Christopher Jones
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Christopher Jones | |
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Información Biográfica | |
País |
![]() Estados Unidos |
Información Personal | |
Ocupación | Periodista independiente |
Acusación |
Fraude informativo. Inventar historias noticiosas
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The New York Times tuvo un poco más de un año para regodearse con la humillación sufrida por su rival The Washington Post después del gazapo de la reportera Janet Cooke antes de ser avergonzada por Christopher Jones, de 24 años en ese tiempo, un reportero inescrupuloso con su propia gran historia propia que contar.
En diciembre de 1981, la revista The New York Times Magazine publicó "En la tierra del Khmer Rouge", un relato dramático de una peligrosa visita al territorio del Khmer Rouge en Camboya por el escritor independiente Christopher Jones. Resultó que Jones nunca abandonó la comodidad de una villa española para informar la historia (aunque sí presentó un informe de gastos falsos). Fue The Washington Post quien expuso por primera vez la farsa, lo que sin duda agravó la humillación sentida en el Times.
Dos meses después de que apareció el artículo, el Post informó que los funcionarios del Khmer Rouge negaron que Jones hubiera estado en Camboya el otoño anterior, ni que él hubiera entrevistado a las personas citadas en su historia. Las citas, de hecho, eran casi idénticas a las que Jones había usado en otro dudoso envío desde Camboya publicado el año anterior en la edición asiática de la revista Time. Además, Jones había plagiado pasajes casi textualmente de la novela de André Malraux de 1930 sobre Camboya, The Royal Way. Luego, esta notoria inconsistencia fue captada por el Post: Jones escribió acerca de un tiroteo que supuestamente tuvo lugar de noche. Cuando la pelea terminó, "me puse de pie y miré a través de mis anteojos de campo". Al parecer, Jones había olvidado que se suponía que estaba oscuro afuera: "Justo entonces, en la cima de una ladera distante, vi una figura que me hizo recobrar el aliento: un regordete camboyano, con gafas de campo colgando de su cuello. Los ojos en su cabeza parecían muertos y pedregosos. No pude distinguirlo en detalle, pero había visto suficientes fotos del líder supremo como para convencerme, en ese preciso momento, de que estaba mirando a Pol Pot".[1]
Al preguntársele sobre las revelaciones acerca de Jones, el editor ejecutivo del New York Times, A.M. Rosenthal, fue desafiante al principio: "En lo que a mí respecta, el hombre, hasta que alguien demuestre lo contrario, es totalmente honesto". Sin embargo, un editor del Times y dos corresponsales fueron despachados inmediatamente a España para enfrentar al escritor. Durante dos días, Jones insistió tercamente en que su historia era cierta antes de que finalmente se rindiera y confesara. "Sacudido por el desenlace de su historia, Jones se quedó mudo", informó el NYT en su propia versión del engaño. Luego, instigado por sus interrogadores, confirmó el engaño. "Quería hacer el trabajo, pero no pude", dijo. "Tuve que hacer mi mejor esfuerzo con lo que tenía y, en consecuencia, reconstruirlo".[2]
Referencias
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