Efecto Coriolis
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El mito: el agua en una cacerola, fregadero o inodoro gira en sentido antihorario en el hemisferio norte y en sentido horario en el hemisferio sur. Esto es debido al efecto Coriolis, que es causado por la rotación de la Tierra.
¿Qué es el efecto Coriolis?
El efecto Coriolis, descrito en 1836 por el científico francés Gaspard-Gustave Coriolis[1] , es el efecto que se observa en un sistema de referencia en rotación cuando un cuerpo se encuentra en movimiento respecto de dicho sistema de referencia.
Este efecto consiste en la existencia de una aceleración relativa del cuerpo en dicho sistema en rotación. Esta aceleración es siempre perpendicular al eje de rotación del sistema y a la velocidad del cuerpo.
Origen

Debido a que la Tierra es un planeta que gira sobre un eje invisible, en un punto en su ecuador se crea un circuito de 40,233.6 kilómetros en el lapso de un día, pero en cualquier punto que no sea el ecuador hará un viaje redondo más corto; cuanto más cerca esté ese punto hacia uno de los polos, más corto es su viaje. Dicho de otra manera, un lápiz en el ecuador viaja 1657.62 km por hora, mientras que otro en Sarasota, Florida, se mueve a 1496.69 km por hora, y uno en el polo Norte no se mueve en absoluto.
Refutación
Esta aparente diferencia en los resultados de la velocidad de la fuerza Coriolis, un efecto que le da un giro a los acontecimientos que suceden lejos del ecuador. El más conocido es su efecto sobre las masas de aire: a medida que se alejan del ecuador, su velocidad (que coincide con aquella donde comenzaron) parece ser más rápida que el de la superficie sobre la cual están viajando. La desviación de Coriolis establece sistemas ciclónicos de giro en sentido antihorario en el hemisferio norte y en sentido horario en el hemisferio sur. Del mismo modo, una bala de cañón disparada hacia el norte parece desviarse un poquito al este, y una disparada hacia el sur se desviará, al parecer, muy ligeramente hacia el oeste. Son desviaciones que un artillero experto sabrá ajustar.
El efecto de torsión del efecto Coriolis es real y sí influye en ciertas cosas grandes, como el movimiento de las masas de aire, pero el efecto es tan pequeño que no juega ningún papel en la determinación de la dirección en la cual gira el agua que sale de un fregadero o el inodoro.
El efecto Coriolis produce un efecto medible sobre enormes distancias y largos períodos de tiempo, ninguno de los cuales está relacionado con el cuarto de baño. Los inodoros y sumideros drenan en las direcciones que lo hacen por la forma en que el agua se dirige hacia ellos o se tira de ellos. Si el agua entra en un movimiento de torbellino (como lo hace cuando se vacía un inodoro, por ejemplo), el agua saldrá en ese mismo patrón en espiral; así, la mayoría de los lavabos tienen superficies irregulares y no son perfectamente nivelados, y son factores que influyen en la dirección en la que el agua desciende en espiral por sus desagües.
La configuración de los grifos y los desagües son responsables de la dirección del giro dado a la descarga del agua en fregaderos y bañeras, a un grado que supera la pequeña influencia del efecto Coriolis.
La creencia de que el efecto Coriolis influye en la dirección en que el agua drena desde accesorios de plomería se ha generalizado y se ha repetido como un hecho en varios lugares, incluyendo programas de televisión populares (como Los Simpson en el episodio 16 de la sexta temporada: Bart contra Australia) e incluso en algunos libros de texto.
Un ciclón tiene más de 1000 kilómetros de diámetro y puede existir por varios días. Por el contrario, un fregadero típico es de menos de un metro de diámetro y drena en cuestión de segundos. En esta escala, el efecto Coriolis es minúsculo. Por lo tanto, la forma de la pileta y cómo está nivelada tiene más que ver con la dirección del flujo de agua que el efecto Coriolis[3].
Referencias y ligas externas
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