Afirmar la consecuencia
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Una de las muchas formas válidas de argumentación es conocida como modus ponens (el modo de afirmar mediante afirmación) y toma la siguiente forma: Si A entonces C, A; por tanto C. Más formalmente:
A ⇒ C, A ⊢ C.
Aquí nos encontramos tres proposiciones: dos premisas y una conclusión. A es llamada antecedente y C consecuente.
Por ejemplo: Si el agua está hirviendo al nivel del mar, entonces su temperatura es al menos de 100°C. Este vaso de agua está hirviendo al nivel del mar; por lo tanto, su temperatura es al menos de 100°C. Tal argumento es válido además de sólido.
Afirmar la consecuencia es una falacia formal que toma la siguiente forma:
Si A entonces C, C; por tanto A.
El error nace de asumir que si la consecuencia es verdad, entonces el antecedente debe ser verdad, lo cual no tiene por qué ser necesariamente el caso.
Ejemplo
La gente que va a la universidad tiene más éxito en la vida.
Juanito tiene éxito;
por tanto, debe haber ido a la universidad.
El éxito de Juanito puede deberse a su educación académica, pero podría ser también el resultado de su crianza, o de su entusiasmo para superar dificultades. Más generalmente, no se puede decir que, porque la educación académica implique éxito, si uno tiene éxito es porque ha recibido dicha educación.
Sinónimos
- Falacia del error inverso
- Falacia de la Afirmación del consecuente