Gil Pérez
La leyenda
Una leyenda popular sostiene que en octubre de 1593 un soldado del Imperio español fue transportado misteriosamente desde las Filipinas hasta la Plaza Mayor (ahora el Zócalo) de la Ciudad de México. La afirmación del soldado de que provenía de las Filipinas fue tomada con suspicacia por los mexicanos hasta que relató acerca del asesinato de Gómez Pérez das Mariñas y Ribadeneira, lo que fue corroborado meses más tarde por los pasajeros de un buque que habían cruzado el Océano Pacífico con la noticia.
El 24 de octubre de 1593, el soldado estaba haciendo su trabajo protegiendo el palacio del gobernador en Manila. La noche anterior, el gobernador Gómez Pérez das Mariñas fue asesinado por los remeros chinos en la galera La Capitana, pero los guardias todavía guardaban el palacio y esperaban el nombramiento de un nuevo gobernador. El soldado comenzó a sentirse mareado y exhausto; se apoyó en un muro y descansó por un momento con los ojos cerrados. Cuando abrió los ojos más tarde, se encontró en un lugar aparentemente poco familiar: en la Ciudad de México, lejos de Manila. Algunos guardias lo encontraron con el uniforme equivocado y comenzaron a hacerle preguntas sobre quién era. La noticia del asesinato del gobernador de Filipinas seguía siendo desconocida para la gente de la Ciudad de México. Según los informes, el soldado "teletransportado" portaba el uniforme de los guardias del palacio de Manila y sabía, de alguna forma, de la muerte del gobernador. Las autoridades lo pusieron en la cárcel por desertor y con los cargos de ser un sirviente del Diablo. Meses más tarde, la noticia de la muerte del gobernador llegó a la Ciudad de México mediante los pasajeros de un galeón de Filipinas. Uno de estos pasajeros reconoció al soldado prisionero y dijo que lo había visto en las Filipinas un día después de la muerte del gobernador. Finalmente, fue puesto en libertad por las autoridades y se le permitió volver a casa.
Refutación
Thomas Allibone Janvier, un folclorista estadounidense que vivía en México, contó la historia como La leyenda del Espectro viviente que apareció en la edición de diciembre 1908 de la revista Harper's Magazine. Fue en este recuento que el soldado desconocido fue bautizado como Gil Pérez. La historia era parte de una serie titulada Leyendas de la Ciudad de México publicadas en un volumen recogido en 1910. Janvier señala que motivos similares son comunes en el folclore.[1] En Los Cuentos de la Alhambra, Washington Irving incluye el cuento "El gobernador Manco y el soldado", que tiene similitudes con la leyenda.[2] La historia de Janvier de 1908 se basó en una versión española del folklorista mexicano Luis González Obregón, publicada en la colección México Viejo: Noticias Históricas, Tradiciones, leyendas y costumbres de 1900, bajo el título "Un aparecido". Obregón rastrea la historia hasta Fray Gaspar de San Agustín y su recuento de la conquista española de las Filipinas, de 1698, que relata la historia como si fuera un hecho real; San Agustín llama al soldado por nombre y atribuye su teletransporte a la brujería. Janvier dice que Obregón afirmó que en 1609, Antonio de Morga había escrito que la muerte de Pérez das Mariñas "se conoció en México el mismo día, aunque expresa ignorancia de cómo llegó a ser esto.[3][4] José Rizal hace notar sobre muchas otras historias milagrosas de las Filipinas españolas de la época; Luis Weckmann hace la misma observación en relación con México.[5] El sucesor de Obregón, Artemio del Valle Arizpe y su colección Historias de vivos y Muertos (1936) incluía una versión de la historia titulada "Por el aire vino, por la mar se fue".
El folclorista Thomas Allibone Janvier, en 1908, describió la leyenda como algo "corriente entre todas las clases de la población de la Ciudad de México". Únicamente son los "investigadores" paranormales quienes dan credibilidad a esta leyenda y han ofrecido explicaciones sobrenaturales para la historia.[6][7] Morris K. Jessup y Brinsley Le Poer Trench, octavo conde de Clancarty,[8] sugirieron una abducción extraterrestre; mientras que Colin Wilson[9] y Gary Blackwood[10] sugirieron la teletransportación.
La realidad es que no existe ningún antecedente o registro del nombre real del soldado teletransportado. Cosa rara si se toma en cuenta que algo tan extraordinario como lo es la historia de Gil Pérez, y el hecho de que fuera arrestado por la Santa Inquisición, sería un evento que debería haber quedado asentado en los registros históricos. Lo único que hay son anécdotas, relatos sin fundamentos. Nada más hay que pueda ser corroborado por los historiadores serios.
Además, existen muchas inconsistencias en el relato. Por ejemplo, Perez Das Mariñas fue asesinado por sus remeros chinos en su galera, no por piratas. Das Mariñas murió el 25 de octubre de 1593. Gil Perez, nombre ficticio ya que no hay datos de su existencia en las crónicas, nunca "presenció" la muerte del gobernador, ya que él estaba en Manila y el gobernador estaba en mar.
Referencias y ligas externas
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