Monstruo del lago Ness

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CRIPTOZOOLOGÍA

El monstruo del lago Ness, conocido familiarmente como "Nessie", es el nombre de una criatura perteneciente al folclor contemporáneo que se afirma tiene su hogar en el profundo lago Ness, cerca de la ciudad de Inverness, en Escocia. Junto con Pie Grande y el Yeti, Nessie es quizá el ser mitológico más amado de la criptozoología.

Fue tanta su fe en la existencia de esta criatura que Sir Peter Scott, uno de los naturalistas británicos más conocidos y respetados, promovió el uso de un nombre científico en griego para ella: Nessiteras rhombopteryx.

El lago Ness, como con otros lagos de las tierras altas, cuenta con antiguas leyendas acerca de ninfas acuáticas y otros seres que se ocultan en sus profundidades. Sin embargo, la leyenda de Nessie fue una de las primeras en ponerse por escrito. La opinión generalizada es que los primeros avistamientos del monstruo nos llegan desde hace más de un millar de años por parte de San Columba, y que estos avistamientos han seguido de forma más o menos regular desde entonces. Esto es incorrecto.[1]

Archivo:Nessie-01.jpg
San Columba y su monstruo.

Según la leyenda, el monstruo quiso atacar a un nadador y San Columba arremetió contra la bestia gritándole que no hiciera daño al hombre y que se marchara rápido. La bestia, al oír esto, huyó.[2]

El informe del avistamiento de San Columba es un ejemplo de la pobre información que plaga el "misterio" del Lago Ness. El avistamiento se tomó de una biografía del santo escrita en 565 E.C. por Adamnan, en un tiempo en que se esperaba que el biógrafo de un santo probara su santidad contando historias maravillosas sobre sucesos extraños y milagrosos relacionados con él.[3] Tales historias difícilmente pueden tomarse como fiables. Además, el "monstruo" de San Columba ni siquiera era del Lago Ness, sino del río Ness, una masa diferente de agua tan superficial que no se puede navegar siquiera, ni mucho menos albergar a un monstruo.[1]

Los informes de avistamientos realizados en 1520, 1771 y 1885 llegaron por primera vez en una carta publicada el 20 de octubre de 1933, en la revista the Scotsman. La carta era de un tal David Murray Rose, que no facilitó ni su dirección o referencias específicas acerca de las crónicas o publicaciones en donde sus historias extrañas y maravillosas podrían encontrarse.[4] Nadie ha sido capaz de encontrar ninguna otra referencia fuera de la carta de Rose sobre estos supuestos avistamientos.

Primer fraude

Supuesta fotografía de Nessie tomada por el ginecólogo londinense, Dr. Robert Kenneth Wilson y publicada el 21 de abril de 1934.[5]

La ciudad de Inverness se encuentra a unos pocos kilómetros al noreste del lago Ness, y el primer informe registrado del monstruo apareció en el Inverness Courier, el 2 de mayo de 1933, escrito por Alex Campbell. Los testigos eran el señor John Mackay y su señora, una pareja local que estaban conduciendo a lo largo del lago. El informe de Campbell acerca de lo que vieron los Mackays es enormemente exagerado. Afirma, por ejemplo, que "la criatura se entretenía rodando y hundiéndose por completo durante un minuto, su cuerpo se asemejaba al de una ballena". De hecho, el Sr. Mackay, el conductor, no vio nada y la señora Mackay vio una conmoción violenta en el agua que parecía ser causada "por dos patos luchando".

Resulta que este clásico primer avistamiento del monstruo era un engaño. Fue ideado por un par de agentes de publicidad que había tomado el trabajo de crear publicidad para varios hoteles locales. Esto fue revelado por Henry Hermann Bauer en un libro que es en general favorable a la idea de que hay algo realmente inusual en Loch Ness. Bauer argumenta, más bien de modo poco convincente, que a veces un engaño como este es necesario para que un verdadero fenómeno misterioso sea conocido.[6]

Otros reportan que en realidad fue una tal Mary Hamilton la primera testigo del avistamiento de la bestia.[7]

Desde 1933 se han realizado numerosos reportes sobre el monstruo. Loch Ness es un lago grande, largo, y profundo donde ciertos fenómenos naturales pueden proporcionar el estímulo para la percepción y construcción de un monstruo donde no lo hay. Por ejemplo, el lago contiene numerosos salmones. En raras ocasiones, llegan a la superficie en grupos, causando una perturbación considerable. El capitán John Macdonald, que había navegado el lago durante más de cincuenta años sin haber visto nunca nada parecido a un monstruo, sugirió este tipo de eventos como una explicación para el avistamiento de los Mackay unos días después de que la historia de Campbell se publicó.

También hay nutrias en el lago, que llegan a tener un promedio de un metro y 20 centímetros de largo. Al jugar juntas, con varias nadando en línea, una buceando, y la siguiente, en la superficie, etc., un grupo de nutrias podría simular fácilmente el aspecto de serpiente que a veces se dice que tiene el monstruo Nessie. Además, las nutrias son más bien raras y llegan a ser desconocida para la mayoría. Las nutrias han sido confundidas con "monstruos" en otros lagos de Escocia. Los ciervos son comunes en todo el lago y se sabe que nadan en sus aguas. Un ciervo nadando en un lago no es algo que la mayoría de la gente espera ver y, si el lago pasa a tener la reputación de dar cobijo a un monstruo, es probable que se perciba un monstruo. Troncos y trozos de madera flotante extrañamente también pueden ser confundidos con un monstruo, si eso es lo que uno está esperando ver. ¿Y quién podría ir al Lago Ness sin esperar al menos conseguir una buena vista del monstruo?

Ya se ha demostrado que la refracción atmosférica, asociada con una capa de inversión térmica (el aire frío cerca de la superficie del lago, el aire caliente arriba), puede producir ilusiones sorprendentes en las que objetos conocidos se distorsionan visualmente tanto en la forma y tamaño. Existen las condiciones perfectas para este tipo de inversiones de temperatura creadora de ilusiones ópticas no solo en Loch Ness, sino en muchos otros lagos donde se han reportado monstruos ocasionales.[8]

La "foto del cirujano"

Existen fotografías que se dice muestran el monstruo y, una vez más, el paralelo entre los monstruos y los OVNIs es sorprendente. Muchas de las fotografías no muestran otra cosa que formas indistintas en el agua. Podrían ser cualquier cosa, y probablemente lo son. Además, algunas de las fotos no incluyen las orillas del lago en la imagen, ni un punto de referencia válido, por lo que uno puede razonablemente pensar que debieron haberse tomado en cualquier lugar: en un estanque en el patio trasero del fotógrafo, por ejemplo. Teniendo en cuenta que hoy en día el número de personas portando cámaras, teléfonos celulares con cámaras de altísima calidad de imagen y otro tipo de grabadoras de video alrededor del mundo, es asombroso que no existan más y mejores fotos del monstruo, si es que en verdad existe todavía al día de hoy. El fraude también ha desempeñado un papel en las fotografías de monstruos.

El Dr. Kenneth Wilson, afirmó que tomó la fotografía más famosa de Nessie temprano en la mañana el 19 de abril de 1934, mientras conducía a lo largo de la orilla norte del lago Ness. Sin embargo, el propio Wilson se negó a tener su nombre asociado a esa fotografía, por lo tanto, llegó a ser conocida simplemente como la "Foto del cirujano." La foto del Dr. Wilson que muestra una forma razonablemente clara de dinosaurio o plesiosaurio, ahora se sabe que es una falsificación.

Tim Dinsdale

Archivo:Tim Dinsdale Film 1960

La película más famosa de Loch Ness fue tomada por Tim Dinsdale (1924–1987), un ingeniero aeronáutico, en la primavera de 1960. Fue analizada por el Royal Air Force Joint Air Reconnaissance Intelligence Center en 1966 quien informó que el objeto que se mueve en la película era "probablemente un objeto animado". Este informe recibió mucha publicidad, pero los escépticos dicen que aún falta algo importante: la evidencia de la existencia del monstruo. Una lectura cuidadosa del informe muestra que la apariencia del objeto es equivalente a la de una lancha bastante rápida. Esta explicación es rechazada debido a que tales barcos están normalmente pintados de una manera tal que puedan ser visibles en las fotografías en todo momento, (citado en Binns 1984, p. 123), además de que Dinsdale dijo que no era una lancha. El día en que la película fue tomada, Dinsdale, un ferviente creyente en la existencia del monstruo, estaba muy fatigado y ya antes había confundido un tronco de árbol flotante con el monstruo. El informe, a continuación, en realidad muestra que el objeto podría haber sido una lancha que fue pintada de un color poco usual (es decir, sin brillo, en lugar de brillante).

La foto de Robert Rines

El Lago Ness, en la década de 1970, fue el escenario de enormes esfuerzos para obtener, de una vez por todas, una prueba positiva de la existencia del monstruo. Se mantuvo vigilancia durante todo el día durante meses. Sonares escanearon el lago y cámaras sensibles se introdujeron en el mismo. (Uno de los problemas que enfrenta la fotografía submarina en el lago es que el agua es muy turbia.) Un pequeño submarino pasó 250 horas bajo el agua en el lago. ¿Los resultados de todo esto? Nada: no hubo avistamientos ni fotografías de superficie, no hay rastros de sonar de un monstruo que anduviera por ahí, no hay esqueletos del monstruo en el fondo del lago, y sólo una fotografía, obtenida de una cámara submarina en el verano de 1972, que mostraba una imagen clara de lo que parecía ser la gran aleta de una especie desconocida. ¿Era esta la prueba por fin?

Robert Rines, que creó la cámara que tomó la fotografía, sintió que estableció la existencia del monstruo.[9] La fotografía original fue enviada al Laboratorio de Propulsión a Chorro de la NASA en California para mejorarla con computadora, una técnica utilizada para aclarar las fotografías como las enviadas de vuelta a la Tierra desde el espacio por sondas interplanetarias.

Fue supuestamente esta foto la que fue publicada en el artículo de Rines y col. (1975-1976) y reproducida ampliamente en todo el mundo. Pero la foto publicada no era en realidad la foto mejorada por computadora. La foto publicada había sido retocada en gran medida como para hacer que pareciera mostrar una aleta, mientras que la fotografía real mejorada por computadora podría ser de casi cualquier cosa. Una investigación realizada por Razdan y Kielar (1984-1985) reveló la verdadera naturaleza de la fotografía en este caso. Ambos señalaron graves deficiencias en la evidencia del sonar que Rines argumenta que apoya su interpretación de la fotografía.[10]

Conclusiones

El monstruo del Lago Ness ha sido objeto de intensa búsqueda durante casi ochenta años. En todo ese tiempo y con todo ese esfuerzo utilizando algunos de los dispositivos tecnológicos más sofisticados disponibles, no se ha encontrado ni un solo rastro de evidencia concluyente de que existe el monstruo. Es muy instructivo mencionar que de haber existido un monstruo, muy probablemente el último de su especie, ya debería estar muerto ahora. A menos que tenga una larga vida. Ahora bien, la criatura llamada celacanto, que vive en el Océano Índico. fue encontrado en 1938, despertando gran interés entre los científicos. La historia del descubrimiento del celacanto ha sido muy bien contada. En los años siguientes, el interés de los científicos logró que se presentaran algunos ejemplares adicionales de este "fósil viviente". Compárese el monstruo del Lago Ness con el celacanto. El monstruo se dice que es una gran criatura que vive en un lago en una zona bastante densamente poblada y viajada, que es un lugar de vacaciones de verano preferida, con una carretera que corre a lo largo de ella. En los años setenta la gente ha buscado diligentemente el monstruo y nunca se ha encontrado ninguna evidencia satisfactoria de su existencia. El celacanto, por el contrario, es un pez relativamente pequeño que vive en un vasto océano. Cuando se descubrió en 1938, los países ribereños del Océano Índico eran estados coloniales en gran medida primitivos. Y sin embargo, en pocos años se encontraron varios ejemplares del pez. Se prueba la credulidad al argumentar que si se encontró el celacanto tan rápidamente y en tales condiciones desfavorables, el monstruo del Lago Ness se las ha ingeniado para eludir a sus buscadores más persistentes y sofisticados durante tanto tiempo.

P
África
MngwaMokèlé-mbèmbéTrunko
Asia
AlmasYerenYeti
América
BunyipChupacabrasPie Grande
Europa
Bestia de GévaudanNessie
Otros monstruos
BehemotLeviatán
Véase también
Foto del cirujanoJenny HaniverPeter Scott

Referencias y ligas externas

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  1. 1,0 1,1 Hines, Terence. Pseudoscience and the Paranormal. 2nd ed. Amherst, NY: Prometheus, 2003.
  2. Cohen, Daniel. La Enciclopedia De Los Monstruos. 1a. ed. Vol. 1. México: Edivisión, 1989. Print. ISBN 9688900354
  3. Binns, R. 1984. The Loch Ness Mystery Solved. Amherst, N.Y.: Prometheus Books.
  4. Binns, R. 1984. The Loch Ness Mystery Solved. Amherst, N.Y.: Prometheus Books. Página 51.
  5. Fotografía de Nessie. Autor: Dr. Kenneth Wilson. The Daily Mail. 21 de abril de 1934.
  6. Bauer, H. H. 1986. The Enigma of Loch Ness: Making Sense of a Mystery. Urbana, Ill.: University of Chicago Press.
  7. Hennig, Richard. Grandes Enigmas Del Universo (Wo lag das Paradies? Rätselfragen der Kulturgeschichte und Geographie.). 2a. ed. Espulgas De Llobregat (Barcelona): Plaza & Janés, 1972. Print.
  8. Lehn, W. 1979. “Atmospheric Refraction and Lake Monsters.” Science 205:183-85.
  9. Rines, R. H., H. E. Edgerton, C. W. Wyckhoff, and M. Klein. 1975-76. “Search for the Loch Ness Monster.” Technology Review 78(5):25-40.
  10. Razdan, R., and A. Kielar. 1984-85. “Sonar and Photographic Searches for the Loch Ness Monster: A Reassessment.” Skeptical Inquirer 9:147-58.