Hadas de Cottingley
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Las Hadas de Cottingley fueron un bulo y una broma, la cual demostró que ser un novelista famoso no es impedimento para ser un crédulo. En pocas palabras, Elsie Wright, una estudiante de Wacky-art, persuadió a su prima de diez años, Frances Griffiths, a posar con algunas "hadas", las cuales en realidad eran de cartón, pertenecientes a una foto en 1917.
Se tomaron fotografías posteriores usando una técnica de doble exposición en las imágenes de las supuestas criaturas. Se tomaron unas 5 fotografías en total.[1]
Historia
Este bulo empezó en Inglaterra, durante la primera guerra mundial. En Cottingley, un pequeño pueblo de la campiña inglesa en Yorkshire, en junio de 1917. Elsie Wright, que por entonces tendría dieciséis años, agarró la cámara de su padre (una cámara Butcher Midg No. 1 Magazine Type Falling Plate 1/4) para sacarle una foto a su prima Francis junto a un idílico arroyo. Cuando el padre reveló la placa de cristal descubrió unas manchas luminosas junto a la niña y le preguntó a su hija si sabía lo que eran. La inocente Elsie contestó, que se trataba de sus "amigas" las hadas. Varias semanas después, se repitió el suceso con una nueva fotografía en la que se podía ver con claridad un pequeño gnomo alado jugando con la cándida Elsie.
Al revelar las placas el señor Wright vio las hadas en las fotografías y las consideró falsas. Cuando vio la segunda fotografía, prohibió a Elsie usar la cámara de nuevo. En cambio, su madre estaba convencida de su autenticidad.[2]
Las fotos fueron subastadas y vendidas por un máximo de 6,000 libras (7,750 dólares)[3]
El propio Arthur Conan Doyle, reconocido por su autoría de la saga de libros de "Sherlock Holmes", creía en la autenticidad de la foto -que eran hadas reales-, éste era un interesado en estos temas y creía fuertemente en la existencia de seres sobrenaturales de variada índole.
Referencias y ligas externas
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