Identidad Cristiana
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Identidad Cristiana es un movimiento no ortodoxo supremacista blanco y fundamentalista cristiano. Tiene como objetivo implantar una teocracia cristiana en los Estados Unidos de Norteamérica, a la que cree la verdadera Tierra Prometida en virtud de su creencia en la teoría del angloisraelismo.
El movimiento Identidad Cristiana ha amalgamado varias ideas pseudohistóricas sobre los orígenes humanos en su particular teología del cristianismo. Tales ideas se han utilizado para producir un sistema de creencias que justifica el anti-semitismo y el racismo mientras presentan una visión apocalíptica del futuro presente y cercano.
Los partidarios de Identidad Cristiana tienen tres creencias distintas sobre los orígenes humanos.
En primer lugar, consideran que la parte blanca de las islas británicas, junto con Europa occidental y el norte, son los descendientes de las diez tribus perdidas de Israel. Puesto que los miembros de este movimiento son blancos cuyos antepasados vinieron de esas regiones, esta creencia tiene la implicación de que son parte del pueblo elegido de Dios y son descendientes biológicos directos de Adán. Son creados a imagen de Dios, igual que Adán y son capaces de recibir la salvación.
En segundo lugar, creen que los seres humanos no blancos tienen sus orígenes en las razas preadámicas y, por tanto, no son descendientes de Adán. Estos preadámicas son inferiores a los blancos y son incapaces de aceptar el cristianismo y ser salvados. También son secuaces de Satanás y los llaman "mudpeople" ("gente de lodo").
La creencia de que los no blancos son de origen preadámico, inherentemente inferiores, y sin alma, es una justificación poderosa para el racismo y la supremacía blanca. Practicar la tolerancia y la integración es equivalente a colaborar con el Diablo y su rebelión contra Dios.
En tercer lugar, la identidad cristiana enseña que los judíos son la simiente de Satanás, sus descendientes biológicos. Afirman que Satanás sedujo sexualmente a Eva con la serpiente en el Jardín del Edén y el resultado fue el nacimiento de Caín. Después de matar a Abel, Caín partió hacia la tierra de Nod, donde tomó una esposa de entre el pueblo preadámico que habitaba allí. Los hijos de ese matrimonio y sus descendientes son los judíos de la sociedad moderna. Tal linaje vincula biológicamente a los judíos con Satanás y los hace sus seguidores y aliados en la titánica lucha contra Dios y sus fieles. Como resultado, los anglosajones están embarcados en una batalla por la redención de la humanidad contra un intento de conspiración judía mundial en la erradicación de los cristianos blancos y la dominación del mundo.
En los escritos de los líderes de Identidad después de la Segunda Guerra, como Gerald L.K. Smith y Wesley Swift, la conspiración judía internacional para controlar el mundo comienza en la Creación. Los judíos no sólo son distintos de los sajones, si no que son los descendientes directos de Caín, el hijo de la seducción de Eva por Satanás. Los Sajones, por el contrario, son descendientes del hijo de Adán, Abel, y son los verdaderos israelitas. Los judíos se limitan a ser los impostores que realizan el trabajo de Satanás para eliminar a los verdaderos israelitas, justo como Caín, el padre de los judíos modernos, mató a su medio hermano Abel. Los seguidores de Identidad Cristiana creen que la judería mundial está detrás de la persecución de Jesús, el asesinato ritual de los cristianos en el Coliseo Romano, la invasión de Europa Occidental por Ghengis Khan para destruir la civilización cristiana, y el intento de Napoleón de conquistar el mundo. Como se había predicho en el Apocalipsis bíblico, la etapa final de la trama judía comienza en el siglo XX con la revolución comunista-judía apoyada en Rusia, el control judío sobre el sistema bancario internacional y especialmente la Corporación de la Reserva Federal, y el establecimiento de organizaciones internacionales como las Naciones Unidas y el Consejo de Relaciones Exteriores. Gran parte de la doctrina de Identidad Cristiana, tales como el cisma en la nación de Israel en el siglo X AEC que separó las tribus del sur de las diez tribus del norte, sigue la ortodoxia académica. Sin embargo, los estudiosos rechazan la pseudoteoría del culto de las "dos semillas" del Génesis, así como una serie de otras prácticas espurias de las que depende la doctrina de Identidad Cristiana: la numerología, la piramidología, y una forma de filología en base a similitudes en los sonidos de las palabras. Debido a que el movimiento carece de una organización central, el número de cristianos en este culto es difícil de determinar, pero sigue siendo la orientación religiosa de elección para los grupos de supremacía blanca en Estados Unidos.[1]
Antisemitismo se convierte en un artículo de fe en apoyo a un supuesto plan cósmico de Dios, no un perjuicio en la cosmovisión de la Identidad Cristiana. Los judíos son, literalmente, hijos del diablo y por lo tanto son irremediablemente malvados y enemigos implacables de los piadosos cristianos de este movimiento.
Para hacer aún más peligrosa esta potente mezcla de racismo y antisemitismo está su creencia de que el fin del mundo está muy cerca. La batalla cósmica final entre el bien y el mal ha comenzado para ellos y no es del todo claro si el bien triunfará. La derrota supondrá la extinción de la raza adámica blanca porque para los creyentes de la doctrina de la Identidad Cristiana, el Apocalipsis es una guerra racial entre los descendientes blancos de las diez tribus perdidas de Israel y los judíos demoníacos y sus infrahumanos secuaces preadámicos.
Identidad Cristiana prevé una cosmovisión sombría y violenta. La mayoría de las personas que están aprendiendo acerca de Identidad Cristiana expresan su asombro de que los Estados Unidos de finales del siglo XX podrían haber producido una perversión del cristianismo impulsado por el odio. Los fundamentos intelectuales e ideológicos de las creencias de Identidad Cristiana tienen un sistema de raíces enrevesadas que conduce de nuevo a todo tipo de elementos de la pseudohistoria.[2]
Características
Las personas que creen en la Identidad Cristiana, por lo general:
- Apoyan el poder Blanco y la supremacía aria;
- Creen en la inferioridad genética de los negros;
- Poseen nociones románticas de la cultura aria;
- Son virulentamente anticomunistas;
- Manifiestan un patriotismo jingoísta al estilo de "Rambo" (un nacionalismo exaltado partidario de la expansión violenta sobre otras naciones.)
- Tienen desconfianza del gobierno y las fuerzas del orden;
- Temen al poder Negro y al orgullo Negro;
- Ven la cobertura mediática de los no arios como un complot judío-comunista;
- Resienten que los negros ganen empleos en la clase obrera y las profesiones;
- Piensan que los políticos negros son peones de los judíos;
- Creen que el activismo Negro es dirigido desde Moscú o Tel Aviv;
- Practican el supervivencialismo armado como una necesidad defensiva.[3]
Véase también
Referencias y ligas externas
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