Negacionismo

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Definiciones ampliadas
Negacionismo

El negacionismo es la negativa a aceptar una teoría, ley, hecho o evidencia bien establecida. Ha sido definido como el rechazo de conceptos básicos, aceptados y fuertemente apoyados por la evidencia que forman parte del consenso científico en tal área en favor de ideas que son radicales y controversiales. Se ha propuesto que sus variadas formas tienen en común el rechazo a la arrolladora evidencia y la búsqueda de controversia en un intento de negar que exista un consenso.

El negacionista puede negar una causa (el dióxido de carbono no causa el calentamiento global), un efecto (la Tierra no se está calentando), la asociación entre los dos (la tierra se está calentando, pero no a causa del dióxido de carbono), la dirección de la relación de causa y efecto (las concentraciones de dióxido de carbono están aumentando debido a que la tierra se está calentando) o la identificación de la relación causa-efecto (otros factores distintos de los gases de efecto invernadero están causando que la tierra se caliente). A menudo, los negacionistas practican la minimización (la tierra se está calentando, pero no es perjudicial) y utilizan el escepticismo fuera de lugar para dar una chapa injustificada del pensamiento científico.

Historia

El negacionismo es una resultante de la memoria de los acontecimientos trágicos que tuvieron lugar en Francia, y en Europa en general durante el conflicto bélico de 1939-1945. Se trata de una corriente de pensamiento que nació en Francia y fue especialmente activa luego de la Segunda Guerra Mundial, como consecuencia de los acontecimientos ocurridos en ocasión de ese conflicto, y se desarrolló a partir de 1950, e intensificadamente en los últimos años.

Revisionismo vs negacionismo

Para esclarecer lo que significa un pensamiento negacionista es necesario diferenciar dos posturas con respecto al análisis de la historia reciente: el revisionismo y el negacionismo.

  • El revisionismo consiste, por parte del historiador, en examinar las ideas historiográficas tradicionales, ponerlas en duda y de esta manera introducir una nueva interpretación de los hechos históricos, a partir de nuevos descubrimientos en los temas estudiados. Por esto el revisionismo es una postura normal respecto de la historia tradicional.
  • El negacionismo es diferente en el sentido de que no "revisa" los hechos, sino que los niega completamente. Así, los negacionistas niegan la existencia propia de la Shoah, es decir el exterminio de los judíos y de todos los individuos considerados como inferiores. Tal posición ante al referido genocidio perpetrado por los nazis es lo que se llama negacionismo[1].

Negacionismo vs escepticismo

Es posible combinar el escepticismo y el negacionismo, ya que los defensores de ambos parecen "negar" que algo exista hasta que se les convenza de lo contrario. Pero decir que un escéptico es un negador de la homeopatía y que un negador del Holocausto es un escéptico, sería un error[2].

Si bien ambos tienen un tono negativo o crítico, las posiciones son diferentes en su forma de ver y adquirir e interpretar los datos. El escepticismo es un método, mientras que el negacionismo es una posición. Lo contrario de "escéptico" es "creyente", y es posible adoptar algo sin dejar de ser escéptico.

El negacionismo, sin embargo, dista de ser una postura académica o científica, esto es, sometida a los requisitos y métodos de las disciplinas científicas sociales o humanísticas. Antes bien, es una construcción ideológica que busca legitimarse en la apariencia científica. Quien niega la existencia de los campos de exterminio —o del exterminio mismo de los judíos— no busca construir un conocimiento científico sino legitimar una forma de odio. Ephraim Kaye, o Pierre Vidal Naquet, por poner dos ejemplos, han probado las raíces ideológicos —no científicas— del discurso negacionista[3].

Peligros del negacionismo

Las consecuencias de una política basada en puntos de vista negacionista pueden ser fatales. La negación de Thabo Mbeki de que de que el VIH causa el SIDA impidió a miles de madres VIH positivas en África del Sur que recibieran antirretrovirales por lo que, sin necesidad, transmitieron la enfermedad a su niños[4]. Su ministra de Salud, Manto Tshabalala-Msimang, rechazó infamemente la evidencia de la eficacia de estos medicamentos, para en su lugar abogar por un tratamiento a base de ajo, remolacha y papa africana. Fue irónico que su salida del cargo coincidió con la concesión del Premio Nobel a Luc Montagnier y Françoise Barré-Sinoussi por su descubrimiento de que el VIH es el causante del SIDA. El rechazo de la evidencia científica es también evidente en la popularidad del creacionismo, con un estimado de 45% de los estadounidenses en 2004 creyendo que Dios creó al hombre en su forma actual en los últimos 10,000 años[5]. Mientras sucesivas sentencias de la Corte Suprema de los EE.UU. han rechazado la enseñanza del creacionismo como ciencia, muchas escuelas estadounidenses son cautelosas al hablar de la evolución.

Elementos característicos del negacionismo

El negacionismo es un proceso que emplea algunos o todos los cinco elementos característicos de una manera concertada.

  1. La primera característica es la identificación de conspiraciones. Cuando el abrumador peso de la opinión científica cree que algo es verdad, los negacionistas argumentan que esto no es porque los científicos hayan estudiado de forma independiente los datos para llegar a la misma conclusión. Esto se debe, según ellos, a que han participado en una conspiración compleja y secreta. El proceso de revisión por pares es visto como una herramienta mediante la cual los conspiradores reprimen la disidencia, y no como un medio para eliminar los documentos y solicitudes de subvención no respaldadas por evidencias o que carezcan de pensamiento lógico. Existe también una variante de la teoría de la conspiración, el inversionismo, en el que algunas de las propias características y motivaciones son atribuidas a otros. Por ejemplo, las empresas tabacaleras describen la investigación académica sobre los efectos en la salud por el consumo de tabaco como producto de una "industria antitabaco", que describen como "un cártel oligopolístico, altamente concentrado y verticalmente integrado, en combinación con algunos monopolios públicos" cuyo objetivo es "fabricar supuestas pruebas e inferencias sugerentes que vinculan el fumar con diversas enfermedades y mercadeo y la difusión y publicidad de estos supuestos hallazgos a la mayor cantidad posible de público"[6].
  2. La segunda característica es el uso de falsos expertos. Estas son personas que pretenden ser expertos en un área en particular, pero cuyos puntos de vista son totalmente incompatibles con el conocimiento establecido. Han sido ampliamente utilizados por la industria del tabaco desde 1974, cuando un alto ejecutivo de RJ Reynolds diseñó un sistema para anotar los científicos que trabajan sobre el tabaco en relación con el grado en que apoyaron la posición de la industria. La industria adoptó este concepto con entusiasmo en la década de 1980, cuando un alto ejecutivo de Philip Morris desarrolló una estrategia para reclutar a estos científicos (refiriéndose a ellos como "abrigos blancos") para ayudar a contrarrestar la creciente evidencia sobre los efectos nocivos del humo de segunda mano. Esta actividad se llevó a cabo principalmente a través de organizaciones pantalla cuyos vínculos con la industria tabacalera fueron ocultados, pero bajo la dirección de bufetes de abogados que actúan en nombre de la industria del tabaco[7]. El uso de falsos expertos a menudo se complementa con la denigración de expertos e investigadores establecidos, con acusaciones e insinuaciones que buscan desacreditar su trabajo y ponen en duda sus motivaciones. Stanton Glantz, profesor de medicina en la Universidad de California en San Francisco y que ha hecho una gran contribución a la exposición de las tácticas de la industria tabacalera, es blanco frecuente de los negacionistas del tabaco. Se le describe en el sitio web de Forces como “tristemente célebre por ser el más audaz de los mentirosos en el 'control del tabaco' que la mayoría de la éticamente cuestionable pandilla de estafadores”, y agregan que “él cínicamente implica que su investigación sobre el tabaquismo es ciencia, apoyándose en el triste hecho de que los políticos, por no hablar de los medios de comunicación, no tienen idea de que la epidemiología no es ciencia real y que sus estudios definen lo que llamamos ciencia basura”.
  3. La tercera característica es la selectividad, valiéndose de documentos aislados que desafían el consenso dominante o destacando los defectos en artículos más débiles entre aquellos que lo apoyan, como una forma de desacreditar a todo el campo. Un ejemplo del primer caso es el ampliamente citado artículo de The Lancet acerca de un estudio dirigido por Andrew Wakefield donde describe anomalías intestinales en 12 niños con autismo, que se limitó a sugerir una posible relación con la inmunización contra el sarampión, las paperas y la rubeola[8]. Esto ha sido ampliamente utilizado por los activistas contra la vacunación, a pesar de que 10 de los 13 autores del artículo, se retractaron después de haber hecho la sugerencia de tal asociación. Afortunadamente, el trabajo de la Colaboración Cochrane en la promoción de las revisiones sistemáticas ha hecho que la citación selectiva sea más fácil de detectar.
  4. Como cuarta característica tenemos la creación de expectativas imposibles sobre lo que la investigación puede ofrecer. Por ejemplo, los que niegan la realidad del cambio climático apuntan a la ausencia de registros precisos de temperatura desde antes de la invención del termómetro. Otros utilizan la incertidumbre intrínseca de modelos matemáticos para rechazarlos por completo como medio de comprensión de un fenómeno. A principios de 1990, Philip Morris trató de promover una nueva norma titulada Buenas Prácticas Epidemiológicas (BPE) para la realización de estudios epidemiológicos. Bajo las directrices del BPE, proporciones inusuales, de 2 o menos, no se considerarían una fuerte evidencia de causalidad, invalidando de una sola vez una gran cantidad de investigaciones sobre los efectos en la salud de muchas exposiciones. A pesar de que Philip Morris finalmente redujo su programa BPE (ya que ningún cuerpo epidemiológico estaría de acuerdo con esa norma), la British American Tobacco todavía utiliza este criterio para refutar el riesgo asociado con el tabaquismo pasivo.
  5. La quinta característica es el uso de la tergiversación y las falacias lógicas. Por ejemplo, los grupos pro-fumadores a menudo han utilizado el hecho de que Hitler apoyó algunas campañas antitabaco con el fin de representar a los que abogan por el control del tabaco como si fueran nazis (incluso acuñando el término nico-nazis), esto a pesar de que otros nazis de alto rango eran fumadores. Con esta argumentación quieren bloquear los intentos de difundir la propaganda contra el fumar y, de este modo, asegurar que las tropas dispusieran de un suministro suficiente de cigarrillos.

Negacionismo del Holocausto

El negacionismo del Holocausto es el más radical del así llamado “revisionismo histórico” relacionado con la Segunda Guerra Mundial. Poco después de la Guerra hubo el primer intento de negar los hechos del Holocausto. Este fenómeno fue alcanzando notoriedad especialmente entre antiguos miembros y seguidores del nacionalsocialismo, así como entre miembros del movimiento colaboracionista que se negaban a aceptar responsabilidad por los Crímenes de Genocidio mediante el procedimiento de la simple negación. El negacionismo del Holocausto fue desde el principio un conjunto de interpretaciones históricas que pretendían ofrecer una imagen positiva de los Nazis. Fue por tanto creado a la luz de las necesidades políticas de los movimientos neonazis.

El movimiento internacional del negacionismo del Holocausto utiliza diversas estrategias y líneas de argumentación. Sus tácticas oscilan entre la negación total de los hechos hasta la minimización y trivialización de los Crímenes del Nacional Socialismo[9].

Negacionismo del SIDA

Consiste en la negación de que existen pruebas convincentes de que el VIH (virus de la inmunodeficiencia humana), sea el causante del SIDA (síndrome de inmunodeficiencia adquirida). La realidad es que el consenso científico indica que el SIDA ha matado a más de veinticinco millones de personas en todo el mundo y que el VIH causa el SIDA[10]. Son estos mismo negacionistas quienes declaran que el fármaco AZT causa SIDA. Véase Negacionismo del VIH/SIDA.

Respondiendo al negacionismo

Los negacionistas son impulsados por una gama de motivaciones. Para algunos es la codicia, atraídos por la generosidad corporativa de las industrias del petróleo y del tabaco. Para otros, es la ideología o la fe, haciendo que rechacen cualquier cosa incompatible con sus creencias fundamentales. Por último, está la excentricidad y la idiosincrasia, a veces alentadas por el estatus de celebridad atribuidas al inconformista por los medios de comunicación..

Sin importar cual sea la motivación, es importante reconocer el negacionismo cuando se tenga enfrente. La respuesta académica normal a un argumento contrario es entablar una discusión con él, poniendo a prueba las fortalezas y debilidades de los diferentes puntos de vista, en la expectativa de que la verdad surgirá a través de un proceso de debate. Sin embargo, esto requiere que ambas partes obedezcan ciertas reglas básicas, tales como la disposición a ver la evidencia en su conjunto, rechazar las distorsiones deliberadas y aceptar los principios de la lógica.

Un discurso significativo es imposible cuando una de las partes rechaza estas reglas. Sin embargo, sería un error evitar que los negacionistas tengan una voz. En lugar de ello, argumentamos, es necesario cambiar el debate del tema en cuestión, en lugar exponiendo al escrutinio público las tácticas que emplean e identificarlos públicamente como lo que son. La comprensión de las cinco tácticas mencionadas anteriormente proporciona un marco útil para hacerlo[11].

Véase también


Referencias y ligas externas

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  1. El negacionismo. Marion Tourn; (Serie Memoranda (XXXVIII))
  2. rationalwiki.org
  3. Ruiz de la Serna, Ricardo; Castigar el negacionismo. 21 de febrero, 2014
  4. Bateman C. Paying the price for AIDS denialism. S. Afr. Med. J. 2007;97:912–14
  5. Newport F. Third of Americans say evidence has supported Darwin’s evolution theory. (Inglés)
  6. Apt CC. The anti-smoking industry, Philip Morris internal report. September 1983; Bates No. 2025042325/2332. (Inglés)
  7. Diethelm PA, Rielle J-C, McKee M. The whole truth and nothing but the truth? The research that Philip Morris did not want you to see. Lancet 2005;366:86–92. (Inglés)
  8. Wakefield AJ, Murch SH, Anthony A, et al. Ileal-lymphoid-nodular hyperplasia, non-specific colitis, and pervasive developmental disorder in children. Lancet 1998;351:637–41. (Inglés)
  9. Natalia Sineaeva-Pankowska; Cómo comprender y luchar contra el negacionismo del holocausto. No. 2, 2008
  10. spanish.skepdic.com
  11. Diethelm, Pascal & McKee, Martin. Negacionismo: Qué es y cómo deben responder los científicos European Journal of Public Health, Vol. 19, No. 1, 2–4. (Español)