Creacionismo

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El creacionismo o “ciencia de la creación” o del “diseño inteligente” es la doctrina según la cual la Tierra fue creada hace poco más de 6000 años por una deidad o ente que interviene (o que intervino) directamente en el mundo natural. Existe otra corriente dentro del creacionismo que considera una Tierra antigua.

El creacionismo científico o Ciencia de la creación no tiene nada de ciencia por lo que se considera que se encuentra dentro del terreno de las pseudociencias.

¿Qué es lo que cree el creacionismo?

La "teoría" del creacionismo dicta que la Tierra fue creada tal y como dice el libro del Génesis. Sostiene que todos los sistemas vivos fueron creados especialmente en su forma actual y que no se han producido cambios desde la creación en sí. En general, se asocia el creacionismo con las iglesias protestantes conservadoras de Norteamérica, y tiene poco apoyo tanto de las corrientes principales de la ciencia como de las corrientes principales de la teología.

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Dentro de tan amplia definición existen varias creencias distintas. Algunas variantes del creacionismo sostienen que los procesos biológicos naturales no bastan para explicar la historia, diversidad, y complejidad de la vida sobre la Tierra. Son justamente estos creacionistas "anti-evolución" quienes han sido, desde la década de los '20 durante el siglo pasado, líderes de la oposición en contra de la enseñanza de la teoría de la evolución.

El creacionismo ha gozado de un modesto resurgimiento en los Estados Unidos.

Las tesis creacionistas

El objetivo del creacionismo es mantener que la teoría de la evolución no es capaz de explicar ni el origen del mundo ni el origen y la diversidad de las especies que vemos en la naturaleza. Las tesis esenciales de la ciencia de la creación son las incluidas en la caracterización que se hizo de ella en la ley de Arkansas del 1981:

  1. Súbita creación del universo, energía y vida de la nada.
  2. Mutación y selección natural son insuficientes para explicar el desarrollo de todos los tipos de seres vivos desde un único organismo.
  3. Los cambios se producen solamente, dentro de unos determinados límites, en unos tipos de plantas y animales creados originalmente.
  4. Antecesores separados para los simios y los hombres.
  5. Explicación de la geología de la Tierra mediante el catastrofismo, incluyendo un diluvio universal.
  6. Relativamente reciente inicio de la Tierra y de los seres vivos.

El creacionismo no es una ciencia

Los creacionistas han intentado argumentar que sus puntos de vista deberían tener igual peso en las escuelas públicas que las enseñanzas de la teoría aceptada de la evolución, puesto que representan una “ciencia” alternativa. Por fortuna, los tribunales han sostenido que esta táctica es simplemente una forma oblicua de introducir enseñanzas religiosas en las escuelas y universidades. Desde el punto de vista científico, el problema con el creacionismo es que no resulta posible demostrar que es erróneo. No importan las pruebas que uno consiga hallar, la respuesta es siempre: “Bueno, así es como fueron hechas las cosas”, o “Dios, en su infinita sabiduría, lo dispuso de esa manera”.

Por ejemplo, una argumentación común contra los creacionistas es que podemos ver las estrellas que se hallan a miles de millones de años luz de distancia, de modo que su luz ha estado viajando hacia nosotros durante miles de millones de años; en consecuencia, la Tierra no puede haber sido creada hace 6500 años. ¡Vamos, ya existía una civilización floreciente en Egipto y antes de la supuesta creación, hace 7000 años, ya se cultivaba arroz en Asia! La respuesta de los creacionistas es lo que llaman la doctrina de la antigüedad creada. En esencia, declaran que la luz fue creada en su camino hacia aquí con el mismo aspecto que tendría si reflejara cosas de miles de millones de años de antigüedad.

El argumento del diseño inteligente es una de las "pruebas" de la existencia de Dios. Básicamente, este argumento deduce del orden inteligente y belleza del universo la existencia de un Diseñador y Creador inteligente del mismo. Este argumento ha sido criticado por mendigar la cuestión: asume que el universo ha sido diseñado para probar que es el trabajo de un diseñador. Además suprime evidencias: además de toda su belleza y grandeza el universo está lleno de..., bien, para ser delicados, digamos que está lleno de vilezas. Supongo que tendría que ser más específico, pero creo que el lector sabe a lo que me refiero: bebés que nacen sin cerebro, gente buena sufriendo torturas monstruosas; personas nefastas tomando el sol y disfrutando del poder, reputación, etc.; erupciones volcánicas, terremotos, huracanes y tornados, todo eso aniquilando ciegamente miles de vidas al día. ¿Es injusto llamar a estas cosas vilezas, lo que alegremente es referido por los teístas como la maldad o la maldad física?

Argumento de Paley

William Paley

Una de las más famosas variantes del argumento del diseño es la analogía con un reloj. William Paley (1743-1805), el Archidiácono de Carlisle, escribe en su Teología Natural (1802):

Al cruzar unos matorrales, suponga que pateo una piedra y que se me pregunta cómo es que la piedra llegó ahí, posiblemente respondería que por todo lo que sé la piedra siempre ha estado ahí; tal vez no sería muy fácil mostrar lo absurdo de esta respuesta. Pero ahora suponga que encuentro un reloj en el suelo, y se me pregunta cómo es que llegó a ese lugar, difícilmente se me ocurriría dar una respuesta como la que he dado antes, que por todo lo que sé el reloj siempre ha estado ahí.

La razón, dice, de que no pueda concebir que el reloj haya estado ahí por siempre es que es evidente que las partes del reloj fueron puestas juntas con un fin. Es inevitable que "el reloj haya tenido un creador", mientras que la piedra aparentemente no tienen un objetivo revelado por la disposición de sus partes.

Ciertamente, en este punto se puede atacar el argumento de Paley diciendo, como Clarence Darrow lo hizo, que algunas piedras serían tan enigmáticas como un reloj; y fácilmente podrían haber sido diseñadas por alguien para cumplir algún propósito que desconocemos, y, en cualquier caso "la piedra, estudiada cuidadosamente... es tan maravillosa como el reloj".

Gran parte de la razón por la cual los argumentos creacionistas contra la evolución puede sonar tan convincentes es porque no tienen en cuenta la evolución, sino que argumentan en contra de una serie de malentendidos que la gente tiene razón al considerarlos absurdos. Los creacionistas creen erróneamente que su comprensión de la evolución es lo que la teoría de la evolución dice en realidad, y declaran la evolución desterrada. De hecho, ni siquiera han abordado el tema de la evolución. (La situación se ve agravada por la pobre enseñanza de las ciencias en general. Incluso la mayoría de los estudiantes de biología de la universidad de primer ingreso no entiende la teoría de la evolución.)

Los creacionistas y fundamentalistas religiosos irán hasta el absurdo con miras a proteger sus creencias del ataque de la ciencia. La edición de Verano de 1996 del Centro Nacional para la Educación en Ciencia señala que en el condado de Marshall, Kentucky, el superintendente de la escuela primaria, Kenneth Shadowen encontró una solución única y singular a un problema molesto con sus libros de texto de Ciencia de quinto y sexto grado. Parece que el herético libro de texto Obras de Descubrimiento afirmó que el universo comenzó con el Big Bang, pero no presentó ninguna "alternativa" a esta teoría. Dado que el Big Bang fue explicado en una doble página, Shadowen recogió todos los libros de texto y pegó entre sí las páginas ofensivas. Shadowen dijo al Louisville Courier-Journal, "No vamos a enseñar una teoría y no enseñar otra teoría", y que el retiro del libro de texto "no tenía nada que ver con la censura ni nada de eso" (23 de agosto de 1996, Al, p . 1). Parece dudoso que Shadowen estuviera presionando por un tiempo igualitario para la teoría del Estado Estacionario o la Cosmología Inflacionaria.

Quizás Shadowen encontró su solución mediante la consulta de "Revisión y Corrección de Enciclopedias," del bibliotecario Ray Martin una guía para cristianos sobre cómo manipular los libros:

Las Enciclopedias son una parte vital de muchas bibliotecas escolares... Representan las filosofías humanistas de hoy en día. Esto es evidente basándonos en la audaz presentación de imágenes que se utilizan para ilustrar la pintura, el arte y la escultura... Uno de las áreas que necesitan corrección es la inmodestia debido a la desnudez y la postura. Esto puede corregirse mediante el dibujo a mano de ropa en las figuras o borrando enteras las fotografías con un rotulador de tinta permanente. Esto tiene que ser hecho con cuidado o el rotulador puede ser borrado del papel brillante utilizado en las enciclopedias impresas. Usted puede superar esto tomando una hoja de afeitar y raspando suavemente la superficie hasta que pierde su capa.

...[En cuanto a la evolución] recortar las secciones es práctico si las partes eliminadas no son lo suficientemente gruesas como para causar daños al lomo del libro, ya que es abierto y cerrado con el uso normal. Cuando las secciones que requieren corrección son demasiado gruesas, pegue las páginas cuidando de no embadurnar las partes del libro que no estén previstas para la corrección. (Christian School Builder, abril de 1983, pp 205-207)

Afortunadamente, los creacionistas han fracasado en su estrategia de pasar leyes pro-creacionismo y antievolutivas, (Ohio, Tennessee y Georgia rechazaron recientemente una ley creacionista), pero tuvieron éxito al inclinar su campaña popular inyectando el Génesis en el currículo de la escuelas públicas. En marzo de 1996, por ejemplo, el Gobernador Fob James usó un fondo discrecional del dinero de los contribuyentes para comprar y enviar una copia del libro antievolutivo de Phillip Johnson, Darwin on Trial, a cada profesor de biología de la escuela secundaria en Alabama. Su éxito no debería ser sorprender a nadie.

Pseudociencia

El creacionismo es una pseudociencia, un sistema de creencias que afirma tener calidad científica cuando no la tiene. Difiere de la ciencia en varias formas.

La ciencia es un sistema abierto basado en la investigación escéptica, y su recurso definitivo es la evidencia experimental. El creacionismo es un sistema cerrado basado en la fe, y su recurso definitivo es la Biblia. Esto se pone en evidencia por la exigencia de que sus miembros firmen una declaración que afirma que aceptan la Biblia como literalmente verdadera. Es difícil imaginar a los evolucionistas firmando una declaración semejante de que nunca se desviarán de los textos literales de "El Origen de las Especies" de Charles Darwin. El dogmatismo fanático simplemente no es admisible en ciencia.

Los científicos usan el razonamiento inductivo para formular leyes generales a partir de observaciones específicas. Los "científicos" creacionistas basan sus creencias en la Escritura y utilizan la lógica deductiva para tratar de explicar cómo el universo debe actuar para estar conforme a la Escritura. Cuando los hallazgos científicos entran en conflicto con la interpretación creacionista de la Biblia, los creacionistas ignoran los hechos y distorsionan las teorías. En otras palabras, los creacionistas se han entrenado a sí mismos para evitar la investigación sin trabas y el escepticismo duro que son las marcas distintivas de la ciencia.

El creacionismo también difiere de la ciencia porque no es explicable en referencia a las leyes naturales. Cuando la "evidencia" a favor del creacionismo se ha sujetado a las pruebas del método científico, se la ha encontrado inválida. Los creacionistas responden que las pruebas científicas mismas son erróneas, lo cual es absurdo, considerando el éxito que la ciencia ha logrado en dominar la naturaleza. Los creacionistas, además, no han hecho nunca descubrimientos ni avances científicos radicales. Sus "trabajos" no son publicados en revistas científicas reconocidas donde serían sujetos a revisión y pruebas imparciales. La prestigiosa Academia Nacional de Ciencias estudió el creacionismo y concluyó: "Es, por lo tanto, nuestra inequívoca conclusión que el creacionismo, con sus relatos del origen de la vida por medios sobrenaturales, no es ciencia".

La raíz de la controversia entre creación y evolución es el hecho de que la evolución contradice a la lectura literal del Génesis. Los crea-cionistas, sin embargo, no presentan el problema de esta manera. Afirman que la evolución ofende sus "sensibilidades científicas". Esta afirmación es descabellada, si se consideran los absurdos cientí-ficos que abrazan en sus creencias creacionistas.

El tema de si el creacionismo es ciencia surgió porque los creacionistas afirman que sus ideas constituyen ciencia genuina en lugar de religión fundamentalista. Al llamar "ciencia" al creacio-nismo esperan evadir la ley basada en la Primera Enmienda que prohíbe la enseñanza de la religión en las escuelas públicas.

Igualdad de tiempos en las escuelas públicas

Una educación científica que imparte cono-cimientos de hechos no es una campaña política, es una experiencia de aprendizaje. La ciencia no se determina por el voto de la mayoría en las urnas, sino por los méritos de cada caso. Si permitimos que el creacionismo entre al salón de ciencias sobre la base de igualdad de tiempo, tendremos que permitir que también se enseñe cualquier otra teoría chiflada que tenga los suficientes adherentes como para iniciar un grupo de presión.

El método de los dos modelos también implica que la opinión científica informada está igualmente dividida en la cuestión de los orígenes. Enseñar que ése es el caso cuando en realidad no es así, y cuando la evidencia a favor de la evolución es claramente abrumadora, equivale a confundir deshonestamente a los estudiantes. Semejante acción es inmoral y traiciona la confianza pública. Es el colmo de la ironía que los creacionistas profesen hacer esto en interés de aumentar la moralidad en la sociedad (la evolución, en su opinión, promueve la amoralidad).

Cualquiera que defienda la "doctrina de lo justo" en la educación científica revela falta de com-prensión de lo que es la ciencia. La ciencia no trabaja en base a lo "justo" sino en base al mérito. Con la rápida expansión del conocimiento cientí-fico, es sencillamente ineficiente malgastar tiempo y recursos en teorías erróneas que los científicos no toman en serio. La Academia Nacional de Ciencias advirtió:

"Incorporar la enseñanza de tales doctrinas (del creacionismo) al programa de ciencias sofoca el desarrollo de patrones de pensamiento crítico en la mente en desarrollo, y pone en serio peligro los intereses de la educación pública. Esto podría eventualmente entorpecer el avance de la ciencia y de la tecnología cuando los estudiantes ocupen sus lugares como dirigentes de las generaciones futuras".

Enseñar el creacionismo en nuestras escuelas públicas implicaría un enredo excesivo del gobierno con la religión. ¿Cómo evitarían los maestros las referencias religiosas? ¿Cómo va a responder el maestro a las preguntas sobre la creación sobrenatural o explicar la ocurrencia de un diluvio mundial, etc.? La respuesta creacionista es obvia porque su única fuente de información se halla en textos bíblicos, no científicos.

Sin un Dios y un marco religioso, el creacionismo es simplemente una variedad de afirmaciones contradichas por todas las evidencias disponibles. Con Dios y referencias a la Biblia, es religioso y por lo tanto constitucionalmente impedido de enseñarse en las escuelas públicas.

La religión, incluyendo varias historias creacionistas, debería enseñarse solamente en un adecuado contexto propio y no ser mal clasificada como "ciencia" ni ser introducida a la fuerza en el programa de ciencias de las escuelas públicas.

Para concluir: la enseñanza del creacionismo simplemente no es aceptable en los programas científicos de nuestras escuelas públicas.

10 Razones contra la creencia en el creacionismo

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  • No asume la base de trabajo de la Ciencia. No es ciencia porque no se basa en el método científico en ninguna de sus variantes, no aceptando además una revisión crítica ante sus propios argumentos. El método utilizado es exclusivamente el criticar los puntos peor conocidos de diversas teorías científicas ofreciendo alternativas sin apoyo empírico, cuando no meramente incontrastables, siempre que coincidan con las historias de su libro sagrado. Sus conclusiones no pueden ser contrastadas y no hay experimentos ni procesos que puedan reproducirse, algo imprescindible en una disciplina científica.
  • No es ciencia porque es dogmática. En ciencia nunca pueden adoptarse dogmas inmutables, algo que el creacionismo hace a menudo, como en el caso de la edad de la tierra, la creación separada de las especies, el diluvio universal, etc.
  • Una teoría científica no puede sostenerse sin evidencias. La supuesta “ciencia de la creación” no presenta ninguna evidencia que lo sustente, ya que incluso aunque en un hipotético e improbable futuro se descubriera alguna “evidencias contraria” a la Teoría Evolutiva (entendiendo ésta como evolución por selección natural), esto no es evidencia de Creación. En el trabajo científico, la inviabilidad de un modelo no es ratificación del modelo contrario
  • Es estática. No es ciencia porque no permite el avance, dado que aboga por quedar anclados en las descripciones realizadas por determinados profetas hace dos mil años. No admite cambios ni progreso, no permite nuevas líneas de investigación, no soporta nuevos enfoques ni el contraste de hipótesis que contradiga su libro sagrado. Mientras la ciencia hace avanzar el conocimiento, el creacionismo lo estanca definitivamente.
  • Incoherencia a nivel global. Una teoría científica debe ser coherente con el marco global de conocimientos. Al rechazar toda una serie de hechos demostrados, tanto en el campo de la biología como en el de la química, la física o la astronomía, las tesis creacionistas obligan a rechazar la mayor parte de nuestro conocimiento científico, así como de la ingeniería derivada del mismo, una ingeniería que nos ha permitido, entre otras cosas, tener energía barata, crear fármacos eficaces, construir aparatos electrónicos sofisticados o salir del sistema solar.
  • No es predictiva. Una teoría científica debe ser capaz de realizar predicciones. El creacionismo carece de esta característica, ya que solo explica fenómenos ad hoc y de modo filosófico. Es incapaz de realizar predicción comprobable alguna basándose en sus postulados. Igualmente, existe una total imposibilidad de obtener relaciones y leyes generales a partir de los fenómenos “supuestamente estudiados”.
  • Negacionista sistemática. Obvia o niega sin argumentos todo aquello que contradice sus premisas, como prácticamente todos los métodos de datación e identificación tanto geológicos como astrofísicos que no concuerden con su visión. Curiosamente los apoyan cuando se consigue demostrar la tumba de un santo o la edad de cierta prenda de vestir.
  • Pies de barro. Tiene como base histórico-científica una recopilación de mitos y leyendas populares adaptados en los que se afirman falsedades o inexactitudes demostradas, como el geocentrismo, un valor de Pi igual a 3.00, diluvios imposibles, etc.
  • Sin poder explicativo. El relato del Génesis no explica la diversidad del ser humano ni el progreso de éste a partir de una única pareja. Tampoco puede explicar las relaciones filogenéticas de todos los seres vivos.
  • Sin Ciencia. Sería la primera ciencia sin actividad científica: los creacionistas no realizan investigaciones de ningún tipo en ninguna Universidad o Laboratorio reconocido. Sus publicaciones no son revisadas por ningún comité de científicos e investigadores ni se publican en revistas estándar. Su ámbito de difusión no pasa ni por Escuelas, Colegios, Universidades o Museos, sino por el de Escuelas, Colegios o Universidades Religiosas, Museos financiados por ellos mismos o Iglesias y Templos.

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