Karma
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El karma (en sánscrito: कर्म, acción, trabajo), es un concepto que se origina en las religiones dhármicas, como el hinduismo y el budismo. Se refiere a la creencia en que las acciones de una persona en esta vida, ya sean buenas o malas, tienen consecuencias en futuras reencarnaciones. En otras palabras, el karma es el principio de causa y efecto moral, donde las acciones de una persona determinan su destino en vidas futuras. En el hinduismo, se cree que el karma puede influir en la posición social y espiritual de una persona en su próxima encarnación. En el budismo, el objetivo es liberarse del ciclo de nacimiento, muerte y renacimiento, conocido como samsara, a través de la purificación del karma y la búsqueda de la iluminación. Es importante señalar que el concepto de karma puede variar en interpretación y creencias según las diferentes tradiciones religiosas y filosóficas que lo utilizan.
Distorsión del concepto
Para muchos "iluminados", el Karma es una ley que sostiene que todo acto realizado, no importa lo insignificante que sea, con el tiempo se devolverá, a la manera de la ley newtoniana de causa y efecto, a la persona con el mismo impacto, y en su propio tiempo de vida. Todo bien, o mal, será devuelto. Según esto, el karma es una especie de Ley del Talión metafísica.
Considerando que los hindúes creen en la reencarnación, el karma no conoce simples limites entre nacimiento y muerte. Si a alguien le acontece algo bueno o malo esto ocurre en respuesta directa a algo que esa persona hizo en esta vida o en una anterior.
Fundamento
El karma es un estímulo para hacer el bien y evitar hacer mal, así como una explicación de porqué le sucede el bien o el mal a una persona. Por un lado, el karma sirve para explicar porqué suceden cosas buenas a la gente mala y porqué le pasan cosas malas a la gente buena. Las injusticias del mundo, la distribución aparentemente aleatoria del bien y del mal, son sólo aparentes. En realidad, todo el mundo está recibiendo lo que se merece. Incluso un niño maltratado por adultos drogados merece ese horror. Los enfermos mentales, los retrasados, los homosexuales y los millones de judíos que fueron asesinados por los nazis se lo merecían por el mal que ellos mismos habrían hecho en el pasado. El esclavo golpeado hasta la muerte se lo merecía, no por lo que hizo hoy, sino por lo que hizo en alguna vida anterior. Lo mismo sucede con la víctima de una violación. Ella acaba de conseguir lo que se merece. Todo sufrimiento es merecido, de acuerdo con la ley del karma.
A pesar de que no hay y no puede haber evidencia para la creencia metafísica en el karma, la idea es popular entre muchos en las culturas occidentales, donde esta se ha desligado de sus raíces hindúes. Los teósofos, por ejemplo, creen en el karma y en la reencarnación. Lo mismo sucede con James Van Praagh, quien dice ser un conducto psíquico para todos los miles de millones de personas que han muerto durante siglos.
Refutación
Que un acto sea inmoral o moral, según la subjetividad de cada persona, no prueba que uno vaya a recibir algo a posteriori acorde con la opción personal elegida. Y tampoco se puede probar que esto suceda tal y como lo afirman quienes creen en el karma y/o en la reencarnación. Esto más bien responde a un deseo personal de ver a quien hace algo incorrecto a ojos de uno mismo siendo castigado por ello. Una especie de deseo de justicia, arraigado desde siempre en el hombre, para todo aquello que uno no ha podido o puede controlar. Obviamente, la confianza en este tipo de supersticiones se ve limitada cuando esa misma persona acude a la creación de leyes para regular lo que la sociedad donde vive considera negativo y a la ejecución de las mismas contra esas personas que incurren en dichas leyes.
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