Apofenia
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La apofenia (en griego, ἀπό apó=separar, alejar y φαίνειν phaínein= aparecer, manifestar(se) como fenómeno, fantasía), también conocida como patronicidad, es la experiencia consistente en ver patrones, conexiones, o ambos, en sucesos aleatorios o datos sin sentido. El término fue acuñado en 1959 por Klaus Conrad, quien lo definió como «visión, sin motivos, de conexiones» acompañada de «experiencias concretas de dar sentido anormalmente a lo que no lo tiene»; por ejemplo:
- Alguien piensa en un teléfono y este suena por casualidad, sin embargo, se puede creer que sonó porque el pensamiento lo provocó.
- Algunos profesionales de la salud de la sala de urgencias creen que las noches de luna llena son más agitadas que las que no, esto se debe a que se presta atención cuando efectivamente ocurren simultáneamente y se ignora los casos en contra de la creencia.
Otro ejemplo, mencionado por Michael Shermer, escritor, presentador e historiador especializado en temas científicos, fundador de la Skeptics Society y editor de su revista oficial, Skeptic:
Imagine a un homínido caminando por la sabana de un valle africano hace tres millones de años. Se oye un crujido en la hierba. ¿Es sólo el viento o se trata de un depredador peligroso? La respuesta a esta pregunta podría significar la vida o la muerte.
Si asume que el crujido en la hierba es un depredador peligroso, pero al final resulta que es sólo el viento, ha cometido lo que se llama un error de tipo I en la cognición, también conocido como un falso positivo: creer que algo es real cuando no lo es. Es decir que ha encontrado un patrón inexistente. Hubo una conexión de (A) un crujido en la hierba con (B) un depredador peligroso, pero en este caso A no estaba conectado a B. No hay daño. El homínido se aleja, pero se vuelve más alerta y cauteloso, y encontrará otro camino a su destino.
Si el homínido estima que el crujido en la hierba es sólo el viento, pero resulta que es un depredador peligroso, ha hecho lo que se llama un error de tipo II en la cognición, también conocido como falso negativo, es decir, creer algo que no es real cuando sí lo es. Es decir, no se ha detectado un patrón real. No pudo conectarse (A) un crujido en la hierba con (B) un depredador peligroso, y en este caso si había conexión entre A y B, por lo que el homínido se convirtió en sabroso almuerzo, además de ganarse el premio Darwin, dejó de ser un miembro de la reserva genética de los homínidos.
Nuestros cerebros son motores de creencias, máquinas de reconocimiento de patrones evolucionados que conectan los puntos y crean significados a partir de los patrones que creemos ver en la naturaleza. A veces está conectado a B; pero a veces no está. El jugador de béisbol que (A) no se afeita y (B) realiza un "jonrón" forma una falsa asociación entre A y B, pero esta conexión es inofensiva. Cuando la asociación es real, sin embargo, hemos aprendido algo valioso acerca del medio ambiente a partir de lo cual podemos hacer predicciones que ayudan en la supervivencia y la reproducción. Los humanos modernos somos los descendientes de aquellos que tuvieron más éxito en la búsqueda de patrones. Este proceso se denomina aprendizaje de asociación y es fundamental para todo el comportamiento de los animales. A este proceso se le llamó apofenia o patronicidad, o la tendencia a encontrar patrones significativos tanto en el ruido con significado como en el que carece de él.
Por desgracia, no se desarrolló una red de detección de charlatanería en nuestro cerebro para distinguir entre los patrones verdaderos y falsos. No tenemos ninguna entidad regidora de detección de errores para modular el motor de reconocimiento de patrones. La razón tiene que ver con los costos relativos de cometer errores en la cognición de tipo I y II, que pueden describirse en la siguiente fórmula:
P = CTI <CTII
La patronicidad (P) se producirá siempre que el costo (C) de cometer un error tipo I (TI) es menor que el costo (C) de cometer un error tipo II (TII).
El asunto es que la evaluación de la diferencia entre el error tipo I y el error tipo II es muy problemático, especialmente en la fracción de segundo que a menudo determina la diferencia entre la vida y la muerte en nuestros ancestrales entornos por lo que la posición por defecto es asumir que todos los patrones son reales; es decir, se supone que todos los crujidos de la hierba son depredadores peligrosos y no el viento.
Esta es la base de la evolución de todas las formas de patronicidad, incluyendo la superstición y el pensamiento mágico. Había una selección natural para el proceso cognitivo de asumir que todos los patrones son reales y que todas las patronicidades representan fenómenos reales e importantes. Somos los descendientes de los primates que más emplearon con éxito la patronicidad.
Esto no es sólo una teoría para explicar por qué la gente cree cosas raras. Es una teoría para explicar por qué la gente cree cualquier cosa. La apofenia es el proceso de buscar y encontrar patrones, los puntos de conexión, lo que une A a B. Esto no es más que el aprendizaje de asociación, y todos los animales lo hacen. Es cómo los organismos se adaptan a un entorno en constante cambio, cuando la evolución va demasiado lenta. Los genes son seleccionados a favor y en contra en entornos cambiantes, pero esto lleva mucho -generaciones en realidad. El cerebro aprende, y puede aprender de forma casi instantánea y el tiempo no es un problema.
Hay que considerar que patronicidades como superstición y el pensamiento mágico no son tanto errores en la cognición, ya que son procesos naturales de un cerebro en aprendizaje. Nosotros no podemos eliminar el aprendizaje supersticioso más de lo que podemos eliminar todo el aprendizaje. Aunque el reconocimiento de un verdadero patrón nos ayuda a sobrevivir, el falso reconocimiento de patrones no significa necesariamente que nos maten, y así el fenómeno de patronicidad soportó el proceso de eliminación de la selección natural. Debido a que se deben hacer asociaciones con el fin de sobrevivir y reproducirse, la selección natural favoreció a todas las estrategias de asociación de decisiones, incluso las que dieron lugar a falsos positivos. Con esta perspectiva evolutiva es que ahora podemos entender porqué la gente cree cosas raras, y es debido a nuestra necesidad a creer cosas no raras.
La evolución de la patronicidad
La asociación anecdótica es una forma de patronicidad que es muy común y que conduce a conclusiones erróneas. He oído que el cáncer de la tía Mónica entró en remisión después de que se embebió con un extracto de algas marinas. Tal vez funciona. Por otra parte, tal vez no. ¿Quién puede decirlo? Sólo hay un método infalible de un adecuado reconocimiento de patrones, y es la ciencia. Sólo cuando un grupo de pacientes con cáncer que toman extracto de algas marinas se compare con un grupo control podremos sacar una conclusión válida.
Hoy día hay un gran alboroto sobre una forma de asociación anecdótica que involucra a las vacunas y el autismo, con algunos padres de niños autistas que afirman que poco después de inocular a sus hijos con la vacuna contra el sarampión, las paperas y la rubéola (A), fueron diagnosticados (B) con autismo. Esta es patronicidad que realmente cuenta. En el Día Nacional de Concientización sobre el Autismo, en 2009, Larry King organizó un debate en el que participaron un par de investigadores médicos y expertos en autismo y las vacunas que explicó que nunca se ha hecho conexión alguna entre los dos, que el timerosal, supuesto causante, fue retirado de las vacunas en 1999, y que los niños nacidos después del retiro del timerosal, muchos niños todavía están siendo diagnosticados con autismo.
El problema al que nos enfrentamos es que la superstición y la creencia en la magia tienen millones de años de edad, mientras que la ciencia, con sus métodos de control de las variables que intervienen para eludir los falsos positivos, apenas cumplió unos cientos de años. El pensamiento anecdótico es algo natural, mientras que la ciencia requiere de un entrenamiento.
Cualquier mercachifle médico que prometa que A cura B sólo tiene que anunciar un puñado de anécdotas exitosas en forma de testimonios.
¿Pueden las patronicidades supersticiosas desaprenderse? Si se puede. En 1963, Charles Catania y David Cutts, tras una serie de experimentos comprobaron que los seres humanos pueden desprenderse de las supersticiones irracionales.
Catania y Cutts descubrieron que la mayor capacidad de aprendizaje es a menudo compensada por una mayor capacidad de pensamiento mágico. La superstición en los seres humanos es mucho más difícil de erradicar.
Patronicidad cableada
La apofenia es común en todo el reino animal. Los primeros estudios en la década de 1950 por Niko Tinbergen y Konrad Lorenz, quien fue pionero en el estudio de la etología -los orígenes evolutivos del comportamiento animal-, demostraron la capacidad de muchos organismos para formar rápidamente patrones duraderos.
El poder y los peligros de patronicidad
¿Cuál es el problema con aferrarse a las supersticiones? Dejando de lado por el momento la lectura lúdica del horóscopo propio, o la creencia en la astrología, la respuesta general es que es mejor vivir en un mundo real que un mundo de fantasía. El daño, de hecho, puede ser muy serio cuando nuestras patronicidades son falsos positivos de Tipo I.
¿Cuál es el problema? Podríamos preguntarle a las víctimas de John Patrick Bedell, el hombre armado que atacó a los guardias en la entrada del Pentágono en marzo de 2010, que ahora parece haber sido de extrema derecha y "conspiranóico" del 9/11. En una publicación en Internet, dijo que tenía la intención de exponer la verdad detrás de las "demoliciones" en el 9/11. Al parecer, el delirante Bedell tenía la intención abrirse camino a tiros en el Pentágono para averiguar lo que realmente sucedió en 9/11. Todo resultó en muerte por conspiración.
En estadística, la apofenia debería ser clasificada como un error de tipo I. La apofenia se usa a menudo como explicación de afirmaciones paranormales o religiosas. Se ha sugerido que la apofenia es un vínculo entre la psicosis y la creatividad. Se piensa que los humanos somos criaturas buscadoras de patrones por naturaleza, pues la evolución seleccionó positivamente la asociación entre eventos. Esto ocurre cada vez que el costo de cometer un error de tipo I, excede grandemente al costo de cometer un error tipo II. A la larga, todos seríamos descendientes de quienes cuyos cerebros asociaron todos los ruidos detrás de la hierba como producidos por un animal hostil al acecho. Ante estas duraderas presiones ambientales la patronicidad y la supuesta intencionalidad de eventos naturales son propiedades emergentes inevitables.
La apofenia es como la ilusión llamada pareidolia, pero no se perciben figuras reconocibles en imágenes, sino formas aleatorias exageradas.