Paul Feyerabend
Paul Feyerabend | |
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Información Biográfica | |
Nombre Real |
Paul Karl Feyerabend
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País |
Austria |
Lugar |
Viena |
F. de Nacimiento |
13 de enero de 1924 |
Edad |
70 años |
Fallecimiento |
11 de febrero de 1994 |
Información Personal | |
Ocupación |
Profesor universitario, epistemólogo anticientífico e irracionalista |
¿Existe? |
Sí |
Afiliación |
Paul Karl Feyerabend es el filósofo anticientífico e irracionalista creador de la doctrina posmodernista todo vale.
A lo largo de su vida ha ido pasando por diferentes corrientes epistemológicas.
Biografía
(Falta completar)
Un mal ejemplo: sus actitudes y su inestabilidad
Mario Bunge lo describe del siguiente modo:
- Feyerabend tuvo múltiples talentos, pero no desarrolló plenamente ninguno de ellos: fue un aficionado en todo lo que hizo. Toda su vida fue inquieto, rebelde sin causa, exagerado y desbrujulado, como dicen los franceses. No tuvo paciencia para estudiar a fondo ningún tema hasta dominarlo.
- Fue radical en todo. Osciló de un extremo al otro. De joven se enroló como voluntario en el ejército nazi. Estudió un poco de física bajo la dirección de un profesor tristemente célebre por haber “descubierto” el inexistente monopolio magnético. Luego fue a Berlín Oriental para estudiar dirección teatral con el gran Bertolt Brech, comunista de nombre pero anarquista de corazón.
- Al poco tiempo, Feyerabend cambió de mentor: esta vez se arrimó al gran físico danés Niels Bohr. Nada salió de esto. Bohr era algo excéntrico, pero también serio y exigía resultados. Pocos años después, Feyerabend se arrodilló ante Karl Popper. Al poco tiempo se enemistó con él. Luego pasó un tiempo con Stefan Corner en Bristol, y finalmente emigró a Berkeley, California.
- En Estados Unidos Feyerabend trabó amistad con el historiador de la ciencia Thomas S.Kuhn. Entre los dos improvisaron el programa de la nueva filosofía y sociología de la ciencia, que reniega de la razón y echa por la borda el concepto de verdad objetiva, al sostener que los cambios científicos son tan irracionales como lo cambios de modas.
- Feyerabend anduvo como gitano tanto por el mapa de la cultura como por el mundo. La ciencia y la filosofía le quedaban chicas: anhelaba la presunta libertad del arte, y pensaba que no debería haber diferencias entre éste y la ciencia. Una vez me llamó por teléfono desde California tan sólo para informarme que la Universidad de Florida le había ofrecido el decanato de la escuela de música. Naturalmente, no lo aceptó.
- Feyerabend no acataba disciplinas ni compromisos de ninguna clase. Sin ataduras familiares, discípulos, colaboradores, ni programas de investigación a largo alcance, era libre de moverse a la deriva. Primero abandonó Austria por Alemania. Luego se expatrió a Inglaterra, y más tarde a Estados Unidos. Durante los últimos años de su vida enseñó a la vez en Berkeley y en el Politécnico de Zúrich.
- Le gustaba épater le bourgeois, atacando las creencias mejor fundadas y las reputaciones mejor ganadas. Por este motivo era un expositor taquillero. Sus alumnos decían que asistían al “circo Feyerabend”. Admitían que iban para divertirse, no para aprender. En su oficina tenía un enorme póster mostrando a King Kong, fantasía biológicamente imposible. No dejó sino un discípulo.
- A comienzos de su carrera filosófica Feyerabend hizo buena letra: escribió algunos artículos epistemológicos serios, aunque no originales. Al cabo de unos años se hartó de la disciplina intelectual y descolgó con su famoso libro Contra el método (1975), que lo hizo célebre de al noche a la mañana.
Su inspiración anticientífica
La vía que llevó a Feyerabend a apostatar de la ciencia fue un camino de Damasco. Él mismo la describió hace tres décadas en la revista israelí de filosofía. En ella cuenta cómo se había hartado de múltiples tratamientos médicos para curarse una enfermedad crónica. Un día que caminaba por una calle de Londres, Feyerabend vio un cartel que anunciaba curaciones milagrosas. Convencido de que no tenía nada que perder (dilema del prisionero), bajó las escaleras y entró en el consultorio de la curandera. Ella lo interrogó y le recetó un tratamiento heterodoxo.
Según Feyerabend, la curandera le curó el mal crónico. Obviamente, el paciente nunca había oído hablar del efecto placebo, ni recordaba el viejo proverbio “Una golondrina no hace verano”, ni la antigua admonición “después de no es lo mismo que causa de” (o quizá sólo quería ser persuadido). En otras palabras: ignoró el principio de "correlación no implica causalidad".
Su “conclusión” fue que el curanderismo vale tanto como la medicina, si no más que ésta. Sin más tardar, generalizó esta tesis a todos los campos. Éste es el origen del “anarquismo gnoseológico”. O sea, se trata de una generalización a partir de un solo caso (generalización precipitada), y sin asomo de control experimental. Es el mismo razonamiento precientífico que alimenta la fe en la homeopatía, el psicoanálisis y la religión.
Su doctrina del "todo vale"
(Falta completar)
Básicamente "funciona" así: No importa qué método uses, todo es válido, así eso contradiga a la lógica y las matemáticas.
Relación con el posmodernismo
(Falta completar)
Fue una figura clave, pues de él viene la idea de defender a las pseudociencias y todo movimiento anticientífico.
Críticas
(Falta completar)
Ha sido muy criticado desde que publicó su libro Contra el método, entre sus críticos está Mario Bunge.
Referencias y ligas externas
- Paul Feyerabend, por Mario Bunge (crítica): http://www.academia.edu/3833373/Paul_Feyerabend_por_Mario_Bunge