Hadacol
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Dudley J. LeBlanc, senador por Luisiana fue el creador del Hadacol (nombre comercial resultante, según él, del hecho de que «I had’da call it something», o lo que es lo mismo: «tenía que llamarlo de algún modo»).
¿Qué era?
El Hadacol era una panacea, o sea, que lo curaba todo, costaba cien dólares al año si se seguía la dosis recomendada y, para asombro del propio Dudley, se vendía por millones. «Venían a comprar Hadacol —explicó en una ocasión un farmacéutico— cuando ni siquiera tenían dinero para comprar comida. Tenían agujeros en los zapatos y se gastaban 3.50 dólares en un frasco de Hadacol.»
LeBlanc no atribuía beneficios médicos concretos a su producto, pero suministraba testimonios directos de sus clientes a unos medios de comunicación ávidos por hacerse eco de ellos. Nombró a un director médico que había sido condenado en California por practicar medicina sin licencia ni titulación universitaria válida. Una paciente de diabetes casi murió cuando dejó de administrarse insulina para tratarse solamente con Hadacol, pero a nadie le importó. «Es una moda. Es una cultura. Es un movimiento político», se comentó en el Newsweek.
Es fácil infravalorar el fenomenal y duradero atractivo comercial de esta clase de productos y alegaciones de eficacia a lo largo de la historia. En 1950, el volumen de ventas de Hadacol había superado ya los 20 millones de dólares anuales, con un gasto publicitario de un millón de dólares al mes repartido entre 700 diarios y 528 emisoras de radio. LeBlanc organizó un espectáculo itinerante con 130 vehículos con el que hizo una gira de más de 6,000 kilómetros por todo el Sur de Estados Unidos. La entrada al show se abonaba en tapones de frascos de Hadacol y entre las estrellas invitadas del espectáculo se contaban Groucho y Chico Marx, Mickey Rooney, Judy Garland... y unas mujeres ligeras de ropa que desfilaban en unas exhibiciones educativas sobre «la historia del traje de baño». Varias bandas de dixieland amenizaban las sesiones con canciones como el «Boogie del Hadacol» o «¿Quién le levantó el ánimo a la abuela?».
El senador aprovechó el éxito del Hadacol para impulsar su carrera política, y sus competidores, los Long (descendientes del reformista demócrata Huey Long), se dejaron llevar por el pánico y lanzaron su propia medicina patentada, llamada «Vita-Long». Al empezar 1951, LeBlanc gastaba más en publicidad de lo que ganaba con las ventas del producto, y en febrero de ese mismo año, al poco de haber vendido la compañía (y al poco de que ésta acabara quebrando), apareció en el programa de televisión You Bet Your Life junto a su viejo amigo Groucho Marx. «¿El Hadacol? —preguntó Groucho— ¿Para qué sirve eso?» «Bueno —dijo LeBlanc—, a mí me sirvió para ganar unos cinco millones y medio de dólares el año pasado.»
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