Libro de Enoc
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El Libro de Enoc, también llamado 1 Enoc. (መጽሐፈ ሄኖክ maṣḥafa hēnok) es un antiguo texto religioso apocalíptico judío, atribuido por tradición a un tal Enoc, supuesto profeta bisabuelo de Noé, el del Diluvio universal. Este libro, considerado apócrifo, contiene material único sobre los orígenes de los demonios y gigantes, el por qué algunos ángeles cayeron del cielo, una explicación de por qué un gran diluvio era moralmente necesario y una exposición profética del reinado de mil años del Mesías.[1]
Antecedentes
El Libro de Enoc es pseudoepigráfico, es decir no escrito por Enoc mismo (del griego: ψευδής, 'falso'; y ἐπιγραφή, epígrafe, 'nombre', 'inscripción' o 'adscripción'; por lo tanto, cuando se unen significa 'sobrescripción falsa o título falso'). Las pseudoepigráficas son obras de falsa atribución, textos cuyo autor reclamado no es el autor verdadero, o una obra cuyo autor real lo atribuyó a una figura del pasado.[2]
Michael Rood, cronologista, autor y estudioso de la Biblia, comentó en el programa Shabbat Night Live que el libro es legítimo, pero que debe considerarse el comentario de un autor anónimo y conocedor de la Escrituras que trató de dilucidar su contenido y creó un texto con él.
El Libro de Enoc es aceptado por la Iglesia Ortodoxa en Etiopía pero excluido de otras Biblias judías y cristianas.[3] Varios fragmentos arameos encontrados en los Rollos del Mar Muerto, así como los fragmentos griegos y latinos de Koine fueron prueba de que el Libro de Enoc era conocido por los primeros judíos y cristianos. La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días (mormones) no considera que 1 Enoc sea parte de su canon estándar, aunque cree que un supuesto 'original' del Libro de Enoc fue un libro inspirado.[4] El Libro de Moisés,[5] que se encuentra dentro del canon de las Escrituras de los mormones, tiene una sección que dice contener extractos del Libro 'original' de Enoc.
Una cosa que se debe tener en cuenta es que, a pesar de lo que dicen algunos religiosos fundamentalistas, el Libro de Enoch no es mencionado ni una sola vez en la Biblia. Lo que se dice es que existió Enoc y que esta persona, de quien no hay evidencia de que haya existido, se puso a profetizar. Tampoco se menciona que haya escrito un libro, de otro modo se habría mencionado con pelos y señales.
Partes del libro de Enoc

El libro de Enoc que se conoce hoy fue editado tal vez en el siglo I de E.C., y consta de varias partes escritas entre los siglos III AEC. y I EC. La mayoría de los estudiosos creen que estas secciones fueron originalmente obras independientes (con diferentes fechas de composición), en sí mismas un producto de muchos arreglos editoriales, y solo más tarde fueron redactadas en lo que ahora se llama 1 Enoc. Estas partes son:
Libro del Juicio
- Capítulos 1 al 5, trata las palabras de bendición de Enoc a los justos, que vivirán cuando los impíos sean condenados. Se estima que su composición data de antes del 200 AEC.
Libro de los Vigilantes o Caída de los ángeles
- Capítulos 6 a 36, se centra en el tema de los Vigilantes (ángeles) que interpretando Génesis, dice que estos ángeles tuvieron relaciones sexuales con mujeres y engendraron gigantes conocidos como Nefilim, seres míticos que desataron la violencia sobre la tierra y pervirtieron a la humanidad. Además, el Libro de los Vigilantes se caracteriza por unir y complementar las historias de los Vigilantes con el mito del Diluvio universal, presentes en el Génesis, y hace una descripción detallada del mundo y los cielos en las fábulas e imaginería popular judaica de su tiempo. Fue escrito antes del 160 AEC.
Libro de las parábolas o El mesías y el reino
- Capítulos 37 a 71, de carácter mesiánico, profetiza la venida del Hijo del Hombre, la caída de los reyes y poderosos y el día del Elegido. Es la única parte que no se ha encontrado en los manuscritos de Qumrán. Escrito después del 63 AEC, a finales del siglo I AEC o en el siglo I.
Libro del cambio de las luminarias celestiales o Libro astronómico
- Capítulos 72 a 82, expone en detalle el antiguo calendario solar hebreo, en concordancia con el Libro de los Jubileos, que en 4.17 cita este libro de las luminarias del cielo. Fue escrito entre el 250 y el 190 AEC.
Libro de los sueños
- Capítulos 83 a 90, refiere dos visiones apocalípticas obtenidas por Enoc en sueños; la primera simplemente anuncia que la Tierra será destruida y la segunda es una historia de la humanidad y de Israel hasta el fin de los tiempos, en la que los actores son representados como animales simbólicos. Escrito entre los años 161 y 125 AEC.
Epístola de Enoc y Apocalipsis de las semanas
- Capítulos 91 a 105, divide la historia en diez «semanas», interpretando el pasado y proyectándose escatológicamente al futuro. Escrito después del año 135 a. C., probablemente entre el 110 y el 60 AEC.
Fragmentos
- Capítulos 106 y 107, parecen ser una parte del Libro de Noé, que se ha perdido pero que está presente en los manuscritos del Mar Muerto. Predice los crímenes de la humanidad y el advenimiento de tiempos mesiánicos con el triunfo de los justos.
- El capítulo 108 explícitamente dice que es otro Libro de Enoc y falta en varios manuscritos.[7]
Contradicciones con la Biblia
Una de las razones por las que ciertos religiosos no consideran legítimo el Libro de Enoc es por la cantidad de contradicciones que existen en el texto contrastándolo con los eventos mostrados en la Biblia.
Por ejemplo, en el Libro de Génesis se lee a Dios dirigiéndose a Noé:
"Hazte un arca de madera de gofer, con aposentos en ella, y recúbrela con brea por dentro y por fuera. Hazla de esta manera: su longitud será de ciento treinta y cinco metros, su anchura será de veintidós y medio metros, y su altura de trece y medio metros. Hazle una ventana, y termínala a medio metro de altura desde la parte de arriba. Pon en su costado la puerta del arca, y hazle un piso inferior, y un segundo y un tercer piso.[8]
Mientras que en el libro de Enoc se lee:
"Noé, tu destino ha llegado hasta mí, un destino sin mancha, un destino de amor y rectitud. Ahora los ángeles están construyendo una casa de madera y cuando terminen su tarea, extenderé mi mano sobre ella y la preservaré y la semilla de vida germinará de ella y se producirá un cambio para que la tierra no quede desocupada."[9]
El problema radica en que en la Biblia es Dios mismo quien se dirige y comanda a Noé a que construya el Arca, mientras que en el Libro de Enoc, son ángeles los encomendados a esa tarea.
Pero no solo el Libro de Enoc contradice la Biblia, sino que también tiene su ración de anticiencia.
Relación con el Terraplanismo
En el Libro de Enoc, capítulos 33 al 36, se habla de cómo este personaje mitológico se dirigió a confines de la tierra y vio el lugar donde nacen las estrellas del cielos y los portales de los que proceden. Estuvo en los cuatro puntos cardinales donde había puertas, en cantidad de seis, por donde pasaban los vientos buenos y malos, y las "luminarias". En el capítulo 72 Enoc hace mención de que el Sol tiene su nacimiento en las puertas orientales del cielo y su puesta en las puertas occidentales del cielo. Dice que el Sol "asciende y se oculta y retorna a través del norte para regresar al oriente". Esto es congruente con el concepto que de la tierra plana tienen los conspiranoicos de siempre.
Esta parte del libro es esgrimida por terraplanistas ignorantes como Óliver Ibáñez, que dicen que este libro fue "sospechosamente" descartado por la Iglesia católica. Otros han comentado que el libro fue mantenido oculto. Esto es una mentira dado que el texto no fue ocultado, sino que se le consideró apócrifo. De acuerdo con el homófobo religioso Michael L. Brown, conocido por su programa AskDrBrown, del Libro de Enoc se conocen solo fragmentos en arameo que se preservaron en los Rollos del mar Muerto. No existe un libro original de este documento. El libro nunca estuvo oculto, si así fuera, no existiría la versión etíope del libro.
Además, en el mismo capítulo 72, verso 37, Enoc afirma que el sol "brilla siete veces más que la de la luna, aunque al observarlos a ambos tengan igual tamaño"; una frase que también es congruente con las tonterías que defienden los terraplaneros.
La diferencia es que Ibáñez apoya la noción enochiana de que la tierra no es un círculo, sino más bien un rectángulo. Ibáñez se atreve a afirmar que nunca sabremos cómo funcionan las luminarias al 100%, ya que Enoc fue el único que vio el cielo desde arriba.[10]
Enoc, en el capítulo 18 declara que le fue "mostrado un profundo abismo [...] y más allá de este abismo vi un sitio sobre el cual no se extendía el firmamento, bajo el cual no había tampoco cimientos de la tierra"; dando a entender que había llegado a los confines de la Tierra.
Es de notarse que los terraplanistas hablan de un muro de hielo que se yergue alrededor del planeta. Este muro de hielo no es mencionado en ninguna parte por Enoc.
Referencias y ligas externas
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