Lorenzo Niles Fowler

De Wiki Pseudociencias


Lorenzo Niles Fowler
Información Biográfica
País noframe
Estados Unidos
Lugar

Nueva York

F. de Nacimiento

1811

Fallecimiento

1896

Información Personal
Ocupación

Frenólogo

Lorenzo Niles Fowler fue hijo de granjeros de Nueva York y creció trabajando en la granja. Fue educado en la escuela del distrito. Más tarde estudió para convertirse en clérigo en la Academia Amherst. A la edad de dieciséis años había ayudado a fundar una sociedad de templanza estudiantil. En 1834 su hermano mayor, Orson Squire Fowler, se convirtió a la frenología cuando aún era estudiante en la universidad gracias a sus compañeros de estudio y a la lectura de J.G. Spurzheim y George Combe.

Lorenzo pronto siguió a su hermano. Después de poco tiempo estaban leyendo cabezas y ofreciendo conferencias sobre el tema con la asistencia de su hermana Charlotte. Ellos encontraron inmediatamente que la "nueva ciencia" de la mente era rentable y finalmente renunciaron a la idea de convertirse en clérigos.

En 1836, Lorenzo estableció un establecimiento frenológico en Nueva York y en 1838 Orson estableció un establecimiento similar en Filadelfia. Aquí, en el mismo año, se fundó la revista American Phrenological Journal and Miscellany que continuarían hasta 1911.

Lorenzo estaba particularmente interesado en la manufactura de bustos frenológicos de yeso. Con una oficina frenológica que servía como museo, comenzaron a recoger las copias de las colecciones de la Sociedad Frenológica de Edimburgo y James De Ville en Londres. Los Fowlers se expandieron con reimpresiones editoriales de los grandes de la frenología como Spurzheim y Combe, así como sus propias obras. Por la década de 1840 tenían una de las mayores empresas de publicación en Nueva York.[1]

La creencia en la frenología ilustra bien el pensamiento de los Estados Unidos de América, en el momento, respecto de lo que impulsaba el comportamiento humano.

Tal como se describía por sus practicantes y seguidores, nada menos que toda la experiencia humana podía explicarse mediante una adecuada aplicación de esta "ciencia". Con este fin, Lorenzo y su hermano Orson publicaron libros que trataban sobre diversas aplicaciones de la frenología en la vida diaria; desde cómo descubrir al colega ideal, hasta qué cualidades deberían escrutarse en un empleado. Puede observarse la influencia de la frenología en las obras de autores como Whitman, Poe y Melville.

Los Fowler alcanzaron una gran notoriedad como líderes del imperio frenológico con sede en el Instituto Frenológico de la ciudad de Nueva York, donde Lorenzo realizaba análisis frenológicos a sus clientes. No sólo eso, sino que además allí los Fowler entrenaron a la siguiente generación de frenólogos.

Además, había un Gabinete Frenológico conectado al Instituto, al que denominaban “Gólgota”, que poseía una amplia colección de calaveras, empleadas tanto con fines de investigación como de exposición abierta al público. A menudo entraba en una seria competencia con P. T. Barnum como foco de atracción para turistas.

Con el tiempo se puso de moda hacerce analizar frenológicamente por los famosos frenólogos, y muchas celebridades de entonces hicieron examinar sus cabezas, como Julia Ward Howe, Clara Barton, Hiriam Powers, Theodore Weldand y Edwin Forrest.

Los Fowler llegaron a ser celebridades por derecho propio, aunque pasaron también por ser satirizados por la prensa popular junto con otro socio del negocio, Samuel Wells, cuando se creó la firma Bumpus and Crane.

Los hermanos Fowler también publicaron una colección de libros, un tanto ecléctica, que vino a ser el equivalente moderno de los libros de autoayuda. Contenían desde trabajos sobre hidropatía y homeopatía, hasta cómo construirse una determinada casa barata octogonal. Publicaron trabajos sobre temas tan diversos como la poesía, el feminismo en sus albores y sobre fotografía.

Ellos publicaron la primera edición de la obra de Whitman Leaves of Grass (Hojas de Hierba), así como una revista sobre fotografía: Life Ilustrated.

Entre su círculo de amistades se encontraban la feminista Amelia Bloomer y el nutricionista Sylvester Graham.

Mark Twain y Lorenzo Niles Fowler

Fue una ironía que el encuentro entre esos dos ejemplos del espíritu americano del progreso tuviera lugar en Londres. Fowler se había trasladado allí en 1863, para abrir una sucursal de su firma (Fowler y Wells tuvierpon varias en Boston y Filadelfia. Twain a menudo emprendía giras por Europa y permanecía ahí por largos periodos, en un intento de “pulirse” como efecto de su exposición a la cultura europea. Muchos de los americanos del siglo XIX arrastraban también un sentimiento similar de inferioridad intelectual.

Twain poseía ya alguna experiencia con la frenología, al haber escrito de joven sobre un frenólogo ambulante que llegaba a Hannibal, la ciudad en la que residía y hacía demostraciones. Así mismo, Twain estaba familiarizado con la técnica de la lectura en frío, de lo que hace una descripción satírica al comienzo de su obra Lionizing Murderers, en la cual un echador de cartas empezaba su visión de esta manera: “Usted tiene muchos problemas, alguna alegría, un poco de buena suerte y un poco de mala”. Se había dado cuenta de cómo empleaban los frenólogos semejantes interpretaciones vagas para complacer a sus clientes.[2]

Conocedor de antemano tanto de la frenología como de las artimañas de los artistas del timo, llevó a cabo una prueba de ciego único. En 1872 ó 1873 Twain visitó la oficina de los Fowler en Londres para que le hicieran una lectura, usando un seudónimo. Como su retrato se había empleado en propaganda, tal precaución podría parecer poco adecuada, aunque Fowler no dio señales de haberle reconocido. El resultado estuvo en línea con sus expectativas respecto de una lectura en frío:

Fowler me recibió con indiferencia, señalando mi cabeza con cierto aire de desgano, mientras que recitaba y estimaba mis cualidades con una voz monótona y aburrida. Dijo que yo poseía un coraje sorprendente, un espíritu de atevimiento anormal, un ánimo y voluntad severa, una audacia que no tenía límite. Yo estaba sorprendido con esto, a la vez que agradecido. No lo había sospechado previamente, pero se puso a hurgar en el otro lado de mi cabeza y encontró allá un montículo que denominó ‘cautela’. Este montículo era tan grande, tan prominente, que redujo el chichón de la valentía, en comparación, a un simple collado pese a que ese abultamiento hasta entonces había sido tan destacado —según lo describía él— que podría haberme servido para que colgara ahí mi sombrero; pero a continuación se quedó en nada ante ese abultamiento que denominó mi cautela. Me explicó que si el primer bulto hubiese quedado predominando en el esquema de mi carácter, yo podría haber sido uno de los hombres más valientes que hubieran existido jamás —probablemente el que más—, pero que mi cautela era prodigiosamente superior, con lo que quedaba abolida mi valentía y terminaba por convertirme en alguien casi espectacularmente tímido. Continuó sus descubrimientos, con el resultado de que al final salí sano y salvo, y con un centenar de grandes y brillantes cualidades; pero que una a una se fueron devaluando porque a todas le emparejaba un defecto contrario que las anulaba”.[3]

Según Twain, Fowler, sin embargo, encontró una cavidad que significaba una total ausencia de sentido del humor.

Twain afirma que ese mismo defecto fue la única desviación de su carácter respecto del estándar cuando se sometió a la quiromancia, para lo cual envió anónimamente una foto de la palma de su mano a destacados videntes en Londres y Nueva York. De 18 lecturas, el humor se citó solo dos veces, y fue para decir que carecía completamente de él.

Tres meses después, Twain regresó con los Fowler y se sentó para una segunda lectura, esta vez identificándose. En esta ocasión la lectura resultó muy diferente. La cavidad había desaparecido y en su lugar lo que encontró fue el chichón del humor más prominente que había encontrado en toda su dilatada experiencia.

Debe mencionarse sin embargo, que éste fue solo un test de ciego único, con un sujeto predispuesto a la hostilidad contra la frenología. Puede ser que en esta segunda visita, Twain se condujera de modo más jovial y divertido. Sin embargo, semejante treta no pasó desapercibida ante los Fowler, que llegaron a decir que desde el principio habían notado fácilmente la trampa.[4]

Referencias y ligas externas

(Nota de la administración) Algunas ligas podrían estar rotas o algunos videos pueden haber sido eliminados.

  1. John van Wyhe.La historia de la frenología en la Web. (En inglés)
  2. Delano José López. A la caza de los Fowler. Mark Twain desmonta la frenología.
  3. Neider, Charles. 1959. The Autobiography of Mark Twain. Nueva York, Harper.
  4. Revista El Escéptico. Núm 17. 2004. ISSN 1139-938X