Jinn

Mitología

Religiosa

Genio o djinn (singular: jinnī, djinni, o genio; árabe: الجن al-jinn, singular الجني al-Jinni) son criaturas sobrenaturales en la mitología del Islam, así como en la mitología árabe pre-islámica. Se mencionan con frecuencia en el Corán (sura 72 que se titula Sūrat al-Jinn) y otros textos islámicos y habitan un mundo invisible en dimensiones más allá del universo visible de los seres humanos.

El Corán dice que los genios están hechos de un "fuego ardiente" sin humo, pero también son de naturaleza física, pudiendo interferir físicamente con personas y objetos y del mismo modo actúan sobre ellos. Los genios, los seres humanos y los ángeles forman las tres creaciones sapientes de Dios. Al igual que los seres humanos, los genios pueden ser buenos, malos o neutrales y benevolentes, por lo tanto tienen libre voluntad como los seres humanos y, en esto, son diferencia de los ángeles.

Djinns, según una ilustración

Los genios shaytan son el análogo de los demonios de los mitos cristianos, pero los genios no son ángeles y el Corán establece una clara distinción entre las dos creaciones. El Corán dice en Surat al-Kahf (La Cueva), Ayah 50, que Iblís (Azazel) es uno de los genios.

Según el Corán, los genios tienen libre albedrío, e Iblís abusó de esta libertad frente a Alá, al negarse a someterse a Adán cuando le ordenó a los ángeles y a los genios hacerlo. Por desobedecer a Alá, Iblís fue expulsado del paraíso y llamó "Shaytan" (Satanás). En el Corán, la Sura 72 lleva el nombre de los genios (سورة الجن), y tiene un pasaje sobre ellos. Otra sura (Sura al-nas) menciona a los genios en el último verso. El Corán también menciona que Muhammad fue enviado como profeta tanto para "la humanidad y los genios", y que los profetas y mensajeros fueron enviados a ambas comunidades.

Por lo general son invisibles a los seres humanos, pero los seres humanos pueden ser poseídos por los jinn. Los Jinn tienen el poder de viajar grandes distancias a velocidades extremas y se cree que viven en zonas remotas, montañas, mares, árboles y el aire, en sus propias comunidades. Como los humanos, los genios también serán juzgados en el Día del Juicio y se les enviará al paraíso o al Infierno islámico según sus obras.

La posesión por jinn

Según los mitos islámicos, hay dos causas principales para la posesión por un jinn, y ambas están prohibidas por Alá. El jinn puede poseer una persona porque esta es lujuriosa, caprichosa, o tramposa. Atacará a los débiles, a los vulnerables, y a los dementes. Ser "tocado por Satanás" era una definición de locura. A veces, la posesión de este tipo es permitida, pero todavía sigue siendo prohibida. Sin permiso, la posesión se convierte en un grave delito de opresión y el jinn debe ser reprendido e informado de que ha roto las leyes de Alá.

En el segundo caso, el jinn puede poseer a una persona por venganza si sienten que han sido perjudicados o lesionados. Los seres humanos pueden orinar de forma inadvertida sobre ellos, por ejemplo, o verter agua encima de ellos, lo que hace que el jinn reaccione mediante el castigo de los seres humanos. En ese caso, el jinn debe ser informado de que el daño fue accidental, y no se les permite ocupar el hogar de la persona, su propiedad, o su cuerpo.

En la posesión, el jinn puede hacer que la gente hable en lenguas ininteligibles (algo que fue copiado de las posesiones en el cristianismo), tener una resistencia superior a lo normal, y correr anormalmente rápido. El jinn puede golpear a la gente y conseguir que tengan ataques tipo epilépticos. Existen jinn que poseen a las mujeres (como los íncubos) y causan la enfermedad, discordia marital y rebeldía.

Exorcismos de Jinn

El Islam considera que el exorcismo de un Jinn es un noble empeño, practicado a lo largo de los siglos por los profetas y justos. Según el Corán, los fieles están obligados a ayudar a los oprimidos, incluyendo aquellos preocupados por jinn. El jinn gusta especialmente para de interrumpir el Salaah, o la oración formal; ocupar casas y robar la esencia de los alimentos; y causar trastornos mentales y enfermedades físicas. No hay ritos islámicos formales comparables a los del catolicismo, pero los exorcismos deben seguir pautas estrictas. El jinn debe ser reprendido, advertido, avergonzado, y maldecido en las mismas formas permitidas contra los seres humanos. Las medidas apropiadas contra el infiel se pueden aplicar a jinn. Se admite que los exorcistas escuchan lo que los jinn que poseen cuerpos tienen que decir, pero está prohibido creer en ellos, porque son engañadores. Los jinn no dañarán a los exorcistas que actúan de forma adecuada y de acuerdo con el Corán, pero hay algunos peligros a los que se enfrentan los exorcistas con un jinn especialmente poderoso (afrit o ifrit), porque pueden sufrir daños.

A veces los jinn debe ser obligados a salir de la gente con palizas. Supuestamente los golpes no son sentidos por la persona poseída, pero son sentidas por los jinn, que aúllan y gritan en agonía.

Otra técnica empleada por los exorcistas es soplar tres veces en sus manos antes de recitar versos, invocando así una bendición de la humedad o al aire afectado por las divinas palabras recordando a Alá.

Las palabras y frases de versos coránicos adecuados se pueden escribir con tinta hecha de sustancias permitidas de vasos utilizados para lavar y beber por el poseído; el agua también puede ser rociada sobre el cuerpo. Del mismo modo, la esencia de los versos puede ser ingerida consumiendo alimentos preparados con inscripciones escritas en él (como el pan) o sopa de letras.

De acuerdo con los mitos alrededor de Muhammad éste actuaba agresivamente contra los jinn. Una vez, mientras estaba ocupado en Salaah, Iblís se le acercó para atribularle. Muhammad lo agarró, lo tumbó al suelo, y lo empezó a ahorcar. Rezó la oración de Sulayman (el rey Salomón). Muhammad dijo: "Yo lo ahorcaba hasta que sentí la frialdad de su lengua en mi mano. Y si no fuera por la oración de Salomón, podría haber sido atado para que pudieran verlo". La mención de Sulayman se refiere a la oración que Salomón hizo a Dios para pedir poder único sobre el jinn. Si no fuera por eso, Muhammad habría tenido la autoridad para obligar al mismo Iblis.

Muhammad también exorcizó a los jinn maldiciéndolos tres veces: "¡Me refugio en Alá! ¡Te maldigo por la perfecta maldición de Alá" La misma maldición se utiliza contra los kafir (infieles).

Muhammad, según los mismos mitos, exorcizaba los jinn golpeando a los poseídos y ordenando al demonio abandonar el cuerpo. Un hombre llevó a su nieto, que se volvió loco por culpa de un jinn, a ver Mihammad. El Profeta golpeó la espalda del chico, mientras decía: "¡Sal enemigo de Alá! ¡Enemigo de Alá sal! " El jinn salió y el niño fue sanado.

Referencias y ligas externas

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