John Hampden
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| John Hampden | |
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| Información Biográfica | |
| País |
 Reino Unido
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| F. de Nacimiento |
1819 |
| Fallecimiento |
1891 |
| Información Personal | |
| Ocupación |
Científico |
| Afiliación | |
| Acusado de |
Terraplanista
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John Hampden (1819-1891) fue un científico inglés de la Real Academia. Creía firmemente que la Tierra era plana y realizó el famoso experimento sobre la planitud de agua en el viejo canal de Bedford. Esto lo llevó a cabo varias veces, sobre todo como parte de su apuesta con Alfred Russel Wallace, quien de manera independiente propuso su teoría de evolución por medio de selección natural y que motivó a Charles Darwin a publicar la suya propia.
Hampden promovió vigorosamente la idea de la tierra plana en Inglaterra. Fundó el Truth-Seeker's Oracle (Oráculo de los buscadores de la verdad) y la Revisión de las ciencias bíblicas en 1876. Hampden era un creyente de la literalismo de la Biblia y basó sus puntos de vista en las Escrituras basándose en el precepto de que nadie puede creer una sola doctrina o dogma de la astronomía moderna y al mismo tiempo aceptar las Escrituras como revelación divina.
Hampden pensaba que el sol estaba a sólo 965.61 km de distancia y con 51.5 km de diámetro. Estas cifras derivan del charlatán terraplanista Samuel Birley Rowbotham (1816-1884), un fundamentalista religioso del siglo XIX y no añade nada nuevo a la pseudoteoría de la tierra plana.
La apuesta
Samuel Rowbotham, un reconocido terraplanista, decidió retar a sus enemigos mediante una apuesta hoy histórica, en la que trató de dejar en ridículo a los defensores de la redondez de la Tierra.
La “base científica” elegida fue el fenómeno por el que los mástiles y las velas de los barcos que desaparecen en el horizonte siguen siendo visibles aún después de que el cuerpo de la nace se haya perdido de vista.
Como “laboratorio de pruebas” Rowbotham escogió los diez kilómetros absolutamente rectos y planos situados entre los puentes de Welney y el de Old Bedford de un canal plano y recto: el de Old Bedford en Cambridgeshire. Como “reactivos” eligió a una persona situada al nivel del agua en el extremo de Old Bedford y a un objeto cualquiera que colocó en la superficie del agua bajo el puente Welney.
Según Rowbotham, los resultados que obtuvo en este particular “experimento” mostraban como el objeto se podía observar, sin variar su posición inicial, por la persona alejada 10 Km, por lo que dedujo erróneamente que la teoría de la tierra esférica quedaba desterrada.
Rowbotham publicó sus resultados en su libro Astronomía zetéctica, sin embargo, siguió repitiendo el "experimento" por varios años más para demostrar a otros científicos que estaban equivocados y que la Biblia tenía razón.
Emocionado por los resultados de Rowbotham, Hampden decidió apostar 500 libras esterlinas (una gran cantidad de dinero para la época) a quién pudiera refutar el experimento. Alfred Wallace aceptó el desafío.
Pero el sabio de Wallace hizo unos pequeños cambios: Primero colocó una señal en el puente de Old Bedford, a 4 metros sobre el agua. A continuación puso a mitad de camino, y a 4 metros sobre el nivel del agua entre los dos puentes, un disco en un poste, también. Posteriormente, y junto a un particular telescopio, los adversarios se colocaron en el puente Welney.
Llegado el 5 de marzo de 1870, se reunieron junto al Old Bedford River John Hampden y su testigo, William Carpenter; Alfred Wallace y sus propios testigos M. W. B. Coulcher y J. H. Walsh, a la postre editor del periódico The Field.
A través del telescopio todos pudieron observar que el disco central se encontraba 1.5 metros más alto que la señal más alejada. de acuerdo con Wallace la conclusión era evidente: la Tierra era redonda y él debía llevarse las 500 libras esterlinas. Según Hampden todo era un efecto de perspectiva ya que lo que se veía era que la cruz filar del visor estaba sobre el disco central, así que la conclusión también era evidente: la Tierra era plana y las 500 libras eran para su bolsillo.
Ambos enemigos decidieron recurrir a un árbitro que revisara la situación y dirimiera la contienda. Éste, tras consultar a los fabricantes del instrumento, resolvió a favor de Wallace ya que los argumentos de Hampden y Carpenter basados en un efecto de perspectiva de la cruz filar del visor no se sostenían. La Tierra era redonda y Wallace se llevó contento sus 500 libras esterlinas.
La comunidad terraplanista, hasta la fecha, siguen afirmando que Hampden tenía razón y que "las superficies de agua han demostrado ser planas".
Pelea con Wallace
Pero Hampden y Carpenter creyeron ser víctimas de una conspiración de la mafia del poder y escribieron una carta a The Field en la que ninguneaban tanto los métodos y resultados de Wallace, quien tranquilamente contestó una por una a las acusaciones de ambos chiflados.
Wallace se burlaba de Carpenter diciendo que deseaba crear una revolución en la geometría definiendo un “nuevo concepto de línea recta” para justificar sus pseudoteorías planistas. Refutó todos los argumentos terraplanistas, aunque futilmente ya que no podía hacer cambiar de opinión la mentalidad cerrada de sus acusadores.
Ahora bien, no quedó nada en paz. Hampden, no podía permitirse quedar en ridículo. Creyó que le habían injuriado y se pasó 21 años de su vida acosando e injuriando a Wallace tanto en los tribunales como en la prensa. Envió, no sólo al científico, sino a toda su familia, toda clase de cartas amenazadoras e insultos de borrachera. Al parecer, Hampden era un cobarde que no se atrevía a dirigirse a Wallace cara a cara y prefiría acosar a los familiares que no tenían culpa de nada.
Aunque era un caballero de alto rango en la comunidad científica, Hampden era conocido por su lenguaje abusivo. Solía enviar cartas a sus detractores. Por ejemplo, en una carta fechada 9 de febrero de 1876, Hampden recrimina a un individuo por no creer en la filosofía de la tierra plana:
... ¿Qué crees que se diría de ese tonto engañado que hablaba sobre el movimiento aparente de un tren de ferrocarril causado por la rotación de la tierra? ¿Cómo te atreves a engañar al público con mentiras tales como el movimiento aparente de esto, aquello y lo demás, que vemos y sabemos e mueve? No lo entiendo ... Solo los tontos se aventurarían a exponerse de esta manera vergonzosa. [...] Me pregunto si no te da vergüenza llamarte hombre y arrojar tanta basura.
Sintiendo que había sido perjudicado en el experimento de Bedford, enterró a Wallace en una ventisca de panfletos y cartas vitriólicas. En una carta enviada a la esposa de Wallace, Hampden, demostrando su piedad cristiana, escribió:
“Señora, si el siempre ladrón de su marido llega a casa un día en carreta, con todos los huesos del cráneo hechos papilla, sabrá usted por qué. Dígale de mi parte que es un maldito ladrón del Infierno, y tan seguro como que su nombre es Wallace es que no morirá en su lecho. Ha de ser una desgracia miserable verse obligada a vivir con él. No piense ni le haga pensar que he terminado con él.
John Hampden.”
Debido a las amenazas volcadas sobre Wallace, Hampden terminó con sus huesos durante una temporada en prisión. Pero esto no lo amedrentó. Seguía haciendo sus rabietas de niño chiquito y amenazando a Wallace, quien ya no le ponía atención, cosa que hacia hervir la sangre al terraplanista.
Referencias
Referencias y ligas externas
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