La carrera de Maratón (Mito)
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Mito
La distancia que se cubre actualmente en una carrera de maratón olímpica es de 42 kilómetros y 195 metros. Esta distancia se hace equivaler muy a menudo con la que separa Atenas de la llanura de Maratón, donde se celebró la batalla que recuerda el nombre de esta moderna carrera.
Refutación
Existen dos mitos a develar aquí. Primero, la distancia entre Atenas y Maratón es de aproximadamente 40 kilómetros (aunque varía mucho según el camino elegido). Y, de hecho, en los primeros Juegos Olímpicos, esa fue la distancia que se corrió.
Segundo, el origen de la historia se encuentra en el mito de la gesta del soldado griego Filípides quien, en el año 490 AEC habría muerto de fatiga tras haber corrido unos 37 km desde Maratón hasta Atenas el 14 de agosto para anunciar la victoria griega sobre el ejército persa.
En realidad Filípides recorrió el camino desde Atenas hasta Esparta para pedir refuerzos, lo que serían unos 225 kilómetros. Aun así, el mito ganó mucha popularidad sobre lo que realmente sucedió.
Ahora bien, al ir a disputarse la carrera en los IV Juegos Olímpicos celebrados en Londres en 1908, el Príncipe de Gales (encargado de dar la salida) pidió al Barón de Coubertin que la competición se iniciase en los jardines del Castillo de Windsor, donde residía, y no en el punto de salida inicialmente previsto. Así se hizo, y habida cuenta de que la distancia desde estos jardines hasta la meta del Estadio Olímpico era de 42 kilómetros 195 metros (26 millas y 385 yardas), ésta pasó a ser la distancia oficial de la carrera de maratón.