Greenpeace
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Greenpeace (del inglés green: verde y peace: paz) es una Organización No Gubernamental (ONG) fundada en 1971 en Vancouver, Canadá. Su misión es llevar a cabo campañas de protección y defensa del medio ambiente cuando se cometen atentados contra la Naturaleza.
Aunque el objetivo planteado es muy loable y necesario, también han cometido errores garrafales con respecto de situaciones en las que no debería meter manos.
Antecedentes
Desde sus inicios de cuando esquivaban arpones de balleneros japoneses en embarcaciones a motor fuera de borda, Greenpeace ha aprovechado la inteligencia mediática, la deshonestidad flagrante y una aptitud para el teatro político en un imperio de más de 360 millones de dólares anuales con oficinas en más de 40 países.
El arroz dorado
Los blancos de Greenpeace son las nuevas variedades de plantas llamadas colectivamente arroz dorado. El arroz es un alimento básico para cientos de millones, especialmente en Asia. Aunque es una excelente fuente de calorías, carece de ciertos micronutrientes necesarios para una dieta completa.
En las décadas de 1980 y 1990, los científicos alemanes Ingo Potrykus y Peter Beyer desarrollaron las variedades Golden Rice que están biofortificadas (es decir, enriquecidas) gracias a genes que producen betacaroteno, el precursor de la vitamina A.
La deficiencia de vitamina A es epidémica entre la gente pobre cuya dieta está compuesta principalmente por arroz, una fuente de calorías rica en carbohidratos pero pobre en vitaminas, que no contiene betacaroteno ni vitamina A. En los países en vías de desarrollo, entre 200 y 300 millones de niños en edad preescolar corren el riesgo de padecer deficiencia de vitamina A, lo que aumenta su susceptibilidad a enfermedades como el sarampión y las enfermedades diarreicas. Cada año, alrededor de medio millón de niños se quedan ciegos como resultado de la deficiencia de vitamina A y el 70% de ellos muere en el plazo de un año.
El arroz dorado podría contribuir a la salud humana a la par con la vacuna contra la polio de Jonas Salk. En cambio, los grupos antitecnología como Greenpeace han dado a los reguladores de riesgos adversos la cobertura política para retrasar las aprobaciones.
En una carta revelada en una conferencia de prensa el 30 de junio de 2016, más de 100 ganadores del premio Nobel de diversas disciplinas expresaron su apoyo a la ingeniería genética en la agricultura y pidieron a las ONGs (Organismos No Gubernamentales), a las Naciones Unidas y a los gobiernos de todo el mundo que se unan a ellos. Los galardonados, que incluían miembros de áreas como la Medicina, Economía, Física, Química, Literatura y Paz, firmaron la carta abierta pidiendo a Greenpeace, y a otros que han estado bloqueando el progreso y el acceso a productos beneficiosos de biotecnología vegetal, como el arroz dorado, abandonar sus campañas contra la ingeniería genética en agricultura.
Sin ningún respaldo científico real, Greenpeace ha alegado que los niveles de betacaroteno en el arroz dorado son demasiado bajos para ser efectivos, o tan altos que podrían ser tóxicos. Pero los ensayos de alimentación han demostrado que el arroz es altamente efectivo en la prevención de la deficiencia de vitamina A, y la toxicidad es virtualmente imposible gracias a un circuito interno de retroalimentación en los seres humanos que impide que el betacaroteno se convierta en vitamina A si los niveles se vuelven demasiado altos.
Greenpeace ha liderado una campaña global para engañar a los consumidores sobre los organismos modificados genéticamente (OMG) y el arroz dorado. Con sus aliados, han afirmado falsamente que los OMGs son peligrosos, que no han sido probados y que no están regulados adecuadamente. Pero la ciencia detrás de los cultivos y alimentos modificados genéticamente ha sido confirmada por una vasta experiencia. Los humanos han comido cientos de miles de millones de comidas basadas en ingeniería genética en los últimos 20 años sin un solo caso reportado de problemas derivado de su consumo. Más de cien mil millones de cabezas de ganado comieron alimentos modificados genéticamente desde 1996 hasta 2011, durante los cuales mejoró la salud promedio de los animales.
Los OMGs se prueban exhaustivamente y se someten a un mayor grado de revisión normativa que cualquier otro cultivo y alimento. Existen sistemas regulatorios en Estados Unidos, así como el enfoque europeo. Igualmente se han creado regímenes reguladores de la biotecnología en otros países del mundo y la información puede ser encontrada en la red sin ningún problema.
Mentiras flagrantes
En 2009, en España, Greenpeace empujó la campaña “quitad las manos de nuestro arroz” donde se leían mentiras como que “muchos países han prohibido investigar con el arroz”, lo cual no es verdad.[1]
Entonces, sin ninguna ciencia real para apoyar su antagonismo, la organización se ha visto obligada a adoptar una nueva estrategia: las pseudociencias. Últimamente han tratado de asustar a las naciones en desarrollo que están considerando la adopción de productos que salvan vidas. Greenpeace ha llegado a inventar cuentos de cultivos modificados genéticamente que causan homosexualidad, impotencia y calvicie, y de aumentar la propagación del VIH / SIDA.
El problema con Greenpeace es que han optado por ignorar los resultados convincentes que la ciencia y la agricultura han producido al confirmar la seguridad del método y productos de OMG, y en su lugar han recurrido a tácticas de miedo que juegan con las emociones de las personas.
Incluso cuando Greenpeace intenta utilizar los resultados de investigaciones científicas para apoyar su campaña, cuando esos resultados sugieren problemas con sus afirmaciones, continúan promulgando esos mismos resultados, incluso cuando los resultados científicos posteriores muestran que el trabajo anterior fue defectuoso o simplemente incorrecto. Su falta de respeto al consenso de los expertos científicos con respecto a los OMGs contrasta con su insistencia en que se acepten los conocimientos científicos sobre el cambio climático.
Algunas personas no están en contra de los OMGs debido a los riesgos, sino porque consideran antinatural y poco ético interferir en la naturaleza. La realidad es que el ser humano ha estado interfiriendo con la naturaleza de muchas maneras durante milenios. El método OMG no es diferente de cualquier cosa que la naturaleza misma hace. Recientemente ha habido pruebas contundentes de que hay muchos genes bacterianos en el camote (o batata), Ipomoea batatas que deben haber llegado allí por medios completamente naturales, por lo que es un OMG puramente natural incluso con la definición más estricta.[2]
La genómica ha demostrado el extraordinario grado en que los genes se comparten dentro y entre diversos linajes, en prácticamente toda cosa viviente en la tierra. Los seres humanos han aprendido a crear los llamados transgénicos mediante la búsqueda de estos mecanismos de intercambio de genes que operan en la naturaleza y utilizarlos para crear variedades mejoradas de plantas y animales.
Un ejemplo excelente de interferencia con la naturaleza es el desarrollo de insulina humana recombinante producida en bacterias, y nadie considera malo interferir con la naturaleza para salvar millones de vidas de diabéticos con un producto de menor costo y elevados estándares de calidad en su proceso.
Pero incluso si algunas personas se sienten incómodas con los OMGs, no deberían intentar forzar sus puntos de vista sobre otros, especialmente en las naciones en vías de desarrollo. Eso es como que alguien afirmara que los autos son peligrosos por que muchas personas mueren en choques o son atropelladas, y luego declarar que no va a conducir ninguno, y además, tratará de prohibir la fabricación y boicotear la venta de todos los vehículos de motor.[3]
Buloblocker, ironía
El 13 de marzo de 2019, Greenpeace España, dio a conocer su iniciativa "Buloblocker", que no es más que un número de Whatsapp para que las personas envíen mensajes con lo que estimen pueda ser un bulo y el personal de Greenpeace, que se hacen llamar muckrakers, lo desmienta si es necesario.[4] Dentro de las categorías a manejar se incluyen noticias inventadas, títulos manipulados, imágenes retocadas, vídeos descontextualizados o memes que ponen su foco en la inmigración, el feminismo, los nacionalismos, el colectivo LGTBIQ+ y también el ecologismo.[5]
Es irónico que un organismo que basa sus actividades en bulos y desinformación mostrando un rechazo patente a lo que la comunidad científica tiene que decir, declare que "la mejor estrategia es hacer comunidad para atacar al fenómeno de la desinformación". En Twitter, muchas personas expresaron su opinión acerca de la hipocresía de Greenpeace cuando dice querer desmentir bulos mientras que ellos hacen lo mismo con respecto de los transgénicos.[6]
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Referencias y ligas externas
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