Los Siete Enanos y la cocaína
Rumorología y |
Leyendas urbanas |
Mito
Las personalidades de los enanos en la versión de la película animada de Disney de "Blancanieves y los Siete Enanitos" representan las siete etapas de la adicción a la cocaína.
Antecedentes
Existen numerosas ideas populares como a la presencia de un significado oculto o simbolismo dentro de la película, sobre todo, enfocado alrededor de los propios enanitos. Por ejemplo, una teoría sostiene que los Siete Enanos corresponden a los siete chakras, y que Blancanieves representa la conciencia que se mueve a través de ellos. Otras ideas son menos filosóficamente complejas, como correspondencias a los estados alterados de conciencia inherentes al uso de ciertas drogas.[1]
Refutación
Nuestra fascinación para asociar iconos saludables e inocentes de la cultura popular con depravaciones ocultas y antecedentes desagradables no conoce límites. Así tenemos leyendas de que el cantante pop y amante de la naturaleza John Denver era un francotirador de la era de Vietnam, que el presentador de televisión infantil Fred Rogers sirvió como SEAL de la Marina, que el actor que interpretó al "cerebrito" Paul Pfeiffer en "Los Años Maravillosos" creció para convertirse en el rockero Marilyn Manson, y la lista es larga.
Disney también tiene su parte del pastel de los rumores escandalosos: por ejemplo, que fue botado de la milicia, que era un simpatizante de los nazis, que era hijo ilegítimo, etc. Pero no sólo él fue víctima de las leyendas urbanas, sino también muchas de las películas producidas por la compañía que fundó.
Un motivo conductor común entre las leyendas de Disney es la afirmación de que varias películas de animación de Disney fueron inspiradas por los efectos de las drogas; que Disney y su grupo de animadores eran usuarios de alucinógenos como el LSD, y sus experiencias con las drogas constituyeron la base de sus experiencias visuales, como el mundo de fantasía de Blancanieves y los Siete Enanitos, la colorida interpretación visual de los temas musicales en Fantasia, y la psicodelia surrealista de Alicia en el País de las Maravillas.
En un nivel literal, y para abordar estos rumores, no se puede decir mucho que no sea citar una larga lista de pruebas negativas. Walt Disney y sus principales animadores son figuras reconocidas acerca de quienes mucho se ha escrito, y nadie que los conociera o trabajara con ellos afirmaron (o incluso sugirieron) que participaban del consumo de drogas recreativas. Y aunque el consumo de drogas era preocupante en el ámbito social como para impulsar películas de miedo didácticos como Reefer Madness (Louis J. Gasnier, 1936) y The Cocaine Fiends (William A. O'Connor y W.A. Conner, 1936) en la década de 1930, la "droga" de elección en la era de Walt Disney era mucho más probable que haya sido el alcohol más que cualquier otra cosa. (Recuérdese que la secuencia alucinatoria "Pink Elephants on Parade" en Dumbo (Samuel Armstrong y otros, 1941) se desencadena cuando el pequeño paquidermo orejón inadvertidamente se bebe una tina llena de champán.)
En cuanto al LSD, ni siquiera fue llevado a los EE.UU. hasta 1949, demasiado tarde para haber sido la fuerza impulsora detrás de películas animadas clásicas de Disney (aunque, cierto es que, algunos alucinógenos alternativos como la mescalina no eran difíciles de obtener.) Sobre la noción de que la imaginación mostrada en las películas animadas de Disney fue inducida por fármacos, el animador Art Babbitt, quien dibujó los hongos bailarines en el segmento "El Cascanueces" de Fantasia (Norman Ferguson y otros, 1940), dijo: "Sí, es cierto. Yo mismo era adicto a Ex-lax y Feenamint".
Los rumores de drogas, sin duda, fueron impulsados porque Fantasia y Alicia en el País de las Maravillas (Clyde Geronimi, Wilfred Jackson, 1951) recibieron críticas mixtas en sus lanzamientos iniciales, y tampoco fueron gran éxito financiero hasta que sus relanzamientos (y la disponibilidad como películas de renta) a principios de 1970 atrajo a una multitud de estudiantes universitarios que descubrieron una fusión de color, luz, música e imágenes que las convirtieron en filmes ideales para la psicodelia de "giro de cabeza".
Igualmente importante es que todos los aspectos de la trama de Alicia en el País de las Maravillas que "sugieren drogas" estuvieron presentes en la obra original de Lewis Carroll; Disney simplemente los adaptó para la pantalla grande.
En cuanto al ejemplo original, Walt Disney no "inventó" Blancanieves. La película se basa en la versión europea de este cuento de hadas tal y como fue recogido por los hermanos Grimm más de un siglo antes. Disney sólo le dio forma a la historia para ofrecer un largometraje, y fue él quien creó los nombres y personalidades distintivas para cada uno de los siete enanitos. Sin embargo, la sugerencia de que los nombres de los enanos corresponden (intencionalmente o no) a los síntomas de varias etapas de la adicción a la cocaína es una tontería sin fundamento.
La adicción a la cocaína, podría considerarse, tiene etapas identificables, pero hay un estándar conjunto de síntomas físicos que acompañan cada etapa. Existen muchos tipos de abuso de drogas (y enfermedades físicas o mentales) que pueden producir síntomas como
- Cambios en los patrones de sueño/vigilia (Dormilón)
- Cambios de estado de ánimo (Feliz, Gruñón)
- Alteración de la personalidad (Tontín, Tímido)
- Las alergias (Estornudo) y, finalmente,
- La necesidad de un viaje a doctor (Doc).[2]
Los nombres de los Enanitos varía en español según el país.
Referencias y ligas externas
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