Escatología
Mitología |
Religiosa |
La escatología (del griego antiguo éskhatos: ‘último’ y logos: ‘estudio’) es el conjunto de creencias religiosas sobre las realidades últimas.
División
La escatología se divide en:
- Escatología general o anteposhistórica (es decir, antes del fin de la historia), se ocupa del destino final de la humanidad y del destino final del universo.
- Escatología particular o posmortuoria. Se ocupa del estado del ser humano después de su muerte.
Casi todo tiene que ver con el fin del mundo cuando se habla de la escatología.
Religiones
Hay diversas referencias escatológicas en la mitología egipcia, griega, romana y mitología escandinava. Cada religión tiene su propia visión escatológica según sus creencias sobre el devenir de los tiempos. En muchas de ellas el hombre, individual y colectivamente, trasciende al mundo terrenal y existe por la eternidad en realidades radicalmente distintas a la vida conocida, algunas de ellas dichosas (Paraíso) y otras de condenación (infierno).
Mazdeísta
Dentro del contenido religioso del mazdeísmo, Zoroastro describió con gran detalle la llegada del Frashokereti o juicio final con el último enfrentamiento entre Ahura Mazda (el Bien) y Angra Mainyu (el Mal), que produciría grandes catástrofes y aceleraría la llegada de un salvador, descendiente del linaje del propio Zoroastro, quien sería el encargado de llevar a la victoria a las fuerzas del Bien.
En el juicio final se decide el destino de la humanidad y la reconciliación entre una parte de ésta y Ormuz (el Bien), que conlleva el fin del Mal.
Budista
En China, al introducir el culto al buda Maitreya también se introdujo en esta religión un componente escatológico, del cual en los tiempos futuros, decaerá de gran manera que propiciaría el regreso de Maitreya para iniciar una nueva época de paz y esperanza.
Hindú
En el hinduismo no hay una sola escatología determinada;
Hay una escatología de los universos materiales, que se destruyen cíclicamente. Existe una destrucción parcial del universo, que sucede cada final del «día» de Brahma (cuando este dios se duerme, al final de cada uno de sus largos «días») y existe una destrucción total de todos los universos, cuando Visnú los «aspira» como moléculas de su respiración, al final de la vida de Brahmā (que dura exactamente 100 de sus «años»).
También hay una escatología personal, cuando el alma espiritual abandona el cuerpo material en el momento de la muerte. Recibe un juicio por parte del deva Iamarásh (el regente de la muerte), quien de acuerdo con su buen o mal karma (‘actividades’ pasadas) recibe una pena: volver a nacer en algún planeta de este universo.
Si el alma se comportó bien, irá a nacer en un planeta superior paradisíaco (el cielo o suarga), y una vez que haya «gastado» su buen karma (una vez que haya gozado lo suficiente) tiene que volver a nacer en este planeta.
Si el alma se comportó mal, irá a nacer en un planeta inferior infernal (el infierno o Patala), y una vez que haya “quemado” su mal karma (una vez que haya sufrido lo suficiente) tiene que volver a nacer en la Tierra.
En estado de sueño profundo, el alma cae a la Tierra en forma de lluvia, y si cae en tierra cultivada, entra en las plantas y queda adosada a los granos (de trigo, arroz, etc.). Si es comida por un ser humano masculino entra en sus espermatozoides y si le corresponde ser hijo o hija de ese ser humano en particular, por «azar» será el espermatozoide que fecunde al óvulo y se convertirá en un embrión.
Según las Escrituras hindúes, el alma se despierta dentro del útero materno. Los hindúes incluso creían que el útero era una parte del intestino, por lo que el feto estaba rodeado del excremento de la madre. De esta manera el alma experimenta varios meses de terribles sufrimientos, que finalmente le hacen perder la memoria y la inteligencia.
Los hindúes creen que es posible interrumpir este proceso eterno de reencarnación bajo ciertas circunstancias, como la quema del cuerpo del difunto.
Islámica
En el Islam, la fe cuenta para el destino del creyente y cuando dicho creyente haya fallecido, conoce en persona a Alá y es conducido al paraíso de ellos (Jannah. Sin embargo, no recibe íntegramente su recompensa hasta el Día del Juicio. Para los impíos, el destino es sufrir en su propia tumba hasta llegar el juicio final, donde se decidirá su destino.
Tal Como en el cristianismo y el judaísmo, existen creencias escatológicas como la recompensa de las almas (en el islam no existe la idea de purgatorio), pero sí existen términos escatológicos como al-Masih ad-Dajjal que en árabe significa el falso mesías y el Mesías (Jesús o I'sa), El Guiado (Mahdí). Al final de los tiempos, Jesús volverá para reinar en el mundo entero desde el trono de Jerusalén, aunando a todos los creyentes en el Dios Único, ya sean judíos, cristianos, musulmanes u otros, bajo un mismo paraguas: el islam. Reinará acorde a las enseñanzas de los profetas y, en particular, las de Muhammad, el último de todos ellos.
Hebrea
El pueblo hebreo cree que su historia ha sido dirigida por Dios Jehová en cumplimiento a la promesa a Abraham. Por medio de eventos históricos como el Éxodo (la vuelta a la Tierra prometida desde el exilio en Egipto) o la Diáspora (el exilio provocado por la invasión romana).
Los acontecimientos del fin del mundo son similares en el judaísmo y el cristianismo (el cual es la continuación de aquél): la abominación del Templo de Jerusalén, la nueva creación, el juicio final y el gobierno divino, que incluye la llegada del Mesías (los judíos creen que su llegada aún no acontece).
Cristiana
Ofrece una escatología parecida a la del judaísmo, la cual está explicada por los Evangelios del siglo I y por los teólogos posteriores.
La teología cristiana se ha ocupado mucho —especialmente durante el medioevo y la Reforma — de los "novísimos" (los últimos cuatro estados del ser humano, que son muerte, juicio, infierno y gloria).
Testigos de Jehová
Según las creencias de los Testigos de Jehová, cuando el ser humano muere nada lo sobrevive: no tenemos un alma eterna, somos almas, el alma es la persona, la vida. (Gen.2:7, Gen.3:19, Ezequiel 18:4). La esperanza futura para quienes hayan muerto, se basa en la resurrección, la cual sucede de dos formas distintas:
- La primera forma: 144,000 personas escogidas desde la época de los apóstoles hasta nuestros días, serán resucitadas en el cielo como espíritus y serán reyes y sacerdotes, junto con Jesucristo (Apocalipsis 14:1-3; Apocalipsis 20:6), a partir de que Cristo manifestara su presencia (Parusía) en el poder del Reino, durante "los últimos días", a partir de 1914 (Revelacion o Apocalipsis 12:7-12). Este es el "Rebaño pequeño" (Luc.12:32).
- La segunda forma: habrá una resurrección física en carne y hueso, para "una gran muchedumbre" de otras ovejas, que no son de este redil (del "rebaño pequeño") (Revelación 7:9-12; Juan 5:28,29), después de la intervención de Cristo y el Armagedón (Apocalipsis 16:14-16);durante su reinado milenario (Apocalipsis 20:4) en una Tierra que será convertida en un Paraíso, el propósito original de Dios. "Habrá resurrección así de justos como de injustos" (Hechos 24:15).
- En el caso de los inicuos, es decir, aquellos que fueron destruidos en Sodoma, Gomorra, Admá, Bela y Zeboyim, así como en El Diluvio universal, y los que sean destruidos directamente por Dios en el Armagedón, su destino es la muerte eterna. "No se pondrán de pie en el juicio" (Salmo 1:3-5).
Adventistas
Los adventistas creen que en la segunda venida de Cristo, los muertos en Cristo resucitarán primero, luego los que estén vivos (los escogidos) junto con los resucitados, serán arrebatados por los ángeles que se los llevarán al cielo a vivir por un periodo de mil años. Durante ese tiempo, Satanás será encadenado simbólicamente, pues no tendrá a nadie a quien engañar. En el cielo, en este período, los santos (los que fueron salvados) junto con Cristo estarán juzgando a los impíos. Al cabo de este periodo, Cristo con la santa ciudad descenderán del cielo para juzgar a los muertos impíos, ellos resucitarán y tratarán de cercar la santa ciudad pero Dios hará descender fuego del cielo que los consumirá. Y esta será la segunda resurrección que es para muerte eterna (Apoc 20:1, Tes 4:13-17).
Nórdica
En la mitología nórdica, Ragnarök es la batalla del fin del mundo. Esta batalla será supuestamente emprendida entre los dioses, los Æsir, liderados por Odín y los jotuns liderados por Loki. No sólo los dioses, gigantes, y monstruos perecerán en esta conflagración apocalíptica, sino que casi todo en el universo será destruido.
En las sociedades guerreras vikingas, el morir en batalla era un destino admirable, y esto se tradujo en la adoración de un panteón en el que los dioses mismos no son eternos, sino que algún día serán derrocados, en el Ragnarök. En las propias sagas y poesía escáldica de los pueblos nórdicos aparecen claramente definidos los acontecimientos del Ragnarök, se conoce quién luchará contra quién, así como los destinos de los participantes en esta batalla. El Völuspá (Profecías de Völva —Shaman femenino—), la primera serie del Edda poética (Edda mayor), que data desde 1000 E.C., cuenta la historia de los dioses, desde el inicio del tiempo hasta el Ragnarök, en 65 estrofas. La Edda prosaica (Edda menor), escrita dos siglos después por Snorri Sturluson, describe en detalle qué ocurrirá antes, durante y después de la batalla.
Lo que es único sobre el Ragnarök como historia apocalíptica (en el estilo Armagedón) es que los dioses ya saben a través de la profecía lo que va a suceder: qué avisará de la llegada del acontecimiento, quién será asesinado por quién, y así sucesivamente. Incluso saben que ellos no tienen el poder de evitar el Ragnarök. Esto está relacionado con el concepto de destino de los pueblos nórdicos antiguos.