El gasero loco de Mattoon

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Rumorología y
Leyendas urbanas

Uno de los casos más conocidos de histeria colectiva del siglo XX fue el del "gasero loco" de Mattoon, en el que una misteriosa figura supuestamente vagaba por esta pequeña ciudad de Illinois, rociando gas nocivo a los hogares y haciendo que sus ocupantes, aterrorizados, cayeran enfermos. Poco después de la publicación de un estudio realizado por Donald Johnson en 1945, en la revista Journal of Abnormal and social Psychology, el episodio se convirtió en un clásico dentro de los anales de las ciencias sociales.[1]

Desde la década de 1950, la mayoría de los libros de texto sobre sociología y psicología social que discuten el comportamiento de masas citan el artículo de Johnson. A pesar de su continua popularidad entre los científicos sociales, prácticamente nada se ha escrito sobre el tema en la literatura científica. Una excepción es el físico Willy Smith, quien afirma que había un verdadero gasero. Su argumento se basa principalmente en el testimonio de testigos presenciales y recuerdos del evento, los cuales son muy poco confiables. Mientras tanto, en los últimos años, el episodio ha aparecido en muchos libros y artículos sobre misterios y lo paranormal, donde se discute normalmente como posiblemente un crimen sin resolver o el trabajo de una entidad sobrenatural.[2][3][4]

Antecedentes

El caso del gasero loco comenzó alrededor de las 23:00 del Viernes, 1 de septiembre de 1944. Aline Kearney yacía en la cama leyendo el periódico. La señora era una joven ama de casa cuyo marido estaba conduciendo un taxi aquella noche en Mattoon, ciudad al este de Illinois. Estaban en la casa su hijo, dos hijas y su hermana, Martha Reedy, cuyo marido estaba en la guerra.

De repente, la señora Kearney detectó un olor dulzón que le hizo enfermar. No fue capaz de moverse, sus piernas se encontraban paralizadas. La señora Kearney le gritó a su hermana, quien le dijo que el olor procedía de una ventana del dormitorio abierta. La Sra Reedy se puso en contacto con una vecina, la señora Earl Robertson, quien llamó a la policía. La policía emprendió una busqueda y no encontró nada. La señora Kearney se recuperó pasados unos treinta minutos. Su maridoregresó a su casa alrededor de las 12:30 am después de escuchar sobre el incidente y dijo haber visto un merodeador en la ventana del dormitorio. La policía fue llamada de nuevo, pero no encontraron nada. Toda la familia fue a quedarse con un pariente esa noche.

El único periódico importante de Mattoon, el Daily Journal-Gazette informó del incidente en la página uno a la noche siguiente con un titular de seis columnas, "Merodeador 'anestésico' suelto". Debajo del título añaden, "Señora Kearney e hija primeras víctimas...".

Este y otros reportes describen los síntomas típicos: un olor dulzón, mareos, parálisis, dolor de estómago y vómitos. Todas las víctimas, se recuperaron esa noche o a la mañana siguiente. En la noche del día 5, la señora Carl Cordes cogió un paño doblado en su porche, vio una mancha de humedad, la olió y resultó ser el mismo olor de antes. "Fue una sensación de parálisis", dijo al Gazette. La diferencia con las otras víctimas, es que la Sra Cordes empezó a escupir sangre.

Para la próxima semana, se informaron más y más gaseamientos. Otros periódicos comenzaron a recoger la historia el 6 de septiembre, y empezaron a bautizar al perpetrador: Merodeador anestésico, Anestesista loco, Gasero loco, Químico fantasma y Will-o’-the-Wisp (fuego fatuo); Merodeador diabólico nocturno, Merodeador fantasma, Merodeador misterioso, Demonio gasero, Gasero fantasma, el Hombre mono, Anestesista fantasma terrorista, Terrorista gaseador de mujeres, entre otros.

Se unieron a la búsqueda agentes del FBI, la Policía del Estado de Illinois, y grupos de ciudadanos armados de la ciudad. Un grupo de cincuenta campesinos armados también recorrió la ciudad.

El comisionado de Policía Thomas Wright comenzó a ordenarle a los oficiales que arrestaran a los cazadores. Una mujer con la intención de protegerse a sí misma cargó la escopeta de su marido y voló parte de la pared de la cocina. Otro avistamiento de unos ojos demoníacos en la ventana del dormitorio de una mujer resultó ser un gato. Una mujer en un cine gritó que ella atacada por el gas, aunque nadie a su alrededor fue afectada. Unos sospechosos fueron interrogados, pero no se hicieron arrestos.

Para el 14 de septiembre los reportes de gaseados habían terminado para siempre. En total hubo al menos tres docenas de víctimas reportadas. Ni un solo sospechoso de merodear fue identificado o detenido, no hay evidencia física presentada (el paño de la señora Cordes resultó negativo para sustancias inusuales en un laboratorio criminal del Estado), y no hubo ninguna identificación médica del tipo de gas que se utilizó. De hecho, ninguna de las víctimas informó haber sufrido de problemas en los ojos por la supuesta exposición al gas. Si se tratara de un gas venenoso, los ojos con toda seguridad se verían afectados.[5]

Análisis del caso

Caricatura del Gasero loco.

La Gaceta de Mattoon prácticamente creó todo el susto del gasero loco. Sabemos que los primeros informes de gasificación no fueron tomados en serio por la policía. Esto se observó el 8 de septiembre cuando la Gaceta criticó a la policía de no haber tomado a Aline Kearney en serio. Ni tampoco a los tres informes que siguieron de residentes que informaron "gaseamientos". De acuerdo con la Gaceta, la policía llegó a la conclusión de que estos primeros informes eran "simplemente imaginación." La policía no comenzó a preocuparse hasta el 5 de septiembre, después de que la señora Cordes encontró el paño en su porche. Pero este escepticismo por parte de la policía no se refleja en los primeros informes. El sábado 2 de septiembre, la Gaceta tituló el primer informe sobre el incidente como Merodeador "anestésico" suelto. No sólo fue la existencia del gasero tratado como un hecho real, sino que había una implicación de que más gaseamientos podrían seguir: Recordemos el subtitulo que decía "Señora Kearney e hija primeras víctimas..."

El sensacionalismo mostrado por la Gaceta impulsó una serie de informes de gasificación retrospectivos que supuestamente habían ocurrido antes o durante el "ataque" a la señora Kearney. Al informar estos casos, no hubo ningún indicio de escepticismo de la policía o de la posibilidad de un gasero imaginario. Fue sólo después de la historia publicada por la Gaceta que varias familias locales informaron "ataques" similares. Hubo personas que reportaron una figura en los prados, otras que sufrieron vómitos, incluso hubo quien mencionó que fue gaseado mientras dormía. Muchos dijeron haber experimentado "la misma sensación de parálisis" y se sintieron mal durante cerca de noventa minutos. Curiosamente, los amigos que se alojan en la casa de los "gaseados" no reportaron ningún efecto negativo. Estos incidentes fueron mencionados en otro artículo de la Gaceta el 5 de septiembre ("'Merodeador Anestésico' cubre la ciudad"). (No hubo informes noticiosos el 3 de septiembre ni el 4, porque el periódico no se imprimía en domingos y días festivos.)

En ningún reporte de la Gaceta se mencionan estudios sobre la falibilidad de la memoria humana y la percepción. Estos primeros reportes son dudosos. En el momento de los supuestos ataques, nadie informó de estos hechos a la policía, ni se molestaron en ponerse en contacto con amigos o familiares para compartir su preocupación. Es un hecho que un gas venenoso puede causar discapacidad permanente o incluso resultar letal. ¿Y qué hacen las víctimas de ataques anteriores al primero de septiembre? Permanecen en la casa y pronto se vuelven a dormir sin reportar nada. Este comportamiento sólo tiene sentido si, después de enterarse de un gasero loco, estas "víctimas" comenzaron a redefinir los ambiguos incidentes recientes durante los cuales se había notado un olor extraño y los embellecieron. El conocimiento de un gas venenoso se generalizó en este momento debido a los temores de que los alemanes podrían utilizarlo durante la Segunda Guerra Mundial.

Nadie es citado directamente de ver en realidad a un "merodeador" hasta que el Sr. Kearney llegó a su casa y dijo haber visto una figura en la ventana del dormitorio. En el artículo hay una referencia a los labios resecos y quemados de la señora Kearney y el periodista, no identificado, conjetura que hay un merodeador que rocía gas a través de la ventana del dormitorio. Después de citar a la señora Kearney, el periodista se refiere entonces al Sr. Kearney, quien reportó ver a un hombre en la ventana. Eso, sin embargo, fue un segundo incidente. Al parecer, todos los involucrados asumieron o reinterpretaron el primer incidente como causado por un merodeador que rocía una sustancia anestésica.

El "merodeador anestesista" era por lo tanto un producto creación de la Gaceta combinando el primer incidente que implica la parálisis de la señora Kearney y un olor, con el segundo incidente, el presunto avistamiento del Sr. Kearney de un merodeador. En ninguna parte se lee que alguien haya dicho que un "merodeador anestesista" fue visto. Esa frase de dos palabras es una invención del escritor del encabezado.

Los demás periódicos pronto siguieron con la cobertura dada por la Gaceta, y todo el país conoció al "Gasero loco" de Mattoon.

La alarma del gas venenoso

Willy Smith afirmó correctamente que la histeria colectiva "por lo general se debe a un solo caso, o de un evento gatillo." Sin embargo, declaró incorrectamente que "en el caso Mattoon no hubo ningún caso que pudiera haber disparado una histeria colectiva."[6] Esto no es totalmente verdad. En el otoño de 1944, cuando una victoria aliada parecía inevitable en la Segunda Guerra Mundial, el miedo a los ataques de gas fue evidente. A pesar de que el gas venenoso no se sabe que haya sido utilizado en la Segunda Guerra Mundial, por miedo a las represalias, durante el año de los "gaseamientos" en 1944, hubo no menos de 112 artículos en el Index del Times de Nueva York bajo el título "guerra química". El "Gasero loco" apareció sólo dos y medio meses después del Día D. Incluso, hubo una discusión sobre si Estados Unidos debería ser el primero en utilizar el gas. Este punto de vista recibió una tormenta de críticas por muchos lectores y comentaristas, temerosos de que las potencias del Eje pudieran pensar siquiera que el uso de gas era inminente e iniciar un primer ataque.

Conclusiones

El episodio del "gasero loco" fue claramente provocada por una confluencia de factores: cobertura de una prensa sensacionalista, la ignorancia sobre la falibilidad humana perceptual y la reconstrucción de la memoria y el miedo a los ataques nazis con gas venenoso. Al interpretar el significado de los acontecimientos misteriosos, no es necesario abrazar explicaciones exóticas cuando son fácilmente explicables usando bien construidas teorías científicas. También es una buena práctica mantenerse dentro del área de especialización.

Es esencial comprender lo que sucedió en Mattoon en el contexto social e histórico, tal y como fue experimentado por los habitantes de la ciudad y cómo se reportó por los medios de comunicación en el momento. La gente de la época vivían bajo el espectro de los ataques masivos de gas venenoso contra blancos civiles.

Ya se ha visto que eventos como el del Gasero loca de Mattoon se pueden volver a repetir. Por ejemplo, en Japón durante 1995, el uso de gas nervioso sarín en el metro de Tokio, por la secta Aum Shinrikyo, mató a 12 personas. También provocó una ola de colapsos en masa debidos a pseudoataques después que algunos pasajeros detectaron olores extraños.[7]

Desde los ataques terroristas contra los Estados Unidos el 11 de septiembre de 2001, los ciudadanos han sido inundados con informes de histeria colectiva y engaño social. En un caso, un hombre fue sometido por la policía después de lanzar chorros de una sustancia extraña en una estación del metro de Maryland. Treinta y cinco personas en la zona fueron afectadas por lo que se creyó era un químico tóxico, y todas fueron tratadas por síntomas toxicológicos que iban desde náuseas hasta dolores de garganta. La sustancia más tarde fue identificada como limpiador de ventanas común.[8] Episodios similares de enfermedad psicógena causada por químicos y alarma de bioterrorismo se reportaron desde California hasta las Filipinas.[9] En este último caso, un brote de gripe, junto con los rumores de un misterioso "virus en el aire" impulsó a miles de estudiantes universitarios a inundar los consultorios médicos locales.[10] Cuando sucedió el evento "Amerithrax", la alarma de Ántrax en el correo el 18 de septiembre de 2001, que cobró varias vidas, la CNN informó que más de dos mil trescientas alarmas de ántrax falsas ocurrieron en un lapso de dos semanas a principios de octubre de 2001.[11]

La culpa del episodio del "Gasero loco" recae directamente sobre los reporteros y editores de la Gaceta Mattoon Daily-Journal Gazette, que literalmente creó un imaginario ataque con armas químicas. Los reporteros, arrastrados por sus supuestos y emociones, no informaron a sus lectores durante los primeros días de la investigación que la policía de Mattoon se mostraron escépticos de las reclamaciones iniciales sobre un gasero. Como resultado, los lectores tuvieron una visión distorsionada de la evidencia. Los periodistas no pudieron examinar la evidencia de los hechos, y saltaron a la especulación y a hacer suposiciones que reflejaban su visión del mundo en tiempos de guerra, que sostenían que los ataques de armas químicas alemanas en América eran posibles. Estos primeros informes en la Gaceta se basaron en el miedo, que a su vez generó más miedo, animando a los ciudadanos a escudriñar el entorno en exceso. Esta situación llevó a una falsa reinterpretación de los objetos mundanos, los olores y las circunstancias que fueron relacionadas a un gasero.[5]

Véase también

Referencias y ligas externas

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  1. D. M. Johnson, “The ‘Phantom Anesthetist’ of Mattoon: A Field Study of Mass Hysteria,” Journal of Abnormal and Social Psychology 40 (1945): 175-86.
  2. J. Clark, Unexplained! (Farmington Hills, Mich.: Visible Ink Press, 1999)
  3. M. T. Shoemaker, “The Mad Gasser of Botetourt,” Fate 38, no. 6 (June 1985): 62-68
  4. W. Smith, “The Mattoon Gasser: A Modem Myth,” International UFO Reporter 9, no. 6 (1984): 7, 9, 14
  5. 5,0 5,1 Bartholomew, Robert E. Hoaxes, Myths, and Manias: Why We Need Critical Thinking. 1st ed. Amherst, NY: Prometheus, 2003. Print.
  6. W. Smith, “The Mattoon Phantom Gasser,” The Skeptic 3, no. 1 (1994): pg 34.
  7. S. Wessely, “Hysteria after Gas Attacks,” The Times (London), July 4, 1995, p. 14a.
  8. L. Lellman, “Suspicious Incident Forces Subway’s Closing,” Rutland (Vt.) Daily Herald, October 10, 2001, p. A3.
  9. H. Becerra and E. Malnic, “Complaints of Dizziness Shut Down Subway,” Los Angeles Times, September 27, 2001.
  10. R. L. Villanueva, M. C. Payumo, and K. Lema, “Flu Scare Sweeps Schools,” Business World (Philippines), October 3, 2001, p. 12; Reuters News Service, October 2, 2001.
  11. Reporte especial con Aaron Brown,” CNN, al aire en octubre 16, 2001, 10-11 P.M.
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