Delores Krieger
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Dolores Krieger | |
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Información Biográfica | |
País |
![]() Estados Unidos
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Lugar |
Paterson, New Jersey |
F. de Nacimiento |
1921 |
Información Personal | |
Ocupación |
Profesora de enfermería y pseudocientífica. |
Delores Krieger estudió en la Universidad de Nueva York y se convirtió en profesora de enfermería en la División de Educación de Enfermería de la Universidad de Nueva York. Fue en los años de 1970s cuando se lanzó como practicante y defensora de una técnica pseudocientífica de imposición de manos como una herramienta terapéutica adicional para las enfermeras en su tratamiento de pacientes. Krieger se había sentido intrigada por el trabajo realizado por el canadiense Bernard Grad, en los años 60s, con el curandero Oscar Estabany. Grad publicó algunos de los datos más impresionantes de la literatura parapsicológica sobre los efectos de la curación psíquica. Krieger decidió probar las conclusiones de Grad, que supuestamente se habrían realizado en un laboratorio de plantas y ratones de laboratorio, sobre seres humanos en un entorno hospitalario.
En 1971, Krieger estableció un programa con Estabany y descubrió que su toque curativo parecía aumentar la presencia de un pigmento proteico en la sangre de los pacientes iniciales con los que trabajaba.[1] El cambio, según ellos confirmado en una segunda serie de experimentos, la llevó a comenzar a enseñar la técnica a las enfermeras en sus clases.
Se refirió a la imposición de las manos, un término que tiene connotaciones religiosas significativas, como "toque terapéutico" (TT), una designación menos religiosa.[2] El trabajo de Krieger, aunque presentó pocos datos nuevos a los parapsicólogos, fue de gran importancia porque difundió la anticiencia parapsicológica en un campo establecido, la enfermería, que por lo general posee un bagaje científico.
Krieger, trabajó en el TT en colaboración con Dora Kunz, clarividente y futura presidenta de la Sociedad Teosófica en América. Krieger es la autora de El Toque Terapéutico, Aceptando su poder de sanar, y Manual sobre el toque terapéutico interior.
Krieger afirma que "la enfermedad es un desequilibrio en el campo energético de un individuo. En el toque terapéutico, el sanador dirige y modula este campo de energía, utilizando el sentido del tacto como telerreceptor ... "
El proceso del TT consta de cinco fases:
- Centrarse en uno mismo.
- Hacer una evaluación del paciente.
- "Desarrugar" el campo.
- Dirigir y modular la energía.
- Reconocer cuando es el momento de parar.[3]
Krieger es vaga acerca de la naturaleza precisa de ese "campo de energía humana", pero deja claro que no es meramente electromagnetismo. Según Krieger:
"el campo de energía humano es un complejo de muchos campos interpenetrantes cuyas propiedades se interrelacionan dinámicamente en un patrón que reconocemos como naturaleza humana. Este campo funciona como un transformador. Estos focos convierten los sistemas de energía, o "prana", en el tipo de energías que hacen que nuestro ser psicofisiológico sea lo que es. Los focos o transformadores mismos son los chakras. Sus funciones primarias son recoger, cambiar y distribuir el prana a los órganos de nuestros cuerpos físicos. Estos focos forman la matriz del campo químicofísico [sic] y el campo psicodinámico en el individuo y preparan el escenario para el funcionamiento psicosomático." |
~Delores Krieger[4] |
De hecho, los campos de energía no se limitan a los seres humanos, ya que Krieger recomienda al lector a:
"Aprovechar cada oportunidad para volverse sensibles al campo de energía viva. Si no puede trabajar con personas bajo sus circunstancias actuales, evalúe los campos de energía de sus mascotas u otros animales domésticos [y árboles]." |
~Delores Krieger[5] |
La curación a través del TT se produce por "imperturbabilidad" y "reequilibrio" del campo energético del paciente, permitiendo así la reanudación de un flujo de energía más natural y transfiriendo energía de manera dirigida de curandero a paciente.
Krieger explica el mecanismo "científico" con un mayor detalle, como sigue:
"Los seres humanos son sistemas abiertos. Parecen ser un nexo de todos los campos en los cuales la vida participa. Es decir, los seres humanos son las matrices energéticas tanto de campos inorgánicos como orgánicos, tanto psicodinámicos como conceptuales (es decir, el electromagnetismo es sólo una interfaz de todo el complejo). Por lo tanto, los seres humanos son exquisitamente sensibles a los fenómenos de ondas (es decir, la energía). Utilizando la lógica deductiva reexaminé mis estudios previos en ciencias de la vida. Se me ocurrió que a nivel físico, esta proyección de la energía humana durante el acto curativo se fundamenta, en la persona enferma, a través de una "resonancia de transferencia de electrones". |
~Delores Krieger [6] |
Es cierto (y obvio) que los seres humanos son sistemas abiertos, es decir, interactúan con el mundo que los rodea. Todo lo demás en esta cita es un disparate pseudocientífico, a pesar del supuesto lenguaje científico. Por lo que vale, "fenómenos de onda" y "energía" no son sinónimos, ni la energía tiene ninguna "ritmicidad intrínseca". "Resonancia de transferencia de electrones" no es un término estándar en la física o la química.[7]
Ahora bien, según Krieger, la práctica regular del TT a menudo conduce a una mayor aptitud en el uso de otras supuestas facultades humanas naturales, como la telepatía:[8]
De los recuentos escritos en las revistas de mis estudiantes, indicaciones del uso de la telepatía se pueden percibir en un promedio de dos semanas y media desde el momento en que pusieron las técnicas de curación en una práctica consistente. |
~Delores Krieger[9] |
Véase también
Referencias y ligas externas
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