Hopsorrhinus aureus
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Hopsorrhinus aureus o saltador de hocico dorado (también conocido como saltador de hocico dentado) es una criatura que utiliza su nariz larga y flexible no sólo como soporte, sino para efectuar una locomoción real.[1]
Pseudoetimología
La partícula "hopsos", supuestamente viene del griego y significa "salto", y "rhis", rhinos, igualmente del griego con el significado de "nariz". En realidad "hopsos" viene del verbo griego hupsoō que significa "exaltar", "elevar".
La clase de los hopsorrhinidae (14 Especies), debido a una peculiar evolución, carecen de patas traseras que han desaparecido excepto por remanentes del fémur y de la tibia, y cuyo hocico sirve como el único órgano de avance.
Los Hopsorrhinidae viven en el suelo. Como ya se ha mencionado, sus miembros posteriores son vestigiales y ya no son visibles externamente. El hocico es aún más diferenciado y ha sufrido una división en tres segmentos; junto a la cabeza se encuentra el nasur, que está conectado por una articulación con la nasibia, a la cual los rinangos finalmente están fijados autonasalmente. La extensión del nasur y de la nasibia se realiza por medio de dos vientres separados del músculo extensor nasipodii, mientras que los rinangos son movidos por la musculatura facial y los músculos flexores largos y cortos del nasipodium (es decir, tanto por el cigonasio y el autonasio), que también se derivan de la musculatura facial.
Como resultado de la anquilosis de las vértebras, y debido al endurecimiento ventral proporcionado por el esternón y el proceso estiliforme del pubis, el torso está firmemente encapsulado. Los miembros anteriores son órganos de prénsiles móviles.
La cola ya sirve para la progresión, pero se utilizaba para asegurar el alimento, que consistía principalmente de anfípodos, isópodos y pequeños cangrejos ermitaños del nivel de la marea alta. En consecuencia, se ha modificado la suela de soporte caudal para constituir un par de pinzas de agarre, cuyas garras se han formado a partir de pelos modificados o fusionados y, en sección transversal, presentan un cuadro histológico semejante al del tejido del cuerno de rinoceronte. Con esta cola, los saltadores de hocico eran los más expertos en sacar a sus presas de las hendiduras más estrechas y de los escondites. Sus saltos, que a velocidades ordinarias cubren alrededor de una y media longitudes de su cuerpo, cuando huyen o persiguen a un compañero o rival puede ser diez veces mayor y regularmente son hacia atrás. El salto puede ser guiado hasta cierto punto por ligeros movimientos de las enormes orejas.[2]
La verdad es que tal ser narigudo es invención de Gerolf Steiner quien escribió el libro Bau und Leben der Rhinogradentia bajo el pseudónimo Harald Stümpke.
Véase también
Referencias y ligas externas
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