Rhonda Byrne
Rhonda Byrne es una escritora charlatana cuyos libros caen en la categoría del "Nuevo pensamiento". Sus dos libros más importantes son El Secreto y "El Poder".
La premisa básica del pensamiento de Byrne es que las personas pueden obtener lo que quieren en la vida: felicidad, amor y riqueza simplemente pensando positivamente en lo que desean. Por ejemplo, si alguien quiere ser rico, debe pensar en obtener dinero y la Ley de la Atracción dicta que la riqueza vendrá a él. Esto hace creer a las personas que no es necesario el poder del pensamiento positivo como un primer paso para motivarlos a hacer el trabajo necesario para lograr sus objetivos, sino que simplemente pueden creer con fuerza para obtenerlo.
Razón de ser charlatana
Byrne no es más que una de las últimas personalidades de una larga historia de artistas del chantaje estadounidenses; desde los vendedores de brebajes milagrosos del Viejo Oeste, hasta los estafadores de principios del siglo XX y los oradores motivadores de hoy día. ¿Qué tienen en común? Todos hacen promesas imposibles de cumplir y afirmaciones extravagantes.
Personas como Byrne crean un vocabulario persuasivo en torno a sus ideas que resuenan con las personas. Estos charlatanes cuentan narrativas convincentes en apoyo de sus creencias. Además, usan la autoridad de otros (por ejemplo, filósofos y científicos) para reforzar sus afirmaciones absurdas. Deepak Chopra entra en esta categoría. Lo más notable es el hecho de que millones de personas aceptan sus palabrería como si fuera el santo evangelio.
Byrne tiene una comprensión magistral de la mente humana. Juega la psique humana y explota una de las mayores debilidades humanas, a saber, la creencia de que podemos obtener algo a cambio de nada, de que podemos lograr nuestros objetivos sin esforzarse en lo más mínimo.
La capacidad de las personas para engañarse a sí mismas, incluso cuando los repetidos intentos de aplicar las leyes y poderes descritos por la Sra. Byrne fracasan miserablemente, e incluso con pruebas claras y consistentes de lo contrario de nuestra vida cotidiana, es sorprendente y desconcertante para cualquiera que intente entender la psique humana.
Byrne también aprovecha cada tendencia cognoscitiva a su disposición para engañar y manipular a la gente. En sus libros se aplica:
- El sesgo de "montarse en la carreta", en el cual la gente quiere hacer cosas solo porque los otros lo hacen (10,000,000 de personas no pueden estar equivocadas, así que vamos a unirnos al grupo ganador).
- Sesgo de confirmación, o sea, la tendencia que implica buscar e interpretar la información que confirma nociones preconcebidas.
- Ilusión del control donde la gente tiende a sobrestimar el control que ellos tienen sobre los acontecimientos.
- Autoengaño. Proceso o hecho de engañarnos a nosotros mismos al aceptar afirmaciones como verdaderas o válidas cuando son falsas o no válidas. El autoengaño, en definitiva, es una manera de justificar falsas creencias sobre nosotros mismos.
- Argumento de autoridad en el que la Sra. Byrne hace referencia y cita a filósofos, científicos y otros pensadores profundos para darle a sus ideas un aire de legitimidad que en realidad no existe.
- La falsa correlación, que es la tendencia de las personas a asumir relaciones de causa y efecto donde no existe realmente una.
- Y por último, el pensamiento ilusorio, que implica formar creencias y tomar decisiones basadas en lo que se quiere, más que en la razón o la evidencia.
La lista sigue y sigue. Cuanto más uno aprende sobre los sesgos cognitivos, más asombrados estaremos de que las personas tomen decisiones irracionales.
Byrne también usa el vocabulario de la ciencia para agregar credibilidad a sus afirmaciones decididamente no científicas. Como analiza un artículo del New York Times, habla mucho sobre las propiedades magnéticas, las frecuencias, la energía y el universo. Incluso recurre a la física cuántica para construir su caso.
Byrne seguro tiene una audacia insolente al afirmar que la Ley de la Atracción es una fuerza física real similar a la Ley de la Gravedad. Por supuesto que no ofrece evidencia científica para apoyar sus locas ideas. ¿Por qué debería si decenas de millones de personas simplemente aceptan su palabra?
¿Existen personas tan vagas como para estar dispuestas a creerle a cualquier pelagatos que les diga que pueden tener lo que deseen sin luchar por ello?
Quizá el reconocer lo absurdo de la Ley de la atracción sería admitir que la riqueza, la fama, el amor, la felicidad, la salud y otros sueños no están al alcance de la mayoría de las personas.[1]
Y esto último es particularmente cierto. Las personas que abandonan los tratamientos médicos pueden estar en riesgo de muerte por creer que idioteces como las que presenta Byrne en sus conferencias y libros son aplicables en la vida real.
Notable es el caso de Kim Tinkham, una mujer que abandonó la medicina basada en evidencia para perseguir la ilusión que le ofrecía el texto de "El Secreto", de Byrne. Esto lo hizo público en el programa de Oprah Winfrey en marzo de 2007. Al final, la mujer, murió en 2010.[2]
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