Ley de la atracción
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La ley de la atracción es la creencia falaz de que los pensamientos (conscientes o inconscientes) influyen sobre las vidas de las personas, argumentando que son unidades energéticas que devolverán a la persona una onda similar. Es la propia disposición mental la que atrae circunstancias y acontecimientos externos similares.
La Ley de Atracción postula que “todo lo que se asemeja se atrae”, y que, para controlar la energía y usarla en su beneficio, la persona debe:
- Saber lo que uno quiere
- “Pedirselo” al universo
- Actuar, sentir y pensar como si lo deseado ya hubiese sido adquirido
- Estar “abierto” a recibir lo pedido.
Origen
La ley de la atracción se originó en el movimiento del siglo 19 conocido como el Movimiento del Nuevo Pensamiento. Una de los primeros defensores de la idea fue William Walker Atkinson (1862-1932), quien atribuyó su recuperación de varios desastres físicos, psicológicos y financieros al poder de la fe. Escribió varios libros populares sobre eso, incluyendo El pensamiento de vibración o la ley de la atracción en el Mundo del Pensamiento (1906).
Uno de los principales promotores de esta falsa creencia es Gary Zukav.[1] Según este charlatán:
"Cada personalidad atrae a hacia sí personalidades con conciencia de frecuencia como la debilidad o similares. La frecuencia de la ira atrae a la frecuencia de la ira, la frecuencia de la codicia atrae la codicia, y así sucesivamente. Esta es la ley de la atracción. La negatividad atrae negatividad, así como el amor atrae el amor."
Refutación
La Ley de Atracción estipula que si una persona desea algo, lo obtiene gracias a las energías, vibraciones y armonías que entran en el reino de la Pseudociencia y que cuando se habla de ellas, se hace simplemente para confundir a la gente que no tiene la mínima idea de que que hablar sobre esas cosas sin haberlas definido previamente carece de sentido y valor.
a Ley de la atracción no es otra cosa que Pensamiento ilusorio promovido por los creyentes del moviviento de la Nueva era. El meollo del asunto es el supuesto concepto del "deseo", de que los pensamientos tienen el poder de “atraer” cosas del universo.
Siguiendo e identificando los postulados de esta “ley” se puede deducir que si un paciente de cáncer no se cura es porque en realidad no lo desea. Es una noción que implica que las personas con cáncer son espiritualmente pobres, que no tienen suficiente imaginación o facultades mentales, o porque en realidad, "desean" ese sufrimiento y lo atrajeron para sí desde el universo. Del mismo calibre es que los niños malnutridos de África mueren de hambre porque no desean conseguir comida.
La llamada ley de la atracción es el tipo de "ley" que mucha gente va a encontrar atractiva. Les proporciona la ilusión de tener el control sobre sus vidas. "Todo lo que necesito hacer es cambiar mi actitud mis intenciones y voy a atraer el dinero como un imán (o bajar de peso o cualquier otra cosa es que quiera lograr). Si no funciona, entonces es mi culpa porque yo no cambie mis actitudes e intenciones." Si suena familiar eso es precisamente lo que los curanderos les dicen a los que no se sanaron: "¡Usted no tuvo suficiente fe!"
Véase también
Referencias y ligas externas
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