Epistemología de la calle

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La epistemología de la calle (epistemología callejera o epistemología urbana) es un método que muestra cómo involucrar a los creyentes de alguna religión o pseudociencia en conversaciones que les ayuden a valorar la razón y la racionalidad, arrojar dudas sobre sus creencias y, en el caso de la religión, desconfiar de su fe. Es un enfoque activista que intenta que las personas a dejen de tener fe en cosas que no existen o de las que no hay un vestigio de evidencia.

La frase epistemología de la calle fue creada por el Dr. Peter Boghossian y la metodología fue plasmada en su libro Manual para crear ateos, donde detalla, explica y enseña cómo ser un epistemólogo de la calle y cómo aplicar las herramientas que él mismo desarrolló y utilizó como educador y filósofo. Las lecciones, estrategias y técnicas que comparte provienen de su experiencia enseñando a prisioneros, de educar a decenas de miles de estudiantes en universidades públicas superpobladas, de involucrar a los fieles todos los días durante más de un cuarto de siglo, de más de dos décadas de erudición rigurosa, y de las calles.

La epistemología callejera se remonta a los valores de los antiguos filósofos: individuos de mente dura, de hablar claro, conocidos por su defensa propia, comprometidos con la verdad, inflexibles frente al peligro y valientes al invocar falsedades, contradicciones e incoherencias y sin sentido.

Los filósofos helenistas lucharon contra las supersticiones de su tiempo. Lucrecio, Sexto Empirico, Epicteto, Marco Aurelio y otros, combatieron a las autoridades religiosas de su época, incluidas las primeras versiones del cristianismo. Pensaron que el paso más importante era liberar a las personas del temor a las torturas de los condenados y del miedo que los predicadores de su época estaban propagando. Los filósofos helenísticos estaban tratando de alentar la autosuficiencia estoica, un sentido de auto-responsabilidad y un humanismo duro de mente.

La epistemología de la calle es una visión y una estrategia para la próxima generación de ateos, escépticos, humanistas, filósofos y activistas. Queda atrás la visión idealizada de los filósofos mayores, vestidos con chaquetas con coderas, pipas humeantes, acariciando sus barbas blancas y descuidadas. Ya no existe la ideología, la ortodoxia y la moderna amenaza de la corrección política.

Pero el epistemólogo de la calle no solo intenta destruir los cuentos de hadas, los delirios reconfortantes y las entidades imaginarias. Ofrece una visión humanista. Permite ser francos, directos y honestos con ellos mismos y con los demás. Ayuda a las personas a desarrollar una confianza en la razón y la voluntad de reconsiderar, y poner la racionalidad al servicio de la humanidad.

Los precursores inmediatos de los epistemólogos de la calle fueron los hoy conocidos como "los cuatro jinetes", cada uno de los cuales contribuyó a identificar una parte del problema con la fe y la religión. El neurocientífico estadounidense Sam Harris articuló los problemas y las consecuencias de la fe. El biólogo evolutivo británico Richard Dawkins explicó en su libro God Delusion cómo las ideas se transmiten de persona a persona dentro de una cultura. El filósofo estadounidense Daniel Dennett analizó la religión y sus efectos como fenómenos naturales. El autor estadounidense de origen británico Christopher Hitchens se divorció de la religión de la moralidad y abordó el papel histórico de la religión. Los cuatro denunciaron el problema de la fe y la religión y comenzaron a cambiar nuestro pensamiento y nuestra cultura: degradaron la visión de la religión, la fe y la superstición de la sociedad, al tiempo que elevaron las actitudes sobre la razón, la racionalidad, la Ilustración y los valores humanísticos.

Todos identificaron los problemas y nos concienciaron, pero ofrecieron pocas soluciones. Sin un mapa ni siquiera guías. Ahora la responsabilidad de la próxima generación de pensadores y activistas es tomar medidas directas e inmediatas para solucionar los problemas identificados por Harris, Dawkins, Dennett y Hitchens. La Epistemología callejera ofrece soluciones prácticas a los problemas de la fe y la religión mediante la creación de personas que ven las interacciones con los fieles como intervenciones clínicas diseñadas para desengañarlos de su fe.