Ver el código de «Germán de Argumosa»

{{Persona|
image=[[Image:Argumosa.jpg|250px]]|
nombre= Germán de Argumosa y Valdés|
país={{Spain}}|
lugar=Torrelavega, Cantabria|
nace=[[20 de octubre]] de 1921|
fallece=[[3 de noviembre]] de 2007|
ocupacion= Conferenciante, articulista, escritor y pseudocientífico español|
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existe= |
web=| 
}}
'''Germán de Argumosa''' fue un [[charlatán]] quien a principios de 1970, tuvo un desmedido interés por la [[parapsicología]]. En sus escritos y conferencias  empezaron a predominar las [[pseudociencia]]s más variadas por encima de sus intereses literarios. De Argumosa prefería denominar ''parapsicobiofísica'' a la parapsicología, buscando abarcar con un nombre único los tres grupos de [[fenómenos paranormales]] clasificados por él: parapsíquicos, parafísicos y parabiológicos. Él consideraba a la parapsicología como una verdadera [[ciencia]].<noinclude><ref>Germán de Argumosa, Prólogo a Bender: '''''Parapsicología. Resultados y problemática''''', pp. 9-10</ref></noinclude>

==Antecedentes==
De Argumosa publicó varios artículos en la revista ''Ecos de Parapsicología'', de la que fue director en 1974, y una serie de monografías en el diario madrileño ''El Alcázar''', entre 1978 y 1987, sobre diferentes cuestiones dentro de las que destacan: la existencia de Dios; el [[Sudario de Turín]]; el [[Satanás|diablo]]; la ciencia soviética; mitos, teorías e hipótesis científicas; la sexualidad humana; diversos fenómenos paranormales entre otross. 

Entre 1978 y 1989 De Argumosa dirigió, presidió e impartió cursos privados de parapsicología, hipnología, filosofía y [[teología]].

Así mismo, De Argumosa se interesó en la pseudociencia de la [[fisiognomía]] donde arguyó que ciertos rasgos faciales estaban asociados a la homosexualidad masculina, en los fenómenos [[milagro]]sos, que son análogos en sus manifestaciones a los clasificados por la parapsicología.

==Currículum==
Académicamente hablando, Argumosa no fue profesor, no era su título ni su ocupación, simplemente era un mote que le gustaba recibir: «Profesor, a mí me llaman profesor, por respeto, en las universidades europeas donde me conocen», le espetó con toda seriedad al periodista Antonio Casado. Sin embargo, él mismo reconocía que nunca había cursado estudios universitarios ni ejercido jamás la docencia, como consta en el ''ridículum'' que remitió la revista ''Karma 7''.<ref>Nuevas teleplastias en Bélmez, Karma 7, número 7, mayo 1973.</ref> Ahí hablaba de su afición desde pequeño a la filosofía y a la parapsicología y reconocía haberse dedicado más a lo segundo.

Como currículum, incluía un par de críticas de libros infantiles, su participación en un diccionario de política, unos estudios filosóficos sobre la ''Teoría de la Relatividad'' y haber descubierto un rasgo fisiognómico. La fisiognomía (el estudio del comportamiento de las persona a través de sus rasgos faciales), dicho sea de paso, ya estaba descartada como ciencia en su época. Luego se rebautizó como morfopsicología y siguió siendo un timo. El resto de sus referencias eran sus múltiples colaboraciones en conferencias, charlas, asociaciones y revistas. Aunque también decía ser filósofo, no se le conoce contribución alguna a este campo.

Argumosa debía su elevado nivel de vida a los bienes gananciales. Su boda le facilitó el vivir casi sin trabajar y disponer de todo el tiempo del mundo para sus aficiones168. Sus buenos contactos y relaciones le permitieron dar un seminario de parapsicología en la Cátedra de Humanidades y Ciencias Sociales de la Facultad de Ciencias de la Universidad Autónoma de Madrid. Ése era todo su aval académico y docente, aunque Iker Jiménez llegó a asegurar que era  catedrático de Filosofía <ref>Iker Jiménez (2002). '''''Si amanece nos vamos'''''. Bélmez I y II.</ref>

El falso profesor Argumosa nunca dudó en descalificar a los parapsicólogos escépticos, diciendo que no eran auténticos investigadores porque nunca los había visto en las reuniones europeas. Para Argumosa, la parapsicología era él y con esta mentalidad llegó a Bélmez. Sobre la independencia con la que abordó el asunto, él mismo se calificó al afirmar: «Si yo hubiese llegado al convencimiento de que las Caras eran falsas, no lo hubiese dicho para no sumarme a ese grupo de casi, casi, deficientes mentales».<noinclude><ref>Íker Jiménez & Luis M. Fernández (2011) '''''«Tumbas Sin Nombre (Mundo mágico y heterodoxo)»'''''. Ed. Edaf {{isbn|978-8441413368}}</ref></noinclude>

De Argumosa apareció frecuentemente en medios de comunicación dedicados a las pseudociencias y fenómenos paranormales, siendo entrevistado en prensa y programas de radio y TV, especialmente en los dirigidos por el parapsicólogo Fernando Jiménez del Oso. De Argumosa fue asimismo colaborador fijo de varios programas de radio.

En enero de 1998 De Argumosa dio su ultima charla sobre "Mística y cristianismo en Henri Bergson", filósofo con el que se mantenía en diálogo desde intereses presentes en ambos, entre ellos la mística y los fenómenos paranormales. En ese mismo año, puso fin también al resto de sus actividades públicas.

==La psicofonía del Infierno==
De Argumosa logró aún más fama por ser uno de los promotores del llamado fraude de la "[[Psicofonía del Infierno]]", considerada en al ámbito pseudocientífico como la colección de sonidos [[Psicofonía|psicofónicos]] más largo en una sola grabación. 

De Argumosa solo permitió reproducir la cinta en una sola ocasión en un programa radiofónico. En posteriores entrevistas, solo reproducía uno o tres minutos de la grabación que él consideraba eran los más suaves. Afirmaba que debido a un "mensaje" psicofónico, uno de los testigos del evento fallecería más tarde.

==Relación con las caras de Bélmez==
En febrero de 1971, de Argumosa visitó Bélmez diciendo que había sido comisionado por el Gobernador quien le dijo que investigara el asunto de las [[caras de Bélmez]]. Durante su [[Pseudoinvestigación|"investigación"]], y según la leyenda que se inventó, pudo grabar en una psicofonía en la que [[Fantasma|seres de ultratumba]] le llamaban por su nombre y le decían cosas como: "Germán, pica patio, levanta cemento".

Huelga decir que tal grabación psicofónica nunca fue publicada, o simplemente no existe. Además, eso de que fue "comisionado" por el gobernador, tampoco fue real ya que él mismo lo admitió.

Dos años después de Argumosa hizo algo que no se había probado antes. Frente a un notario público precintó la cocina de la casa de Bélmez con la idea de que si alguien hacía modificaciones a los rostros fantasmales, entonces debía manipular o romper la cinta. La cinta iba a durar puesta desde el [[23 de julio]] y el [[12 de septiembre]] de 1973. Sin embargo, el notario solo presenció la puesta del encintado, y aquí estaba la clave para la trampa: el notario no se quedó con la cinta, de Argumosa sí. Aún y cuando el notario se hubiera quedado con el resto del rollo, la cinta era fácilmente adquirible para quien quisiera comprar una. Aunque de Argumosa quiso darle aires de cientificidad al asunto, la verdad es que no hubo protocolo alguno y tal prueba no tiene validez alguna. 

Argumosa no engañó a nadie que no quisiera ser engañado. La mayoría de parapsicólogos que acudieron al lugar (Rafael Lafuente, Utta Sirtaki, Carlos Ibáñez, y Exiquio García Carbajo) contradecían sus pseudoteorías y se echaban las manos a la cabeza cuando oían hablar de las psicofonías. Por lo que respecta a su hipótesis de que las misteriosas voces pertenecían a los difuntos habitantes de un burdel quedó descartada en cuanto se investigó la historia de la casa y no apareció ni rastro de aquel lugar. De ahí que a Argumosa no le tomaran en serio ni en Bélmez.

Las declaraciones de Argumosa y sus psicofonías fueron el motor del caso Bélmez, hasta el punto de que la famosa serie de ''Pueblo'' se tituló ''Las Caras Hablan'' en honor a sus grabaciones. Sin embargo, no dejó nada escrito sobre el tema (salvo algún artículo en la revista Karma 7), y cuando el asunto dejó de ser rentable mediáticamente se dedicó a otros menesteres.

Las psicofonías de Argumosa hacían reír a unos e indignar a otros, especialmente a aquellos que habían sido testigos de cómo se consiguieron. Se escuchaba de vez en cuando alguna palabra que le decían que no era natural, pero no había nada extraño en ellas. Se oía en las grabaciones el murmullo de la gente, la voz del investigador y debajo se seguía escuchando el murmullo. Sobre los chillidos grabados también había encontrado una explicación: era el registro del sonido de cuando se pulsa la tecla de grabación muy lentamente. Los aparatos tan sensibles también registraban voces lejanas.

Desde que Germán de Argumosa abandonó Bélmez los famosos rostros dejaron de aparecer. No es cierto, como aseguran los vendedores de misterios, que las teleplastias siguieran brotando en el hormigón ante el desinterés de los medios de comunicación, implicados en una inexistente conspiración. La famosa revista ''Reader’s Digest'' dejó claro ya en 1975 que «desaparecidas éstas [las Caras de la cocina nueva], no volvió a reproducirse el fenómeno... La creencia de los especialistas es que se trató de un fascinante fenómeno de parapsicología».<noinclude><ref>Selecciones de Reader’s Digest (1975) [https://arthurock.com/amazing-asombrate '''''«Las misteriosas caras de Bélmez»''''']. Vía ''arthurock.com''. "El gran libro de lo asombroso e inaudito"</ref></noinclude>

Argumosa murió el [[3 de noviembre]] de 2007 y en su esquela, que publicó el diario ''El Mundo'', se le definía como «Filósofo». La farsa, por lo visto, no murió con él. Como se suele decir, “genio y figura hasta la sepultura”.<noinclude><ref>Javier Cavanilles & Francisco Máñez (2014) '''''«Los Caras de Bélmez»'''''. (Edición revisada) Ed. Redactors i Editors {{isbn|9788496785113}}</ref></noinclude>
{{RefLigas}}
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