Crecimiento ungueal post mortem
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Este mito es sólo eso: un mito. Tiene mucho que ver con algo de ilusión óptica.
Orígenes
Los hechos espeluznantes tienen su atractivo, siendo el principal de ellos un factor de fscinación mórbida. Aunque los verdaderos detalles de lo que ocurre con los cuerpos después de la muerte no son adecuados incluso para los ligeramente aprensivos ("El primer signo de putrefacción es una decoloración verdosa de la piel que aparece en la parte inferior derecha del abdomen al segundo o tercer día después del fallecimiento", comienza Kenneth Iserson su pavorosa y detallada descripción en Death to Dust).
No es sorprendente que, la mayoría de las veces, el pedacito de trivia que se ofrece como una verdad revelada es completamente falsa: el cabello y las uñas no siguen creciendo después de su muerte; todo es ilusión óptica.
Es un mito que las uñas y el pelo sigan creciendo después de la muerte. Lo que realmente sucede es que la piel puede retraerse a su alrededor, haciendo que el cabello y uñas sobresalgan más prominentemente. El cuerpo se deshidrata después de morir. La carne se seca y, al hacerlo, se aleja de las uñas y el cabello. Por lo tanto, aunque la uña en el dedo gordo del pie, por ejemplo, sigue siendo la misma longitud que antes, el dedo del pie en el que está asentada se contrae. Debido a que estamos acostumbrados a que las uñas y el pelo crecen, no a que manos, pies y cabezas se contraigan, percibimos este cambio como un aumento en una en lugar de una disminución en la otra.
Para combatir esta contracción, las funerarias untan abundante crema hidratante en los cuerpos, sobre todo en los rostros de hombres con barbas espesas.
Entre los vivos, la taza de crecimiento de las uñas de las manos es de una décima parte de un milímetro por día, mientras que las uñas de los pies crecen alrededor de un medio a un tercio más lento. Sin embargo, ciertas drogas o enfermedades pueden afectar estas cantidades. Las uñas de los dedos medio y cuarto tienden a crecer un poco más rápido que los quintos y el pulgar.
Los cadáveres parecen hacer cosas raras poco después de la muerte, pero todas son atribuibles al proceso de descomposición en lugar de ser por fuerzas sobrenaturales. A veces un cuerpo pudriéndose hará ruido, pero eso sólo es el sonido de gas (un subproducto natural del proceso de putrefacción) que se escapa del vehículo físico que antes lo contenía[1].
Referencias y ligas externas
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