Erwin Heintz

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Erwin Heintz
Información Biográfica
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Francia
Lugar

Alsacia

Información Personal
Ocupación

Espectrografía infrarroja

Afiliación

El escándalo de Jacques Benveniste sacudió a Nature, que recibió una avalancha de críticas, por haber aceptado un artículo con datos fabricados, más sin embargo, su trabajo no es el primero que quiso “probar” la existencia de la supuesta memoria del agua. Erwin Heintz era un físico alsaciano experto en espectrografía infrarroja y la fotografía.[1]

Antecedentes

El 28 de noviembre de 1941 el físico alsaciano Erwin Heintz publicó en la prestigiosa revista Die Natürwissenschaften un artículo llamado «Physikalische Wirkungen hochverdünnter potenzierter Substanzen» (Efectos físicos de sustancias potencializadas altamente diluidas), en el que describe de un tipo de efecto de “memoria del agua”, "demostrando" el efecto sobre las propiedades fisicoquímicas del agua de sustancias extremadamente diluidas (la absorción en el infrarrojo próximo y la conductividad de la solución). Tenía soluciones con clorato de potasio (inicialmente de concentración 0.04 g por 10 cm3, sometida luego hasta a treinta “centesimales hahnemannianas”.[2] Heintz describió meticulosamente sus experimentos, en que estudió también nitrato cúprico, carbonato de potasio y otros compuestos, igualmente diluidos.

Siguiendo el artículo de Erwin Heintz, el Profesor Rudolf Fleischmann (1903–2002), a solicitud del Rector K. Schmidt (Decano de la escuela de medicina) llemaron a Heintz a su laboratorio. Fleischmann recibió la tarea de verificar las mediciones del físico para, como el decano Stein comentó: 'Si esto es verdad, entonces sería un gran descubrimiento para la medicina'.

El profesor Fleischmann se dio cuenta de que Heintz había trabajado sin ningún rigor científico y que sus conclusiones no valían nada. Las mediciones no se realizaron de manera rigurosa (por ejemplo, no se definieron los grosores de las delgadas láminas de mica).[3]

Honestidad científica

Sin embargo, Heintz, alertado por sus dos colegas alemanes acerca de la pobre metodología de su trabajo, en ningún intentó encontrar una escapatoria fácil criticando los métodos de medición o las técnicas de sus colegas, y mucho menos se lloriqueó quejándose de una cacería de brujas. Lo que hizo es lo que cualquier científico honesto habría hecho, repitió sus trabajos examinando en detalle todo lo que pudiera haberlo inducido a error.

Su autocrítica es admirable por la meticulosidad con que estudió los factores que pudieran haberlo engañado: la geometría mal definida de la fuente luminosa, la influencia de la planaridad de las ventanas de su dispositivo óptico, el grado de pulimento de los electrodos de platino, la heterogeneidad de concentración por evaporación mal controlada, etc.

El 22 de julio de 1942, Erwin Heintz escribió un comunicado para la misma revista Naturwissenschaften (que lo publicó en octubre del mismo año), donde mencionó en tres párrafos, que no había podido replicar los resultados descritos en el trabajo mencionado, que los efectos estaban dentro de los márgenes de incertidumbre de las mediciones, y que no había que tener en cuenta para nada su artículo. Heintz mencionó que "Al realizar pruebas a ciegas sobre el uso del material, se prestó atención a la viabilidad de la solución. Ambas series de experimentos arrojaron un resultado completamente negativo en términos de un efecto de potencia. Las pequeñas alteraciones visuales de la conductividad de una potencia a otra, que no se corresponden de ninguna manera con el ritmo que se me indicó anteriormente, [...] podrían atribuirse a la inserción del vidrio de los vasos usados."[4]

Por esta razón, este artículo de retractación como el anterior, fueron borrados de su currículum.[5]

Hasta el día de hoy, este científico alsaciano es el único que ha dado el ejemplo de verdadera honestidad frente a la evidencia científica, algo que no se ha repetido de entre las filas de los homeosectarios que solo velan por sus intereses y que se la pasan berrinchando cuando otros científicos les hacen ver sus errores o cuando terminan con sus artículos fraudulentos retractados. Benveniste murió encorajinado y en la ignominia, pero lo peor es que de él solo se recuerdan sus pataletas y lloriqueos cuando le descubrieron su fraude académico. A Benveniste y a Elisabeth Davenas se les cayó el teatrito homeopático, pero otros les seguirán.

Referencias y ligas externas

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  1. Robert Casel (Ene, 1993) «Investigación nuclear en Estrasburgo. Los primeros diez años 1941-1951». Vía: Centre de Recherches Nucléaires.}}
  2. Erwin Heintz (1941) «Physikalische Wirkungen hochverdünnter potenzierter Substanzen» (Efectos físicos de sustancias potencializadas altamente diluidas). Vía: Die Naturwissenschaften. Num 48, Vol. 29; pp 713-728 doi:10.1007/978-3-642-51845-4_77.
  3. Blanche Ring (1992) «Origin Of The Nuclear Research Center. Part 1­: Implantation Of A Neutron Generator At The Strasbourg Civil Hospital 1941 - 1944 ». Vía: Centre de Recherches Nucleaires de Strasbourg.
  4. Erwin Heintz (Oct, 1942) «Bemerkungen zu meinem Artikel: Physikalische Wirkungen hochverdünnter, potenzierter Substanzen». Vía: Naturwissenschaften. doi:10.1007/BF01488177.
  5. Pablo C. Schulz (Oct, 2005) «Las Pseudociencias». Vía: Revista Iberoamericana de Polímeros. Volumen 6(3)