todo equivocado en la misma dirección.

Para mostrar cuán monumentalmente tontos son los principios de Samuel Hahnemann, es útil considerar un ejemplo simple. Según la homeopatía, si la cafeína en el café le mantiene despierto, esta sustancia diluida le hará dormir. Cuanto más diluido sea el café, mejor funcionará como remedio para dormir. Si sigue diluyéndolo hasta que ya no quede una sola molécula de cafeína, será aún más efectivo. Si gotea el líquido resultante (demostrado que no tiene cafeína) en una pastilla de azúcar (llamado 'chocho') y deja que se evapore, la pastilla de azúcar, de alguna manera que ni siquiera los más grandes homeosectarios de la historia pueden ponerse de acuerdo cómo sucede, recordará la cafeína y será un remedio eficaz para dormir.

Los principios

El conocimiento científico establecido es incompatible con cada uno de los principios homeopáticos que se enumeran a continuación:

Ley de los similares

Conocida también como ley de la semejanza. Según proponen los homeosectarios, el homeópata determinará el tratamiento equiparando los síntomas que experimenta con síntomas similares que produciría una sustancia de origen vegetal, animal o mineral en una persona sana. Así, el paciente tienes lagrimeo, ojos llorosos y goteo nasal, el charlatán podría recomendar extracto de cebolla, porque las cebollas producen esos síntomas en una persona sana.[1]

Refutación: Esto es similar al pensamiento mágico, el mismo tipo de pensamiento asociativo que llevó a los herbolarios en la Edad Media a creer que si una planta se parecía a una parte del cuerpo, sería eficaz en el tratamiento de enfermedades de esa parte del cuerpo. La observación original de Hahnemann, de que una cura para la malaria (cinchona) produjo los síntomas de la malaria en una persona sana, fue un error de su parte y fue desacreditada por ensayos posteriores en otras personas. No hay evidencia creíble, ni justificación, para apoyar el principio de que cualquier sustancia que cause los síntomas de una enfermedad curará esa enfermedad.

Ley de la simpleza

También conocida como la ley de la individualidad medicamentosa. Según esta "ley", en homeopatía cada tratamiento exige una “individualización” meticulosa del mismo.[2][3] Dicho de otra manera, solo un remedio a la vez.

Refutación: La medicina moderna proporciona muchos ejemplos de afecciones que no responden a un solo medicamento, sino a combinaciones de medicamentos. Por ejemplo, las infecciones por Helicobacter pylori, que causan úlceras estomacales y duodenales, se tratan de manera efectiva solo con una combinación de tres medicamentos. No hay razón para pensar que existe un remedio único para cada paciente individual. Todo lo contrario. Los medicamentos recetados están aprobados para su comercialización sobre la base de estudios en grupos de pacientes que muestran que los medicamentos funcionan de manera similar para la mayoría de los pacientes. El ibuprofeno desinflama los tejidos en todos los pacientes.

Ley de los Infinitesimales

También se llama la Ley de los mínimos. Los remedios se administran en pequeñas dosis para evitar agravamiento o intoxicación no deseada. La homeopatía utiliza sustancias a dosis infinitesimales que no tienen efectos secundarios y supuestamente tiene en cuenta no solamente el síntoma del paciente sino su modo de vida.[4]

Refutación: La idea original era usar la dosis efectiva más pequeña posible para minimizar la posibilidad de efectos secundarios. El mayor problema con esta 'ley' es que los homeópatas no solo usan dosis mínimas, sino que regularmente usan dosis inexistentes. Cuando Hahnemann desarrolló sus diluciones, aún no se había descubierto el número de Avogadro, por lo que no tenía forma de saber qué cantidad de la sustancia original quedaba en cada etapa de la dilución. Si no hay ni una sola molécula de la sustamcia original, entonces no hay efectos secundarios, pero sí puede haber efecto placebo.

Cuando los homeópatas se dieron cuenta de que sus remedios no eran más que agua (o alcohol, o azúcar), se les ocurrieron explicaciones metafísicas sacadas de los pelos, diciendo que el remedio de alguna manera mágicamente retiene un recuerdo o impresión de la sustancia original, que actúa gracias a nanopartículas y otras memeses.

Ley de la individualización del enfermo

Eso significa que dos personas con resfriado común pueden recibir dos de estos tratamientos mágicos diferentes porque sus síntomas no son exactos. Por ejemplo, una de ellas puede tener dolor de garganta y la otra no.[5]

Refutación: ¿Por qué una sustancia (aún aquella que ni siquiera existe en el vehículo) podría discriminar a los enfermos?

Doctrina de la experimentación de drogas

Los remedios homeopáticos deben ser probados por 'experimentación' (en inglés, 'provings') en personas sanas para conocer sus propiedades curativas.

Refutación: Los medicamentos reales se prueban con ensayos aleatorios doble ciego controlados con placebo; los remedios homeopáticos se prueban con 'experimentaciones', que generalmente no están controladas ni cegadas. Un pequeño número de voluntarios sanos toma un remedio y llevan un diario detallado de todo lo que experimentan. No se intenta descartar síntomas que podrían no estar relacionados con el remedio, y todo lo informado se incluye en el repertorio para ese remedio.

Una experimentación de este tipo ocurrió en 1999 gracias a la Escuela de Homeopatía de Nueva York. Los resultados aún pueden consultarse en línea.[6] La 'prueba' era de la mosca doméstica común. Obtuvieron una pupa de mosca, la molieron y prepararon 12 viales de potencia 30C (es decir, no quedan moléculas de mosca restantes). Diez individuos sanos tomaron el remedio; no se les dijo cuál era el remedio, pero no hubo otro intento de cegamiento ni grupo de control. Los experimentadores, que se autodenominaron 'Maestros experimentadores', durmieron con el remedio debajo de la almohada y 'experimentaron síntomas fuertes'. Los diez sujetos informaron cientos de síntomas, que clasificaron en 37 áreas como ojos, oídos, miedos, sueños, alimentos. , cara, olor, estómago, etc.

Es obvio que algunos de estos síntomas se deben a una imaginación o ilusiones hiperactivas, otros son cosas que cualquier persona normal podría informar en el curso de la vida diaria (seguramente las personas pueden experimentar el deseo de masturbarse en otros momentos cuando no están tomando un remedio en una prueba), y ninguno puede ser contribuido a la mosca doméstica, que se ha diluido hasta sacarla de la existencia.

Teoría de la enfermedad crónica

A pesar de sus mejores esfuerzos en el tratamiento homeopático, Hahnemann descubrió que algunos casos recurrían obstinadamente. Al investigar una gran cantidad de casos crónicos, determinó que las enfermedades crónicas son causadas por 'miasmas' crónicos. El miasma Psora es la 'madre de todas las enfermedades' y es la causa de 7/8 de la enfermedad; y el resto se deben a los otros dos miasmas, sífilis y 'sycosis'.[7]

Refutación: Hahnemann desarrolló su pseudoteoría de los miasmas para explicar los fracasos de la homeopatía en enfermedades crónicas. Afirmó que Psora era el miasma fundamental, creando susceptibilidad a todos los demás miasmas y enfermedades, responsables del 85% de todas las enfermedades crónicas. Contagiosa por el más mínimo toque, está presente en todos los seres vivos. Surgió de una erupción cutánea que ahora se sabe que es causada por la sarna del ácaro del picor. Un segundo miasma, la sífilis, es causada por la sífilis suprimida y se hereda. El tercer miasma es la sycosis (sicosis), o gonorrea suprimida, que es transmisible a otros y también es hereditaria.

Esto no tiene sentido para nadie y no hay de qué preocuparse; Hahnemann se lo inventó todo. Estos supuestos 'miasmas' no se parecen a nada que exista en la realidad. No hay absolutamente ninguna evidencia que respalde las afirmaciones de Hahnemann. Las enfermedades de la sarna, la sífilis y la gonorrea se conocen bien hoy y son eminentemente curables con medicamentos modernos. No causan enfermedades crónicas y no pueden heredarse.

Teoría de la fuerza vital

Hahnemann y los homeosectarios que le seguían hasta el día de hoy, creían que la naturaleza esencial de un ser vivo no se encontraba en los tejidos y órganos físicos del cuerpo. Los homeópatas percibieron una inteligencia, llamada 'Fuerza vital', 'principio dinámico' o 'principio vital', 'vitalismo', o 'dinamis'.[8] Esta idea dicta que existe una fuerza vital inmaterial que anima al organismo humano y mantiene las funciones normales. Si se desordena dinámicamente, los signos y síntomas de la enfermedad se manifiestan. Si la fuerza vital está demasiado debilitada, nada puede lograr una cura.

Refutación: Esto se basa en ideas obsoletas. El vitalismo es la teoría de que el origen y los fenómenos de la vida dependen de una fuerza o principio distinto de las fuerzas puramente químicas o físicas. Hahnemann dijo que las enfermedades '... son únicamente alteraciones espirituales (dinámicas) del poder similar al espíritu (el principio vital) que anima el cuerpo humano'. La ciencia moderna ha demostrado que los fenómenos que alguna vez se creyeron que tenían causas inmateriales pueden explicarse en términos materiales como procesos emergentes. El mito del vitalismo ha sido rechazado por la filosofía y la medicina por igual, pero persiste en la mitología de la 'medicina energética' de la medicina alternativa. Los críticos de la medicina alternativa han señalado que el vitalismo es incompatible con la ciencia.

Doctrina de la dinamización de drogas

La dinamización es un proceso mediante el cual se despiertan las propiedades medicinales latentes de las sustancias naturales. Se potencian mediante un proceso de agitación vigorosa conocido como sucusión. Este proceso hace que los venenos sean inofensivos y transforma las sustancias en remedios curativos sin efectos secundarios.

Refutación: a sacudida vigorosa (sucusión) dinamiza o potencia los remedios para liberar sus poderes curativos. Esta cita de un sitio web de homeopatía lo dice todo:

"La potenciación, como gran parte de la ciencia de vanguardia en la actualidad, desafía la concepción moderna de la materia. En general, un remedio por encima de la potencia de 12C no contiene moléculas de la sustancia de la que se creó, y sin embargo tiene propiedades que estimulan la curación y que son exclusivas de ese remedio solo. En otras palabras, incluso sin las moléculas que lo identifican en su forma material, el remedio todavía tiene cualidades que le pertenecen y no a ningún otro remedio. Además, cuanto más potenciado es el remedio, más claramente aparecen estas otras cualidades, tanto en las pruebas como en la curación. Podemos inferir que hay algo más que moléculas que hacen que las sustancias sean únicas, algo que se fortalece en el proceso de potenciación. Esto se ha descrito como el aspecto energético de la sustancia, y a veces los homeópatas usan la analogía de la electricidad o la resonancia para explicar su acción, diciendo que el remedio funciona 'transmitiendo una carga' al paciente o haciendo coincidir la 'frecuencia de resonancia' del paciente." Por esta razón, a la homeopatía le llaman "Medicina energética"

Esto no es ciencia; es un alegato especial en un intento de apoyar una creencia que no está respaldada por ninguna evidencia científica. La supuesta 'energía' en la 'medicina energética' no es detectable por los científicos que pueden medir energías reales de todo tipo hasta el nivel subatómico. No hay necesidad de asumir 'algo más que moléculas' para explicar cómo funciona la homeopatía. Hay una explicación mucho más plausible: no funciona, y las personas se dejan engañar por sus experiencias y las debilidades de la psicología humana.

'La homeopatía no puede funcionar como se afirma'. La evidencia contra la homeopatía es tan fuerte como la evidencia de que los planetas orbitan alrededor del sol, se conservan la masa y la energía, la tierra tiene varios miles de millones de años y las especies evolucionaron mediante un proceso de variación y selección natural.[9]

Para mayor información véase también

Referencias y ligas externas

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  1. Plusesmas staff «4 principios de la homeopatía». Vía: plusesmas.com.}}
  2. A. Ballester Sanza, M.J. Sanz Franco y E. Galan Grau (Feb, 1999) «Homeopatía. Fundamentos científicos». Vía: sld.cu. Volumen 6, Número 2
  3. Pilar Solsona «Principios de la homeopatía». Vía: homeopatiazaragoza.com.
  4. Redacción (Ago, 2011) «Homeopatía, la medicina infinitesimal». Vía: elmedicointeractivo.com.
  5. Plusesmas staff «Ibid». Vía: plusesmas.com.
  6. Susan Sonz & Robert Stewart (1999) «Musca domestica: a proving of House Fly». Vía: nyhomeopathy.com.
  7. Ann Jerome Croce (Nov, 2000) «The Thought Behind the Action - Miasms: Psora, Syphilis, Sycosis». Vía: homeopathycenter.org.
  8. Staff «Vital Force». Vía: centerforhomeopathy.com.
  9. Harriet A. Hall (Nov, 2017) «Homeopathy». Vía: skepdoc.info.